Nada más queda

Capítulo 10: Relaciones y secretos

Ya terminó todo. Las criaturas que nos invadieron están muertas, aunque una de ellas se llevó a Robert. Una lástima, llegamos tarde. Una pena que no hayamos podido conocerlo más a fondo, pero ahora está en un mundo mejor que este. Caminando junto con Bianca e Ian, nos dirigimos hacia la base, dejando a Marcus atrás, ya que nos dijo que se encargaría de los cuerpos de Ryan y Robert. 

—Bagh... estoy lleno de sangre —exclamó Ian sacudiendo sus manos quitándose el líquido vital de encima.

—Bueno, por lo menos lo tuyo es sangre de humano. Yo estoy cubierto de sangre de monstruo —le dije.

Llegamos a la entrada de la base, y al entrar, nos encontramos con Sean, que estaba sentado en el sofá de tres cuerpos, con los brazos estirados apoyados en el respaldo. Cuando nos escuchó, nos observó y miró con confusión. Nos preguntó por Marcus, por lo que le expliqué lo que él iba a hacer con los cuerpos de los hermanos. Al principio pareció preocuparse, puesto que lo dejamos solo, pero le aclaramos que él así deseó.

—A tí parece que te dejaron solo —aludió una Bianca sonriente.

—Ja, nah. Heather y Connor fueron a buscar vendas para mi pierna —respondió Sean—. No es grave, pero es básicamente para que no se infecte.

—Si me disculpan, ¿dónde está el baño? Tendría que darme una ducha, es un asco estar envuelto en esto —me quejé mientras me quité un poco de sangre de mi camisa.

—Yo igual —dijo Ian.

—Arriba, la segunda puerta, es mi habitación, tengo ropa que quizá les quede, si no... pues está la ropa de Robert —sugirió Sean mientras encogía sus hombros.

—La ropa de Robert no me quedaría —aludió Ian.

—Ah —suspiré—. Bien, supongo que yo revisaré su armario.

—La habitación de Robert es la ante última, la última es el baño. La canilla roja es agua caliente, y la azul, la fría —aclaró Sean.

—Bien, gracias. Suerte con eso —le señalé la pierna herida.

Luego de la charla con Sean, me dirigí hacia arriba, subí las escaleras de madera y llegué al segundo piso. De frente era un pequeño pasillo con sus respectivas habitaciones. Habían cinco puertas, Sean dijo que la ante última era la de Robert, por lo que ignoré las demás puertas y caminé hacia la correcta. Al abrirla, me encuentro con una habitación muy bien ordenada. La cama de una plaza, con una frazada verde bien tendida y prolija, dos mesitas de luz a sus lados, hechas de madera oscura, una gran ventana que era la que aportaba la mayor parte de la iluminación más una cortina delicada de color blanco, y un pequeño armario de madera de diseño antiguo con sus pestillos en los cajones que parecían ser de oro. Encima del armario, que era de baja altura, había una foto enmarcada que era de Ryan y Robert abrazados, lo que me causó un poco de pena, sólo la contemplé, decidí no tocar nada de eso por respeto. Alrededor de la foto habían collares, un pequeño espejo y pulseras, una pulsera parecía tener iniciales, una tenía una "R", pero como ambos nombres de los hermanos empiezan con esa letra, no podía determinar de quién era. 

Dejé de observar los accesorios y abrí uno de los seis cajones que el armario tenía. La ropa que estaba en el cajón abierto estaba prolijamente doblada y ordenada, parecía que Robert era bastante pulcro, por lo que tomé una camisa con cuidado de no desordenar las otras. La camisa era sencilla, una camisa a cuadros de color rojo y líneas negras. Me la coloqué por fuera evitando la sangre que estaba en mi camisa para ver si era de mi talla, y parecía que sí, por lo que decidí llevarla. Después de escoger la parte de arriba, hacía falta la parte de abajo, por lo tanto revisé otro cajón, en él habían camperas y jerseys, así que cerré el cajón, no era lo que estaba buscando.

Abrí otro, y allí sí encontré lo que buscaba. Había algún que otro pantalón deportivo y jeans. Escogí unos jeans de color azul oscuro, pero de un diseño clásico, nada de roturas ni fisuras, estaba bien cuidado, lo tomé con delicadeza para no desordenar los demás pantalones y cerré el cajón.

Recogí la ropa que elegí y me fui de la habitación, pero antes, me puse a pensar en algo, no escogí ropa interior. Lo pensé por unos segundos si era totalmente necesaria la idea, y al final decidí buscar algo. Revisé algunos cajones y encontré el de ropa interior. Eran todos boxers, nada fuera de lo común, sin embargo, había algo que me llamó la atención, había una hoja de papel en el cajón. La retiré cuidadosamente. Al echarle un vistazo, parecía una especie de carta o nota, una letra imprenta bastante prolija y fácil de leer estaba usada en la hoja, por lo que más ganas me dieron de leerla.

"Hermano, todo saldrá bien, yo saldré a buscar la gasolina que le falta a la avioneta y nos iremos de aquí. Pero acuérdate del plan, no lo arruines, ya sabes qué hacer con ellos, son nuestros, ellos van a—"



#33177 en Otros
#4589 en Aventura
#4816 en Acción

En el texto hay: futuro postapocaltpico, accion, aventura

Editado: 13.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.