Esta es mi oportunidad.
Había estado atento a la llegada de Kate, y aunque no me había gustado con quién llegó, estaba animado con que asistiera.
Luego de la fiesta de Jaime, las cosas con Karen terminaron.
Tanto ella como yo no podíamos borrar lo que nos dijimos esa noche. Ella sabía bien que seguía interesado en mi ex, y eso no iba a cambiar.
Así que ahora era el momento de dejarlo claro con Kate. Que supiera que entre Karen y yo no había nada, y que quería, deseaba, que me diera una oportunidad. Haría todo para que no se arrepintiera de ello.
Aprendí la lección.
Su comportamiento del viernes pasado me dejó claro que las cosas no eran fáciles para ella tampoco, dándome la confianza de dar éste paso cuando ya la daba por perdida.
Sólo falta esperar el momento oportuno para hablar con ella.
Al fin pude zafarme de Maggie.
Esa mujer definitivamente no atiende a razones. Más de una vez le he dejado claro que no me interesa. En especial estos últimos días. Ni siquiera la buscaba para vernos. Las cosas habían dejado de ser divertidas entre nosotros.
Lo peor es que Kate vio cómo se me pegaba, incluso Maggie dejó caer insinuaciones de que nos habíamos seguido viendo, diciendo que “aún no puedo olvidar la última vez que nos divertimos en el agua”, ese comentario con el tono en que lo dijo, era más que obvio a qué se refería. Y para terminar, agregó, “aunque haya sido sólo la semana pasada, siento que fue hace mucho”.
¿De dónde sacaba esas palabras?
¿De alguna porno?
En otras circunstancias, me habría valido lo que pensaran otros, pero ahora corte sus mentiras diciendo que la última vez que la vi fue el viernes en la fiesta, junto con casi toda la generación, así que tal vez me estaba confundiendo.
Obviamente, no se lo tomó bien.
Tuve que escuchar todo un sermón de su parte acerca de que la había dejado como una puta, y no sé qué otras cosas más.
Sí, lo sé. Tal vez me excedí.
Bien pude limitar mi comentario hasta donde especificaba cuando la vi, pero en mi defensa, estaba molesto con ella y temía perder la oportunidad de acercarme a Kate ahora que había declarado ya no estar interesada en el imbécil.
Sólo debo aproximarme a ella, no tanto como para que quede relegado a la friendzone, pero si para que vea que he cambiado, en cuanto a mujeres se refiere.
La encuentro sentada junto a su amiga, cerca del lago.
- ¿Interrumpo?
Ambas voltean hacia mí, pero es Belinda quien contesta.
- No. Adelante.
Me siento a la izquierda de Kate.
- ¿Qué pasó con los bikinis? – pregunto frunciendo el ceño al ver que sólo llevaban playeras con shorts.
- Jamás dije que trajimos bikinis – dice Kate luego de que ambas ríen -. Y ya es tarde. Tal vez mañana tengas la oportunidad de verlos.
¿Está coqueteando conmigo?
Espero que sí.
- Trato hecho.
- Dije tal vez.
- No. No hay forma de que te retractes. Tendrás que cumplir.
- Ahora vengo – Belinda se levanta, sacudiéndose el trasero.
- ¿A dónde vas? – pregunta Kate, observándola igual que yo.
- Voy por una cerveza – sonríe.
- Si quieres yo voy – aunque no tengo muchas ganas de irme, y mucho menos ante la posibilidad de reencontrarme con Maggie, tengo que ser un caballero.
- No – contesta cuando estoy a punto de pararme -. No hace falta. Necesito estirar un poco las piernas. Ustedes quédense.
Una vez se va, nos quedamos en silencio.
- Vi que te fuiste con Maggie – se decide a hablar.
- Ella me siguió – sonrío -. No estaba muy feliz después de negar sus mentiras.
- ¿Lo son?
- Por supuesto. No lo habría dicho si no. La última vez que la vi fue en casa de Jaime, y ambos sabemos dónde pasé la noche – ese comentario logra que se sonroje.
- Fuiste muy amable por dejar de lado tus planes para ayudarme – sé que no me ve a los ojos, pero yo tampoco lo hago, no por mucho tiempo.
- Como te expliqué esa noche, aunque es posible que no recuerdes, yo no iba con ella. Sólo me la encontré ahí.
- ¿Entonces por qué dejabas que estuviera sobre ti? Haz dicho más de una vez que ya no te interesa de ninguna forma. Incluso insinúas que quieres que te deje en paz. Pero te sigues exhibiendo con ella.
- Vaya. Suena como si estuvieras celosa.
- Sólo no lo entiendo – se encoge de hombros.
- Bueno. Digamos que soy un idiota que no quiere discutir, y por eso he dejado que las cosas sigan aumentando. Hasta ahora. Sólo que creo que no lo manejé de la mejor forma.