Narra Caroline - Nueva Orleans
Estaba parada justo en frente del hotel en el cual me quedaría por tiempo indefinido. Entré y luego de pedir habitación y todo, me dirigí a ella y comenzé a desempacar todo muy lentamente.
Luego de unos minutos, guardé mi maleta y me senté en la cama, a pensar, a reflexionar sobre porque diablos o mejor dicho, que diablos me había impulsado a venir a Nueva Orleans, no era algo obligatorio, si había venido, había sido por voluntad propia.
Me había acostado a descansar un rato, rato que no logré descansar, y es que no había terminado de cerrar los ojos cuando siento vibrar mi celular, rápidamente me incorporé en la cama y respondí a la llamada, era Rebekah.
Inicio de llamada telefónica - Rebekah y Caroline
-Hola Rebekah!- Intenté sonar animada.
-Caroline! Estas ya en Nueva Orleans?- Se la escuchaba algo agitada.
-Si, estoy aquí.. Sucedió algo?- Fruncí el ceño y me levanté de la cama.
-Klaus... otra vez- Respiró profundamente.
-Que sucedió con él?- Suspiré.
-Casi mata a una bruja muy poderosa, ella es una bruja antigua, y si la mataba, todas las demás iría por él-
-Entonces?- Fruncí ambas cejas y esperé su respuesta.
-Necesito que aparezcas ahora, que vengas a la dirección que te dí, twnemos que hablar y tendré que darte instrucciones- Se la oía algo desesperada y preocupada. Ella amaba a su hermano, de verdad lo hacía.
-Vale, estaré allí en un... momento- Hice una mueca.
-Perfecto! Gracias Caroline- Dijo antes de colgar.
Final de la llamada telefónica - Rebekah y Caroline
Me miré miré al espejo intentando arreglarme un poco.
A lo largo de mi vida, siempre me había caracterizado por ser muy perfeccionista y demasiado insegura, pero luego llegó él, Klaus me hacía ver lo bueno en mi y me hacía olvidar por un momento la inseguridad que portaba desde niña. Cuando él se fué, las cosas cambiaron, mi inseguridad volvió, pero llegó Stefan, no era lo mismo que con Klaus, pero estaba segura de que nos amábamos.
-Vale Caroline, tienes que ír de una buena vez- Bufé mientras me miraba por última vez en el espejo y salía de la habitación solo con mi celular en mano y unos nervios que me estaban consumiendo.
Luego de un buen rato andando por las mundanas y algo oscuras calles de Nueva Orleans, me detuve frente a una bonita y mediana casa. Supuse que era aquí en donde se estaba quedando Rebekah ahora.
Le piqué al timbre dos veces y esperé a que abrieran. Luego de talvez un minuto, fué Rebekah quien me abrió la puerta, se la notaba algo nerviosa, pero a la vez también estaba ansiosa.
-Pasa- Me mostró una rápida sonrisa y luego de que pasára cerró la puerta tras de mí.
-Toma asiento. Quieres algo de beber o de comer?- Me miró mientras me sentaba.
-Oh! No, esta bien así- Le sonreí y ella se sentó en frente mio.
-Caroline, antes que nada... quiero que me digas si estas dispuesta a ayudar a Nik- Me observó seria.
-Rebekah... Klaus me hizo mucho daño, a mis amigos, a mi ex novio, a todos, y sería muy extraño que yo simplemente lo ayudara, pero él tambien hizo cosas buenas por mí y está luchando por su hija. Tengo hijas y se lo que debe de sentir, intentaré que pueda recuperar el contacto con Hope, que deje de cometer locuras y hacer sufrir a las personas- Intentaba que mis nervios y mis miedos no intervinieran en este momento.
-Lo sé Caroline. Yo te llamé porque nosotros no podemos vernos, pues... ya sabes- Bajó un poco la mirada.
-Yo sé que tu eres la única que puede ayudar a Klaus, la única que puede salvarlo y guiárlo- Me sonrió. En su mirada se veía esperanza.
-Yo... me enteré de que él conoció a una chica llamada Camille y de que la perdió luego- Hice una mueca.
-No estoy segura de que yo siga teniendo la misma influencia en él que la que solía tener hace tiempo- Suspiré.
-La tienes Caroline, creeme que la tienes. Solo debes de confiar en tí-
-Haré, haré lo que pueda- Asentí y le mostre una sonrisa casi nula.
-Esta perfecto!- Sonrió.
-Tú mantenme informada sobre toda y cada cosa que consigas- Su ánimo subió en cuestión de segundos.
-Él está aquí en Nueva Orleans?- Fruncí el ceño extrañada.
-Claro que no! Klaus se la pasa de lugar en lugar, creo que ahora está en Paris. Hace unos días se daban informes sobre posiles animales salvajes, y es que han aparecido muchos muertos- Hizo unos ademanes extraños y luego se encogió de hombros.
-Debería de ir mañana, ahora es algo tarde- Dije mirando la hora en mi reloj.
-Pero mañana a primera hora por favor, y es que no se mantiene mas de una semana en un solo lugar, él esta... completamente descontrolado- Suspiró.
-Te lo prometo. Mañana iré por Klaus- Le sonreí para animarla un poco.
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Esa noche regrese al hotel y fuí directo a la cama. Desperté al otro día de un extraño e inhabitual buen humor al que no estaba acostumbrada aún, no desde lo de Stefan.
Me bañe y me puse una ropa calida, y es que estaban con frio en Nueva Orleans. Desayuné rapidamente y me fuí al aeropuerto a comenzar con esta nueva y extraña aventura.