.+Vladimir+.
Para la mayoría la cena estaba resultando ser de lo más aburrida, incomoda o tensa. Lo sé por sus caras; algunos tenían una de preocupación extrema y otros estaban absortos en sus propios pensamientos, a excepción de los gemelos que tenían una cara de agonía total.
Por mi parte yo estaba más que encantado de estar sentado en esta mesa, a pesar de estar en completo silencio, ya que Daniela arregló todo para que Victoria quedara frente a mí y eso me permitía observarla en todo momento.
<<Como me gustaría decirte toda la verdad, damita. Quisiera dejarte oler mi aroma para que supieras que te pertenezco totalmente, pero eso me traería problemas con tu papá y por ahora no puedo tenerlos >>. —Pienso mientras la veo masticar un trozo de carne.
Desde el primer momento que la vi dije que ella era simplemente perfecta; su cara, nariz, cabello, ojos, el tono de su piel, sus pequeñas manitos y piecitos, la forma de su sonrisa, los gestos y mañas que hacía cuando comía o dormía.
Absolutamente todo de ella me encantaba, y como si fuese la obra de arte más hermosa del planeta me fije y memorice todo lo que hacía o decía, sin dejar pasar el más mínimo detalle, porque para mí todo lo que venga o tenga que ver con Victoria Vukuvic es y será sumamente relevante para mí.
<<Es increíble que después de 19 años siga haciendo lo mismo>> —pienso al notar que aún conserva las mismas manías que tenía cuando era niña a la hora de comer.
Sin querer una sonrisa se esboza en mi rostro, porque con solo estar cerca de ella me siento el hombre más feliz del mundo. No obstante, parte de esa alegría se esfumó en unos cuantos segundos a causa de la preocupación que está plasmada en la cara de mi damita.
A simple vista parece que nadie ha notado su intranquilidad y preocupación, porque ella no ha dicho nada al respecto y sabe ocultar muy bien sus emociones, pero a mí es imposible que me engañe. Desde el mismo momento que puso un pie en el comedor, acompañada de Lorenza, supe que algo le ocurría y por las miradas que le lanzaba a Matteo, Lorenza y Tobías deduje que el problema tiene que ver con ellos.
<<¿Qué te tiene tan inquieta?>> —me pregunte, a pesar de saber que así no obtendría una respuesta.
—¡Ya no soporto más! —Exclamó mi querida sobrina, llamando la atención de todos, —Lo tengo que decir.
Guardó silencio unos segundos, para aumentar el suspenso entre los miembros de la audiencia. Lo sé porque su padre hace lo mismo cuando tiene que dar una noticia.
<<Digna hija de su padre>>.
—Lore… —intento hablar mi damita, pero Lorenza fue más rápida que ella y gritó.
—¡VIKI Y TOBÍAS SON NOVIOS!
La reacción de los presentes, ante semejante confesión, fue muy diversa: los gemelos explotaron de la risa. Matteo escupió todo el jugo que estaba tomando. Daniela dejó caer los cubiertos al suelo. Adolfo quedó con una cucharada a mitad de camino. Daniel se atragantó con un bocado de comida. Victoria se puso pálida como el papel, al mismo tiempo que boqueaba como pez, sin emitir ningún sonido. En cuanto a Brad, Josefina y Adam solo compartían fugaces miradas.
Para mí la noticia fue como un balde de agua fría que me arrojaban a la cara, por lo que al principio me mantuve impasible, indiferente, imperturbable, como si estuviese congelado en mi lugar, mientras mi cerebro procesaba la información, pero luego la rabia fue subiendo por todo mi cuerpo hasta concentrarse en mi cabeza, a tal punto que podría jurar que me salía humo por las orejas.
<<De él era que me tenía que cuidar todo este tiempo>> —mis ojos enfocaron al bastardo de Sophie, que miraba a Lorenza con la boca abierta. —<<Maldito desgraciado. Debí suponer que, al igual que su madre, sería un grano en el culo>>.
—¡ESTÁS LOCA, LORENZA! —el mismo Tobías se encargó de romper el silencio incomodo que nos rodeaba.
<<Malagradecido ¿cómo osa robarme el amor de Victoria? Después de todo el cariño que le he demostrado>> —siento como cada músculo de mi cuerpo se tensa.
<<Salió igual que su madre; una molestia, un entrometido, embaucador, mentiroso, manipulador…..>>.
—No te hagas, leí todas tus cartas y me fascinaron. El amor que le demuestras a Viki en cada una es inmenso —dijo Lorenza y yo tengo que mover mi cabeza de izquierda a derecha, para disminuir la tensión que se estaba acumulando en mi cuello.
—Vladimir, cálmate —escuché a lo lejos la voz de Iván y fue en ese momento que reparé que él se había levantado de su asiento y tenía su brazo enredado en el mío, ya que me había puesto de pie sin siquiera darme cuenta. —Vamos a dar un paseo —añadió, tan bajo que solo yo lo oí.
Era lógico que quisiera sacarme de este lugar, ya que era plenamente consciente de que soy capaz de saltarle al cuello de ese infeliz y desangrarlo totalmente.
—Eres un romántico empedernido —agregó Lore con añoranza y Matteo se aclaró la garganta, lo que me demostró que él también estaba incómodo con esta situación.
<<No debí confiar en el hijo de Sophie. Debí decirle a Matteo que cuidara a mi damita por mí>> —me digo a mí mismo.
—Se lo tenían muy calladito —comentó Ian entre risas.
—¿Pa'cuándo vamos a tener sobrinos? —pregunta James con burla y mi sangre hierve más.
—¿Desde cuándo están juntos, Victoria? —se limita a preguntar Adolfo.
Se nota a leguas que está casi tan enojado como yo.
—Tío cosi, no te enojes con ellos —volvió a tomar la palabra Lorenza. —Era obvio que el universo iba a conspirar para que ellos se enamoraran.
Adolfo cerró los ojos y apretó los puños. Imagino que para contener la rabia, al igual que estaba haciendo yo.
—Viki y Tobías no nos había dicho nada porque temían que nosotros los rechazáramos y los juzgáramos, pero ¿verdad que eso no será así? —miró al resto de su familia, en busca apoyo. —¿Verdad que los apoyaremos con su relación? —Volvió a preguntar Lore y los únicos que asintieron fueron los gemelos, porque el resto permanecía en completo silencio.