My dueño y señor

19 parte 1

.*Victoria*.

Luego del “espectáculo” que arme, todos los periodistas comenzaron a sacarnos fotos y a hacernos muchas preguntas, que no hacían otra cosa que inquietarme. Yo nunca había estado tan expuestas a las cámaras o rodeada de tantas personas; ya que evitada acompañar a mi papá a cualquier evento que implicara estar inmersa en una aglomeración de desconocidos, es decir, nunca lo acompañaba a ningún lado.

Vladimir y Juliano se dieron cuenta de que las luces y el ruido excesivo me estaban enfermando, por lo que me sacaron del lugar minutos antes de que me transformara en una enorme bestia de cuatro patas, que por su mismo deseo de escapar, habría ocasionado muchos problemas.

—¿Te encuentras bien? —me preguntó Juliano, cuando abordamos el auto de Vladimir, que por la premura ni siquiera me di cuenta del modelo.

Justo en ese momento nuestras miradas colisionaron y me pareció inverosímil estar frente a mi mate, el hombre que estaba destinado para mí, ya que no sentí nada de lo que debería sentir por él. Es más ni siquiera lo veía como mi pareja sino como un... abuelo quizás.

¿Acaso hay algo mal en mí? ¿Acaso la Diosa Luna me está castigando por haberme enamorado de mi primo? Porque de otra manera no entiendo el por qué éste señor no causa una avalancha de emociones contradictorias en mí.

<<¿Será por la gran diferencia de edad?>>.

—¿Pequeña, te encuentras bien? —vuelve a repetir.

—No puedo creer que tú seas mi mate —es lo primero que sale de mi boca y al instante me arrepiento, porque se escuchó demasiado brusco y no quisiera herir sus sentimientos.

—Ni yo lo creo —susurra el anciano y Vladimir le da un codazo antes de poner en marcha el auto.

<<¿Así trata a su padre?>> —pienso con reprobación, porque en mi opinión un hijo debe honrar y respetar a sus padres en todo momento.

'Viki, aquí ocurre algo raro'. —Habla Kira, atrayendo mi atención. —'Creo que nos equivocamos de sujeto'.

<<¿Por qué lo dices?>>. —Le pregunto.

'Primeramente, porque si él fuese nuestro mate no tendría que haber huido de nosotras, y en segundo lugar, porque su olor desapareció'.

Con esas palabras mi cerebro empezó a revivir todo lo ocurrido y me di cuenta que Kira tenia razón. Después que derribe a padre e hijo dejé de sentir ese dulce y embriagante olor, sin mencionar, que la desesperación que sentí al principio, y que no me dejó pensar con claridad, se evaporó y el hecho de que nuestros ojos no hayan cambiaron de color cuando estuvimos frente a frente también es un motivo de sospecha.

<<¿Crees que sea por mi naturaleza híbrida?>>.

'No creo que sea por eso, pero debemos hacerle varias preguntas a Juliano para averiguarlo'.

—¿Te puedo hacer unas preguntas?

—Por supuesto, pequeña.

—¿Desde cuándo lo sabías? —es la primera lanzo y por su expresión deduzco que no se la esperaba.

—Yo...yo… —tartamudea lo que me crea cierta desconfianza.

—Hoy, lo confirmó hoy —respondió el idiota de su hijo, causando que la ira, que siento cada vez que lo tengo enfrente, despierte.

—Estoy hablando con el dueño del circo no con los payasos —mi comentario le hizo mucha gracia a Juliano pero contiene la carcajada al ver la cara de bulldog que le dedica Vladimir.

—Mide tus palabras, desabrida. —Observo como el infeliz me mira, de forma retadora, por el retrovisor y por un momento noto como sus pupilas se dilatan y sus colmillos se vislumbran.

<<No puedo creer que está perdiendo el control por mi comentario>> —me digo a mí misma, verdaderamente sorprendida, puesto que le he dicho cosas peores y nunca lo había visto reaccionar así.

—Vladimir, más respeto para con MI alma gemela —el aludido apretó el volante al escuchar cómo me defendía su padre y yo sonreí triunfante.

<<Te voy a dar un poco de tu propia medicina>> —comencé a idear un plan para vengarme de todos los malos ratos que me ha hecho pasar Vladimir.

'Insisto, no estoy segura que Juliano sea nuestro mate' —Kira me saca de mis pensamientos.

    Por un segundo me había olvidado de todo el circo que se armó y me concentré solo en cómo hacerle la vida imposible al vampiro.

    —¿Por qué no siento tu olor? —ante mi pregunta Juliano se aclaró la garganta y miró a su hijo, como para que éste le indicara lo  que debía responder.

    —Mi padre está mayor —vuelve a responder el idiota. —Su aroma es inconstante, a diferencia del tuyo que me trae mareado por lo desagradable que es —en lo que terminó de decir eso bajó las cuatro ventanas del carro y el viento comenzó a entrar, desordenando el peinado que le tomó más de dos horas al demonio.

<<Maldito bastardo>> —no pude soportar la indignación que sentí por su comentario así que me incline hacia delante y lo golpee en la cabeza fuertemente.

—¡Deja de meterte en lo que no te importa, esto es entre tu padre y yo! —Espeto y pude sentir su penetrante mirada por el retrovisor. —Mi mate eres tú, así que respóndeme, Juliano —Exijo.

—Victoria, es verdad lo que dice mi hijo, soy un anciono.

Eso no lo discutia, Juliano Vostok, a pesar de tener un cuerpo esbelto, tenía tantas arrugas que facilmente lo harían pasar por mi tatarabuelo.

—Ya estoy digamos… —continuó. —En mi recta final —frunzo el ceño al no comprender sus palabras. —Dentro de unos meses moriré, pequeña.

Esa noticia me cayó como un balde de agua fría, porque jamás imaginé que perdería tan rápido a mi mate.

—¿Q.ué? Cr.eí que los vam.piros era in.mort.ales —balbuceo.

—Los únicos inmortales son los dioses, querida mía.

—Ella no es tu querida —gruñó Vladimir, con demasiada molestia,  y Juliano se empezó a reír a carcajadas.

<<¿Qué tiene este idiota? ¿Por qué está tan enojado?>>. —pienso al ver toda la tensión acumulada en su cuello. —<<¿Acaso está celando a su padre en esta etapa de su vida?>>.




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