CAPÍTULO 1

En una pequeña cafetería ubicada en un vecindario familiar y humilde de los rincones olvidados de Seul, se encontraba un pequeño omega de cabello plateado tarareando una canción romántica que sonaba en una radio antigua situada en un estante.

Se había levantado muy temprano, era inicio de semana y quería empezarla con el pie derecho, aprovechando de que ningún cliente había llegado todavía, se dispuso a barrer una vez más todo el local. En un día común, la gente comenzaba a llegar después de las 9:00, hora en la que los niños ya están en la escuela y la gente va de camino al trabajo.
Después de terminar, rápidamente Jimin prosiguió a limpiar las mesas mientras esperaba a que su amigo y compañero de trabajo viniera a ayudarle, no pasó mucho tiempo cuando unas pisadas se hicieron escuchar por todo el local, un chico adormilado bajaba las escaleras haciendo acto de presencia, aquella acción provocó que de los labios de Jimin se asomara una sonrisa seguida de una pequeña risa al notar como el chico intentaba no cerrar los ojos y se acomodaba torpemente el delantal, aunque no duró mucho aquella expresión adormilada debido a que pudo escuchar rápidamente la canción que aún sonaba en la radio, sus mejillas se tornaron de un color carmesí e inmediatamente y a pasos rápidos se dirigió a cambiar a otra estación de radio

-no sabía que aún pasaban esas canciones- balbuceo Seokjin para luego bostezar y mirar en la dirección de Jimin que seguía limpiando las mesas.

-¿todavía no llego ningún cliente?-pregunto, recibiendo una negación por parte de Jimin, el estaba dispuesto a olvidar su incomodidad por la canción.

-¿Ha-neul ya está despierto?- fue Jimin ahora el que preguntó, aunque sabía perfectamente la respuesta, si el pequeño alfa estuviera despierto ahora mismo estaría saltando de un lado a otro mientras pedía pasteles o dulces, siendo consentido por Jin, el cual le daba casi todas las cosas que pedía, era divertido, un niño consintiendo a otro.

-aún no, no quería despertarlo ¡Se ve tan tierno mientras duerme!- respondió esbozando una sonrisa, seguro recordando la tierna imagen del pequeño durmiendo

-pronto empezarán sus clases- recordo Jin, era cierto, pronto empezarían sus clases y tenían que ir comprando todos sus útiles y lo que vaya a necesitar, tenían algo de dinero ahorrado así que no habría problema, trabajaba para eso después de todo, su principal prioridad era que no le faltara nada a su pequeño niño, aunque aveces no le alcanzara para comprarle todo lo que quería, al menos era feliz sabiendo que podía brindarle lo necesario.

El ruido de la puerta abriéndose interrumpió sus pensamientos, la campana que se encontraba arriba de dicha puerta sonó anunciando un nuevo cliente, un señor muy mayor camino hacia una de las mesas para luego sentarse, Jimin lo reconoció de inmediato, se trataba del señor Lee, camino hacia su dirección para darle la bienvenida y anotar su pedido el cual se sabía de memoria, aquel hombre visitaba todas las mañanas la cafetería pidiendo siempre lo mismo, no era el único, siempre venían las mismas personas, muy pocas veces tenían nuevos clientes, era lo bueno de que el local estuviera ubicado en un pequeño vecindario, tenían una clientela fija, además de conocer a la mayoría de sus vecinos.

Como una persona diligente, él se aseguraba de recordar siempre cada nombre y pedido, lo cual le permitía acercarse a los clientes y llevar una relación agradable.
Por ejemplo, sabía que la señora Kim era viuda y gustaba siempre de un pastel de fresa para acompañar su té todas las tardes, conocía también al señor Choi, el hombre venía seguido a comprarles una rebanada de pastel a sus dos nietos, mayormente compraba uno de chocolate y otro de vainilla, aunque había ocasiones en las cuales optaba por un nuevo sabor.

Jimin se encaminó hacia la cocina, preparo un café sin azúcar para luego ponerlo en una bandeja, camino hacia un armario antiguo de madera y saco un plato pequeño de porcelana, sirvió una rebanada de lemon pie para luego colocarlo al lado del café, con el pedido ya listo se dirigió hacia el señor Lee, vació la bandeja en la mesa

-Jimin, ya ni siquiera necesito pedírtelo,¡Me conoces muy bien!- exclamó satisfecho con lo servido

-¡No se hay problema señor Lee! Estoy para servir- esbozó una cálida sonrisa y se fue no sin antes hacer una reverencia.

Y así pasaron los siguientes minutos, atendiendo a los clientes que iban llegando,
después de que marcarán las 9:30 y ver que Ha-neul aún no aparecía, Jimin decidió dejar que su compañero se encargará de los clientes en lo que él iba a despertar a el pequeño alfa.

Subió las escaleras que se dirigían al segundo piso del edificio, inspeccionó el lugar, no había rastro de que su querido hijo estuviera despierto, camino hacia la habitación del pequeño, abrió la puerta notando que todo estaba completamente oscuro, cuando prendió la luz fijo su vista en el pequeño bulto que se encontraba en la cama, Jimin se acerco, encontrándose con Ha-neul, quien estaba envuelvo en las frazadas con estampado de iron man, aquel súper héroe que admiraba tanto y del cual se disfrazan todos los años en Halloween. Su boquita estaba ligeramente abierta y sus mejillas de un ligero color rojo.

A Jimin le dio un poco de pena tener que despertarlo, "se ve tan tierno mientras duerme" pensó mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios, realmente no quería despertarlo pero no tenía opción, ya había dormido mucho y si dejaba que durmiera más luego le dolería la cabeza al pequeño, llevo su mano al hombro de Ha-neul para sacudirlo ligeramente en un intento de despertarlo, lo cual solo hizo que balbuceara un par de cosas que Jimin no logró entender.

Volvió a intentarlo, repitiendo una y otra vez el nombre de su hijo, luego de varios intentos pudo ver cómo Ha-neul abría lentamente sus ojitos, parpadeando un par de veces, intentando acostumbrar sus ojos a la luz, cuando lo logró fijo su vista en Jimin, quien se encontraba al lado de la cama, sonriéndole con ternura