Llegamos a mi casa, así que ahora es el momento.
Estoy tan nerviosa que no pronuncié ni una palabra en todo el camino.
- ¿Nos vemos mañana? – pregunta Miguel.
- ¿No quieres entrar un rato?
- No. Ya es tarde.
- Apenas son las 10. Igual podríamos ver una película – apenas lo dije quise golpearme.
- Venimos del cine – dice viéndome desconcertado.
- Si. Cierto – le sonrío, sintiéndome estúpida, pero a pesar de ello, no pienso echarme para atrás -. ¿Pero no preferirías pasar a tomar algo? Me gustaría pasar un tiempo más contigo. Incluso podemos platicar tranquilamente porque mis papás no están. Salieron de viaje esta tarde.
- No. Mejor lo dejamos para otro día, ¿te parece? Estoy demasiado cansado.
- De acuerdo – digo renuente. Tendré que esperar a ver cómo se da mañana -. Nos vemos mañana entonces.
- Si. Nos vemos – dice antes de besarme.
Así que entro a mi casa, sola, y me dejo caer en el sofá de la sala. No tengo nada que hacer así que tomo mi celular y le escribo a Beli.
< kmbio d planes >
< xq????>
< staba knsado y c fue >
< le dijist q pasara?? Q no staban tus papas??? >
< si > < dijist q entendería >
< no lo pueds culpar > < cuantas veces c an qedado solos y no pasa nada???? > < seguro penso q seria igual >
< si. Puede ser > < qedamos mañana >
< pues mañana será > < voy a salir con un amigo. Vienes? >
< otro día > < luego t platico como me fue con Miguel >
< mas t vale >
< bye >
< bye >
Subo a mi habitación, y decido ver la tele hasta que me duerma. Sólo otro día sola en mi casa, sin nada más que hacer.
Apenas llego, veo que la fiesta está en su apogeo.
Los chicos hablan con las invitadas de Mario. Incluso algunos ya se están besando en los sillones.
- Así que siempre si llegaste – dice Mario al verme, mientras que mi mirada se desvía al notar como uno de los presentes lleva a una chica a la segunda planta.
- Te dije que lo haría.
- Y cumpliste – dice antes de guiarme a la cocina donde se encuentran las bebidas.
Cuanto más veo a mi alrededor, más me convenzo que hice lo correcto.
En el camino dudé por unos segundos. Kate me había invitado a entrar a su casa ahora que sus papás no están, pero sé que eso sólo significa que lo más lejos a lo que podríamos llegar ni siquiera se califica como segunda base. Sólo no quería estar sola aún.
Pero a pesar de saberlo, por un momento me sentí culpable. Incluso antes de entrar lo sentí, aunque después de ver todo esto, mi consciencia está más que olvidada.
A fin de cuentas, sólo será una vez.
- Eres libre de hacer lo que quieras – dice Mario como si necesitara su permiso, antes de arrojarme una cerveza.
- Claro – contesto sólo siguiéndole la corriente, desviando los ojos hacia una morena muy atractiva que pasa por detrás de éste, recogiendo un vaso para servirse su bebida.
No entiendo por qué las mujeres prefieren servirse la cerveza en vaso, que tomársela directo del bote. Supongo que es otra de las cosas que nunca entenderé de ellas.
- Ella es Celeste – menciona Mario al ver mi distracción -. Puedo presentártela si quieres.
- No, gracias – tomo otro sorbo a mi bote -. No es necesario.
Y ya que no pienso perder el tiempo, voy detrás de ella.