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- Mamá, ya me voy -dije poniendo mi mochila en mis hombros para después agarrar una manzana del frutero.

-Jiminie, pero si aún no has tomado tu desayuno -si, como siempre mi mamá preocupándose. Ella es la mama más cariñosa que podrían conocer y su lema es “porque pelear si el amor lo resuelve todo”

- Mamá, no te preocupes en el camino compro algo para comer -claro eso no va a pasar, sino llego a tiempo de esta no me salvo.

- ¿Seguro? Aún queda tiempo y lo puedo alistar en un táper para que lo llevas -ya les dije que mi madre es muy insistente ¿no? pues se los digo ahora.

-Está bien -no termine de hablar cuando mi mama salió corriendo hacia la cocina a echarme un pan y una botella con jugo de naranja, siempre tomo jugo los lunes, creo que ni un minuto paso cuando mi madre se encontraba, poniéndome la cruz en la frente y dándome un beso en la frente para que me vaya.

- ¡Ve con cuidado bebé! -mi mamá como siempre gritando en la puerta cuando estoy a un metro de distancia, y siempre lo hace cuando pasan mis compañeros, ya siento mis mejillas calentarse. De alguna forma siempre termino rojo apenas salgo de casa.

...

Después de una larga caminata, haber llegado tarde y que el instructor me reprendiera, pude llegar a mi aula.  Que se encontraba cerrada.

Genial.

Toco la puerta para que el profesor sepa que estoy afuera, pero este solo sale a decirme que no puedo ingresar a su clase por llegar tarde. Y me cierra la puerta en la cara.

¿Este día podría ir peor?

Suspiro.

No sirvió de nada amanecerme haciendo la tarea, ya sin ganas de nada, empiezo a caminar hacia la cafetería para desayunar. Me pregunto ¿Qué estará haciendo Yoongi? Seguro esta sentado al fondo esperando que no lo llamen al frente, como siempre.

Yoongi es mi mejor amigo, nos conocimos en el jardín de niños y al principio no nos llevamos bien. Antes teníamos un tipo de rivalidad de ver quien era el favorito de la profesora. Si yo le traía una flor arranca del jardín de mi vecino, él le compraba un ramo de rosas; si yo traía una manzana, él le daba una canasta de manzanas, y así podría seguir enumerando un montón de cosas.

Fue en cuarto grado que dejamos esa rivalidad, cuando los de sexto me hacían bullying por ser gordo, no le importo que nos llevemos mal o salir con un par de golpes. Se interpuso entre los que me golpeaban para decirles que se metieran con alguien de su tamaño, no funciono porque igual termino golpeado pero contento de a verlas recibido en mi lugar. Aún recuerdo lo que le dije.

-Se puede saber por qué te metes donde no te llaman - dije molesto.

-Así es como agrades a tu salvador -dijo empezando a toser, mientras se retorcía del dolor.

-Mira nada más como te dejaron -dije preocupado, para acercarme y ponerme en cuclillas a su costado.

-Estoy bien, nada que una pomada no cure -puso sus manos en el piso empujándose con sus pies hacia la pared y recostar su espalda sobre esta.

-Tonto -dije agachando la mirada y empezando a sollozar.

- ¿Por qué lloras, hey? -dijo angustiado mientras me abrazaba.

-Gracias- murmure

- ¿Ah? -hablo confundido.

-Gracias por recibir los golpes que debieron ser para mí, yo no lo merezco después de todo tú me odias.

- No, yo no podía quedarme de brazos cruzados viendo cómo te golpeaban. Siempre quise ser tu amigo, la primera vez que te vi, me prometí que nadie iba a borrar esa sonrisa angélica que tienes...

Desde ahí nos volvimos inseparables.

Con el pasar de los años, la forma de ser de Yoongi cambio. Se volvió una persona indiferente, reprimía sus sentimientos de los demás. Solo yo conocía al antiguo Yoongi, el amigo que siempre reía por mis tonterías, el amigo que se sentaba junto a mí a ver el atardecer, el amigo que escribía canciones como un juego, ese amigo ya no está. Ahora ríe sin luz, aunque se sienta conmigo lo siento ausente y si escribe canciones son críticas al mundo.

Todo empezó cuando se enteraron que mi amigo era gay, para ese entonces Yoongi solo recibía los golpes, hable muchas veces con él para decirle a sus padres o algún maestro, pero el solo me cambia de tema con una sonrisa.

Luego todo empeoro cuando empezaba a llegar con moretones, lo ocultaba bajo su capucha sin embargo yo aun así los vi. Pero no dije nada.

Cada vez eran más los colores que tenía en el rostro y no pasaba desapercibido por ningún profesor, sin embargo, no decían nada.

Y ese fue el error que cometí y cometieron, quedarnos callados sabiendo lo que pasaba.

Al día siguiente Yoongi no vino, igual al otro, y al otro y así pase una semana sin saber de él.

El lunes por la mañana entro la directora a hablar de él, se encontraba internado en el hospital, en estado de coma. Su padre llegado borracho y lo utilizado como saco de boxeo, si la policía no llegaba a tiempo, Yoongi....el...no estaría vivo.

Estuve con el cuándo salió del coma, cuando volvió al colegio, aunque fuera indiferente por fuera, estuve a su lado.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que no me di cuenta que la campa había sonado, agarré mi mochila y fui a mi siguiente clase.

...

Voy caminando con mi mochila en hombros, por la angosta calle poco transitada. Hoy Yoongi no me pudo acompañar por que tuvo que ir a sus prácticas de baloncesto.

El silencio de la calle me estaba abrumando, me aburro sin escuchar música así que saco mis audífonos de mi mochila para colocármelos y poner mi playlist en aleatorio.  Empezando a sonar Let me find out de Indolore. Miro el semáforo para poder cruzar y cuando esta se poner en verde cruzo, la pista.  No voy cruzando ni la mitad cuando soy arrollado por un coche que me lanza a frio piso de la pista. Mis oídos retumbaban, mi visión se empieza a opacar y antes de perder la conciencia escucho una voz grave que dice “Lo asesine".