Historia (final) malicia

- ¿Qué mierdas está pasando? - me exalte mientras veía como la casa en la que me alojaba ardía y desprendia un gran humo negro - ¿Cómo pudo pasar esto? Solo me había ido un momento. Espera. Mierda Akiko está dentro.

Pase por la multitud que se encontraba por los alrededores viendo como se quemaba la casa. Despues de un gran recorrido entre la multitud llegue justamente enfrente del edificio en llamas y me encontré con un grupo de hombres armados eran alrededor de 5 personas. Les ignore y acabe entrando uno de ellos intento agarrarme del hombro, pero le di un codazo en la cara haciendo le así retroceder.

Ya dentro de la casa, me quede horrorizado por lo que presenciaba mis ojos era el cuerpo de Akiko tumbado. No emití ningún ruido al ver el cuerpo inmóvil. Como estaba de espaldas la volte y vi su rostro sin vida y la casa de su muerte una herida directamente al corazón.

Y cuando estaba contemplando el cadáver que estaba bajo mis pies aparecieron tres hombres cargando grandes supuse que era ronins que habían venido simplemente a robar. Entre los hombres había sobre los demás era un tío alto y bien dotado, que llevaba una larga melena y una barba muy descuidada.

- ¿Oye quien eres tú? - pregunto el más alto de los tres al verme - No dijiste que no había nadie - hablo con su compañero.

- Si eso pensé jefe.

- Bueno da igual ya hemos cogido todo lo que podíamos - suspiro - Eh pasmarote ya te puedes ir yendo si no quieres acabar como ella.

Entran a una casa ajena, asesinan a una mujer, además nos roba, pero lo peor de todo es que siga respirando después de haber hecho todo eso. Esto fue lo que pensé al mirarlos, entre las llamas que rodeaban la casa había una flama que me cambio y esa es la llama de la ira. Por primera sentía la necesidad de


 

                            Matarlos

- ¿Qué porque me miras así? - escupió en el suelo el líder de los tres.

No dije nada

- ¡HE DICHO ¿POR QUE ME ESTAS MIRANDO?, HIJO DE LA GRAN PUTA! - grito

Segui en silencio.

- Sabes tenía pensado dejarte con vida, pero he cambiado de opinión - saco una larga y pesada lanza y la movió con mucha habilidad.

Saque mi katana y mi wakizashi. Las llamas se estaban avivando más y más. Y el humo nos impedía respirar bien.

El lider me apunto con la lanza. Yo hice el primer movimiento pateando una jarra llena de agua hacia él, pero la jarra fue cortada por su lanza haciendo así que el agua que se encontraba en el recipiente callera al suelo.

- ¡Jefe cuidado! - grito uno de los hombres

Pero ya era demasiado tarde porque él se había distraído cortando la jarra de agua. Permitiéndome acercarme lo suficiente para poder atacarlo, y así fue con un movimiento de mi katana le corté la cabeza. Vi como el cuerpo del corpulento hombre caía al suelo y su cabeza también. Dejando un charco.

- Bien, seguís vosotros - miré a los dos hombres

- Por favor perdónanos devolveremos todo lo robado así que por favor no nos haga daño - suplico uno de ellos

- Alguien que mata una chica inocente solo por algo de dinero no merece perdón.

- ¿Chica?, dices ese cadáver, pero cuando llegamos aquí ya estaba muerta, nosotros no la matamos

- ¿Y el incendio?

- Tampoco cuando entramos aquí empezó aparecer.

- A sí que me estáis diciendo que una persona entro a la casa antes que vosotros - tosí por el humo pero continúe hablando - y salió sin llevarse absolutamente nada.

Los dos vieron que no me creía su historia así que decidieron correr al lado contrario de la salida al cual estaba yo. Y giraron al lado izquierdo del pasillo. Cuando estaba a punto de ir a perseguirlos. Oí unos gritos, eran las voces de los dos hombres que estaba hablando hacé poco, esos gritos eran tan estremecedores que mis piernas no me permitían mover por el miedo. Después esos gritos fueron desapareciendo asta quedar en silencio. Solo se podía oir el sonido de la madera de la casa callendose por las llamas. Y todo lo que consegui ver fue una pequeña llama azul.


 

Un rōnin ​ era un samurái sin amo durante el período feudal de Japón, lo que hacian era saquear y robar.