Me desperté con el sudor recorriendo todo mi cuerpo que provoco el gran susto que tuvo al escuchar el sonido de un rayo y no solo eso tuve un sueño el mismo que he presentado por varias noches, siempre de pequeña le he tenido miedo a los rayos, recuerdo una vez que del miedo fui al cuarto de mis padres y ellos nunca me abrían la puerta hasta que una noche, me fui triste, llorando y con mucho miedo a mi cuarto, cuando escuche que alguien me llamo volteé y me encontré con Julián frente a la puerta de su cuarto esa noche dormí con él. Sin más me levante de la cama, abrí la puerta sin hacer mucho ruido.
¡TOC TOC!
Toque a la puerta dos veces y nada.
¡TOC TOC!
Hay un adormilado Julián abrió la puerta, me vio y sonrió.
- Ven, pequeña – Dijo extendiendo su mano para luego estrecharme contra su pecho y cerrar la puerta. – Sin solo rayos no te harán daño, yo no lo permitiré, pequeña – me susurro mientras me besaba la cabeza.
Nos dirigimos juntos a la cama, tengo bastante confianza para dormir con mi hermano ya que en estos momentos lo tengo a él, me acomode en la orilla de la cama y el a mi lado izquierdo, me acaricio la mejilla.
- Tuviste una sueño – soltó, en eso un escalofrió para por mi cuerpo, asentí – ¿Que viste? – respire profundo.
- Era la misma de siempre, solo que...- suspire – Esta vez vi algo diferente alguien, una voz de una mujer o un hombre no lo sé, no logro distinguirla, pero me llama repentinas veces, trato de hablar pero no puedo, todo lo que observo es como todo se vuelve cenizas por las llamas, intento buscar la voz pero se oye más lejana de mí, luego alguien aparece no sé quién de repente me carga, no veo su rostro, no sé si es un hombre o una mujer... empiezo a perder el aire, siento como me uno a las penumbras de la oscuridad, alguien dice resiste, no me dejes y de ahí todo es borroso.
La lágrimas no tardaron en salir, en eso Julián me atrae contra su pecho, lagrimas salían sin parar y respiro con mucha, trato de calmarme preguntándome, si así fue ¿que murieron mis padres Biológicos?, si yo fui adoptada por Ferrer hace años atrás cuando aún era un bebe todo porque mis padres murieron en un incendio y dejándome a mí en este mundo sola, mucha veces me ha preguntado ¿Cómo fui la única sobreviviente en ese incendio?, no recuerdo como eran, todo es borroso.
Empiezo a respirar con mas dificultad, siento como mi corazón se acelera, siento que me ahogo, siento el peso de mi cuerpo, miro a Julián y el me regala una hermosa sonrisa.
- Todo estará bien- logre escuchar de él, vi en mi brazo como me inyectaba un analgésico que es como una pasta para dormir.
Siento mi cuerpo desfallecer, caigo en lo más profundo de la oscuridad dejando este mundo y dejándome ir al mundo de los sueños...
Me desperté y mire como mi rostro estaba contraído en el pecho de Julián, trate de quitar sus brazos de mi para poder levantarme sin despertarlo pero me fue imposible, al mover su brazo se soltó de mi agarre y volvió a dejarlo por mi espalda, contuve la risa he intente de nuevo zafarme de su agarre teniendo éxito, Salí sin omitir ningún ruido de su habitación.
Entre a la mía, cerré la puerta y me fui a bañar, Salí con una toalla envuelta y fui a elegir mi atuendo, me decidí por un Jean azul oscuro, una blusa color militar, opte por ponerme unos tenis color negro con cremalleras doradas a un lado de cada uno. Me recogí el cabello en una coleta.
Oí como tocaban mi puerta, estaba terminándome de peinarme solo dije: - Adelante.- En eso un feliz Julián apareció cargando la bandeja con mi desayuno en ella.
- Hola... - dije devolviéndole la sonrisa.
-Hola, pequeña –dijo dejando la bandeja en la mesa de noche y note que habían dos desayunos en ella, mire extrañada la bandeja. – Jajajaja desayunare contigo, pequeña.
- ¡si! – dije feliz, me gusta mucho cuando Julián sube y desayuna conmigo, solo mi hermano y yo. Cogió de nuevo la bandeja y la dejo encima de mi cama, se sentó en ella y yo al frente de él, para empezar a desayunar juntos.
- Al fin no me contaste lo que querías decirme ayer "la sorpresa"- dijo dándole un sorbo al jugo de naranja.
- Si lo había olvidado –dije colocando los cereales en la bandeja- me imagino que ya sabes que nuestros padres fueron ayer al Instituto el día de ayer.
- Si lo sé, algo malo paso ayer en el Instituto-dijo mirándome fijamente.
- ¡Jajaja no! Lo que paso es que tu dulce niña tiene una que otras... ¡BECAS!- dije lo último gritando de felicidad.
- ¡Que?! – dijo Julián abriendo los ojos como platos.
- Jajajaajaja... lo que escuchaste hermano, tu pequeña tiene algunas becas –dije y me levante de la cama rumbo a mi biblioteca.
Cogí el sobre donde adentro estaba las cartas de 5 universidades, cuando giro me encuentro con Julián frente a mí, no tuve tiempo de reaccionar me cogió y me dio un fuerte pero dulce abrazo girándome en círculos por la habitación. No pude evitar sonreír he igual que él.