My loyalty to you~●○fanfic/omegaverse/kookmin

CAPÍTULO 4

Ha-neul avanzaba algo indeciso, sabía que estaba desobedeciendo las órdenes de su padre al acercarse a una persona que no conocía, también era consciente de que sus mayores se enojarían con él, esperaba no recibir un regaño demasiado grande.

Él no tenía problemas en obedecer cada cosa que Jimin o Jin le decían, estaba seguro de que ponían todas esas reglas por una razón, la cual era cuidarlo, eso hacia que su corazoncito se sintiera más culpable al estar yendo en contra de lo que le habían repetido infinidad de veces. Era la primera vez que pasaba por alto las palabras de sus mayores.

Aún así, todos sus pensamientos no detuvieron sus acciones, Ha-neul siguió caminando hacia el hombre, cada vez sus pasos eran más lentos, sabia que no debía hacerlo pero, ¿por qué sentía la necesidad de acercarse a este hombre? ¿Quién era él? 
El pequeño alfa planeaba solo preguntarle si se encontraba bien e irse, no se quedaría cerca del señor desconocido por mucho tiempo.

Cuando ya estaba delante del hombre con traje, se quedó mirándolo fijamente antes de hablar, parecía que el señor no se había percatado de su presencia por tener la cabeza gacha, seguro metido en sus propios pensamientos. Ha-neul se dijo a si mismo que todavía estaba a tiempo de darse la vuelta e irse, no pasó mucho para que moviera su cabecita de un lado al otro en un signo de negación, ya había llegado hasta ahí, no podía dar marcha atrás.

Ha-neul carraspeó su garganta, intentando que el señor notara que estaba ahí, logrando su cometido exitosamente, ya que el hombre levantó su cabeza para mirarlo con una expresión sorprendida, sin embargo, rápidamente se convirtió en una de confusión.

Hizo una corta reverencia para seguidamente saludarlo, su voz había salido algo baja y tímida, se reprendió por ello, hubiese querido sonar algo más seguro y no tan nervioso. Tanto Ha-neul como el hombre se quedaron en un pequeño silencio incómodo, el mayor no sabía cómo reaccionar exactamente por lo que atino a devolver el saludo, tal vez su voz había salido igual de tímida que la del niño

Ha-neul captó un ruido algo extraño, al prestar un poco más atención se dio cuenta que el sonido, ahora identificado, venía del estómago del señor desconocido, su curiosidad gano y decidió preguntarle

-¿Tiene hambre?

El hombre lo miraba desconcertado, esa simple pregunta lo tomo completamente desprevenido, a decir verdad la sola presencia del niño se le hacía extraña

-¿Porque me preguntas eso?

-es que puedo escuchar el rugido de su estómago -Ha-neul empezó a jugar con sus manos, algo tímido por la mirada del mayor- mi pancita suena igual cuando papi tarda en hacer la comida

El hombre sonrió por la ternura que irradiaba el pequeño, le fue imposible no notar como sus ojitos brillaron y una sonrisita se asomó por sus labios cuando mencionó a su papá, se notaba de lejos el gran cariño que el pequeño le tenía a su padre.

Jungkook se avergonzó, el niño había notado lo hambriento que se encontraba, su estómago debió de rugir lo suficientemente fuerte como para que se diera cuenta. Sintió como sus mejillas empezaban a calentarse y volverse de un tono rojizo por la vergüenza, no quiso tardar más en darle una respuesta al niño por lo que empezó a hablar, su voz salió algo baja, casi un susurro, aún así Ha-neul lo escucho perfectamente

-bueno, quizás un poco

-¡No es bueno que te saltes comidas! -la voz de Ha-neul sonó como un regaño, también fue un acto inconsciente el poner sus manos sobre sus caderas, imitando a su tío Jin cuando le reprendía por algo malo que hubiese hecho- ¡tienes que regresar rápido con tu mamá!

Al terminar de hablar, Ha-neul se quedó un breve momento mirando a la nada, debatiéndose en si era correcto hacer lo estaba pensando. Una mirada decidida se asomó por la cara algo regordeta del niño, su pequeña mano se posó en la mochila que se encontraba en su espalda, la abrio y saco un pequeño tupper de color azul y dibujos de osos , estiró su brazo ofreciéndole al mayor su comida

Jungkook se encontraba asombrado por la acción del pequeño, quién no dejaba de sorprenderlo por cada cosa que hacía, un poco desconfiado agarró el tupper

-¿Tu papá no se enojara por entregarme tu comida?

-si se lo explico él lo entenderá -una sonrisita se asomó por los labios de Ha-neul, algo que adoraba de su papi era lo comprensivo que podía llegar a ser

A Jungkook se le hacía sumamente adorable ver el tono tan orgulloso y lleno de alegría con el que el pequeño se refería a su padre, le causó curiosidad, quería saber quién era el que hacía tan feliz al niño

-¿Quienes son tus padres?

Esa sola pregunta hizo pensar Ha-neul, ¿Padres? El solo tenía a uno y ese era su papi Jimin, también tenía a su tío Jin pero era eso, su tío. Los niños de la escuela también le hacían esa pregunta, ¿Donde estaba su otro papá? ¿Porque ellos tenían dos padres y él solo tenía uno? No lo entendía, tampoco es como si hubiese indagado más en el tema, después de todo, si no lo tenia era probablemente por que no lo necesitaba, asi que cada vez que sus compañeros le preguntaban por su otro padre, él solo respondía que con su papi Jimin le era suficiente.

-yo solo vivo con mi tío Jin y con mi.. -se detuvo abruptamente, sus ojos se abrieron por completo al recordar que debía regresar a casa, seguro su papi lo esperaba preocupado, antes de decir el nombre de su padre cerró su mochila, hizo una reverencia en forma de despedida y se fue corriendo a máxima velocidad en dirección al edificio en donde vivía a la vez que gritaba un agudo "hasta luego"

Jungkook miraba como el pequeño niño se iba, una sonrisa se formó en sus labios. Miro el tupper de color azul que se encontraba en sus manos, aún no terminaba de procesar todo lo que había ocurrido hace unos segundos, mucho menos podía entender el como había llegado hasta ese humilde lugar.

Ahora mismo tendría que estar en aquel lujoso restaurante, en una comida de negocios con los accionistas de una empresa que estaba por adquirir, comiendo algún delicioso plato preparado por un chef profesional, pero en su lugar estaba sentado en un parque de un vecindario que desconocía completamente, en sus manos estaba un tupper con comida dentro, el cual un dulce niño le había obsequiado en un acto de amabilidad al notar lo hambriento que se encontraba.
Era lógico que tuviera hambre, la vida de un hombre de negocios era más difícil de lo que parecía, la comida programada era la primera en todo el día que él tendría la alegría de disfrutar, actualmente tenía tanto trabajo que el simple hecho de comer una o dos veces al día ya era un lujo. Sus esperanzas habían estado puestas en la reunión de negocios que convenientemente sería en un restaurante, sin embargo, jamás habría contado con los problemas que se le presentarían.




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