Capítulo 1.

Esta es la historia de una chica que consiguió lo que nadie creía. Ella es Natsuki Namikaze que nació en una gran aldea para los ninjas, Konoha. El país estaba dividido en cinco grandes naciones. Estaba el país del fuego donde la capital era la aldea oculta de Konoha, el país del viento con su capital la aldea oculta de la Arena, el país del rayo con la villa oculta de la nube, el país del agua con la villa oculta de la niebla y el país de la tierra con la villa oculta de la roca. Toda villa o aldea tenía como una especie de presidente. El del fuego se llamaba Hokage, el del rayo Raikage, el del viento Kazekage, el del agua Mizukage y el de la tierra Tsuchikage. Ellos eran los representantes de las cinco grandes naciones y siempre eran ninjas muy poderosos, pues debían encargarse de todas las personas que vivían en sus aldeas.

Para comenzar nos centraremos en el país del Fuego, en la aldea de Konoha. Todo parecía tranquilo en esa aldea, pero de repente llegó una gran catástrofe de la que se tuvo que ocupar el cuarto Hokage y para que la aldea estuviera a salvo, tuvo que sacrificar su vida para sellar al monstruo dentro de una niña recién nacida. Esa era Natsuki, en ella es donde el cuarto Hokage selló al monstruo que atacó a la aldea esa noche y por lo que dio la vida. Desde ese día Natsuki pasó a estar a cargo del Tercer Hokage, el anciano que se retiró para dejar que la siguiente generación se ocupase de Konoha, pero duró poco y no tuvo más remedio que volver a coger el mando y la última voluntad del Cuarto fue que se encargase de Natsuki.

12 años después.

- Si creen que me van a pillar es porque las llevan claras – grita Natsuki con su ropa manchada de pintura al igual que su cara y manos.

Llevaba mucho tiempo haciendo eso, pintar las paredes de los locales de la aldea y a las caras talladas en piedra de los antiguos cuatro Hokages. Lo hacía para llamar la atención de los aldeanos, pues nadie se ocupaba de ella. Siempre había estado sola desde que tiene memoria y nunca supo quiénes eran sus padres, pero lo peor de todo eran las miradas de odio de los demás. No entendía porque la miraban así, pues ella no hizo nada para que la tratasen de esa forma y por eso mismo comenzó a hacer trastadas, para llamar la atención de la gente y así supieran que ella existe.

Natsuki se sentía muy sola, pues no tenía ni padres ni amigos. Las personas de la aldea no dejaban que sus hijos se acercasen a ella y eso hacía que su vida fuese aún peor. Solo había un chico que sí que jugaba con ella, y ese era Shikamaru.

Natsuki empieza a correr por los tejados de las casas seguida de los ninjas que se encargarían de cogerla y llevarla ante el Tercer Hokage y entonces la obligarían a limpiar el desastre que había causado, pero nada de eso. En la carrera consiguió perderlos de vista y pudo esconderse.

Al ver que pasaban de largo pudo salir de su escondite y suspirar.

- Por poco – dice ella con una sonrisa -. Bien, es hora de seguir con el trabajo.

Tenía previsto ir a la montaña dónde estaban esculpidos los rostros de los cuatro Hokages y ponerlos más guapos con un poco de pintura, pero le había salido el tiro por la culata.

- ¿Y de qué se trata ese trabajo? – Natsuki se gira lentamente y se encuentra con un hombre que conocía muy bien. Era su maestro de la academia, Iruka -. Espero que ese trabajo sea volver a la academia, Natsuki.

- Maestro Iruka...

- ¡Natsuki, no puedes faltar a la academia y menos cuando el examen de graduación es justamente mañana! ¿Es que no quieres ser una gennin?

Iruka coge a la chica y la arrastra hasta la academia ninja.

Iruka había sido en único que no miraba a Natsuki con tanto odio como lo hacían los demás aldeanos, pero aun así la chica notaba que no le agradaba mucho a su maestro.

- Bien, ahora que ya estamos todos y como Natsuki ha decidido llegar tarde toda la clase tendrá que repetir la técnica de transformación.

Los demás alumnos se quejaron, pero todos se levantaron para hacer lo que el maestro había dicho.

- Bien la primera será Saori Haruno – dice Iruka.

Saori da un paso al frente y junta sus manos para formar un sello y acumular chakra. Una nube de humo rodea a Saori y cuando este se disipa la chica había desaparecido y ahora había otro maestro Iruka frente al verdadero.

- Vaya, has decidido transformarte en mí, muy bien, Saori – le felicita el maestro y la chica vuelve a su forma natural con una sonrisa.

- ¡Bien, lo he conseguido! – dice Saori llena de felicidad y mira a uno de los compañeros. Sasuke Uchiha, el chico más popular de toda la academia -. ¡Lo has visto, Sasuke!

Este le lanza una mirada aburrida y enseguida la aparta.

- Bien – sigue Iruka -. El siguiente, Sasuke Uchiha.

Este da un paso al frente y hace el mismo sello que Saori había hecho y se transforma en el maestro Iruka.

- Muy bien, Sasuke – lo felicita Iruka, el chico solo lo mira sin expresión y se aleja para ir a su pupitre -. Siguiente, Natsuki Namikaze.

Natsuki da un paso al frente con una gran sonrisa, esperando impresionar al maestro y también a todos sus compañeros. Esta hizo lo mismo que sus dos anteriores compañeros, pero en vez de transformarse en el maestro Iruka se trasformó en un hermosa mujer en bikini.

Toda la clase se queda con la boca abierta y el que más Iruka.

- ¡Natsuki! – grita todo furioso el maestro.

- ¿Qué te parece mi jutsu sexy, maestro Iruka?

El maestro le da un capón en la cabeza y Natsuki vuelve a su normalidad.

- ¡Se acabó la clase! – anuncia Iruka mientras retiene a Natsuki cogida de la oreja -. ¿Te has vuelto loca?

- Me he transformado como tú has pedido – responde ella apartando la vista -. La próxima vez especifica mejor.

- No tienes remedio – suspira el maestro y se lleva a Natsuki para que limpiase todos los grafitis que había hecho.