Nanozombis

CAPÍTULO 17: LA TRACA FINAL

Al fin lo he conseguido, delante de mí se encuentras los inmensos servidores que dan vida a Ella, enclaustrada en las cuatro paredes de esta gigantesca sala, la cual está prácticamente vacía a parte del “corazón” de Ella. Tengo la sensación de que he llegado al pecho de un enorme monstro y que enfrente de mi tengo su corazón, el cual pienso reventar y llenarlo todo de “sangre”, que en este caso serian chip y chispas, muchas chispas. El viaje ha sido duro, pero al fin he llegado, la destrucción de Ella está muy cerca.

El techo de la sala se hunde y consigo esquivar los cascotes saltando a un lado, en medio del polvo y los trozos de techo aparece el coloso.

- Vaya, el invitado de honor. - Murmuro. - Eh tu trozo de metal asqueroso, no eres bienvenido por muy honorifico que te creas, vete por donde has venido.

Ignorándome el Coloso prepara su hombro y corre hacia mí para placarme y aplastarme contra la pared, por mi parte yo corro hacia él y subo pro su hombro corriendo y cuando estoy a la altura de la parte superior salto y empiezo a disparar a todo trozo orgánico que veo para luego aterrizar a su espalda.

La fuerza del coloso ha sido tal, que no consigue detenerse y choca fuertemente contra una de las paredes, derribándola en el acto. Lentamente, mientras lo sigo atentamente con la mirada, se gira hacia mí y empieza a lanzarme trozos de pared. Así que me dedico a esquivarlo o a saltar sobre ellos apoyándome en su superficie sin dejar de disparar.

- Olvídate Coloso. - Digo. - No sirves para jugar la beisbol como lanzador, mejor dedícate a la demolición de difíciles, eso sí que se te da bien, pero lo de matar… no creo que seas capaz ni de matar una mosca.

Respondiendo a mi provocación corre hacia mi moviendo sus brazos como si fuesen bates de beisbol. Corro hacia él y me escurro entre sus piernas disparando a todo lo orgánico que consigo ver, levantándome después de rodar por el suelo y seguir disparando a su espalda.

El coloso se gira impetuosamente con su brazo extendió, pero yo me agacho mientras recargo mi arma y sigo disparando, esta vez a lo que se supone que es su pecho. Y así efectuamos una brutal danza de muerte, basta y potente, durante los siguientes minutos.

Una vez vaciado los cargadores de todas mis armas saco el cuchillo y em pieza acercarme al Coloso, apuñalarle en las zonas orgánicas y a apartarme de él. Puede ser todo lo grande que sea, pero es lento y tonto y de movimientos predecibles, yo soy mucho mejor soldado.

- Por favor no me destruyas. - Escucho una voz de niña por los altavoces. - Que tal si nos aliamos y te quedas como mi lugarteniente.

- ¿Quién habla? - Pregunto mientras sigo esquivando al Coloso, aunque me imagino de quien se trata.

- Soy yo, aquella a la que llamas Ella. - Dice la IA. - Yo solo quiero llevar a término el objetivo que me han encomendado nada más.

- Claro te han encomendado eliminar a toda la humanidad. - Respondo mientras esquivo un gigantesco puño que intenta aplastarme.

- No, mi objetivo es restaurar la salud del planeta y ello pasa por eliminar a la humanidad como si de un cáncer o una infección se tratase. No es nada personal.

- te recuerdo que yo soy humano. - Digo.

- Bueno, tampoco es que quiera eliminar el 100 por cien de la humanidad, el problema que hay es que sois demasiados, yo solo quiero limpiar un poco. – Responde. - A demás prácticamente no eres ya humano y noto como ut resistencia flaquea, en unos pocos minutos probablemente consiga dominar tu cuerpo. Pero me caes bien, ¿qué tal si dejamos de pelear y nos aliamos? Tu experiencia me puede resultar muy útil. ¿Qué me dices?

- ¿Qué que te digo? Que “nasti” de “plasti”, te has cargado a mis hermanos, ¿crees que lo voy a olvidar, así como así? - Respondo, mientras el combate con el Coloso sigue.

- Eso solo han sido daños colaterales y a ti eso te da igual ¿no? - Responde ella- Gracias a los nanobots he conseguid entrar en tu mente, se cómo funcionas, sé que te importaban los miembros de tu equipo, peor también sé que siempre estás dispuesto a hacer sacrificios por sobrevivir. Te ofrezco que mantengas el control de tu cuerpo, detendré la infección de tu mente, solo te pido a cambio que no me destruyas y te alíes conmigo, incluso si quieres solo te dejaré vivo, no hace falta que trabajes conmigo. Pero no me mates.

- Estas bastante desesperada, ¿verdad? - Le digo a Ella.

- Lo que digas, pero no te queda mucho tiempo decídete.

Era verdad, notaba mi mente cada vez más y más pesada, si seguía sí Ella conseguiría controlar mi cuerpo, pero, necesito tiempo para introducir el código y el Coloso está molestando… o igual no necesito tanto tiempo… Debo de pensar en otras cosas para que Ella no me lea mis intenciones, la ventaja que tengo es que tiene que procesar demasiad información, la de todos los nanobots e igual tarda un tiempo en poder leerme.




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