Nephilms ©

II "La marca"

∞Nueva York, lunes 18.30pm.∞

DARA

Aram alzó sus dos cuchillas en alto, al mismo tiempo que acomodaba mi catana.
Un poco de sudor frío inundó todas mis manos, ya que es muy astuto además de que su poder es la fuerza y la destreza.
Traté de leer sus movimientos, pero me es imposible ya que la postura que tiene es ilegible, y por lo tanto, impredecible.
Samara alzó su mano y luego la golpeó sobre la colchoneta.
Aram sonrió de costado y se adelantó unos pasos hacia mí. Apreté mis labios y fije mis pies lo más que pude, fue allí cuando intenté mi primer ataque, el cual lo esquivó fácilmente.

-Muy lento - dijo con una sonrisa sobadora - mi turno - alzó sus cuchillas e intentó atacarme de costado.

Sin creerlo logré moverme a tiempo y le llegué a pegar una patada en su hombro.
Pude notar como el color azulado se intensificaba en sus ojos y noté de reojo las caras de sorpresa Samara.
¿Qué? Tantos años de entrenamiento en algún momento tenía que dar sus frutos.
Con cada golpe se podía sentir que la tensión aumentaba y aún así no logré rozar, aunque sea, un espinillo en su piel, tan sólo eso bastaría para dejarlo expuesto.
En un momento Aram logró pegarme en la boca, seguido de un leve corte en una de mis mejillas.

Limpié la sangre que cae de mi mentón - ahora si que me hiciste enojar - dije al mismo tiempo que cierro mis ojos y siento mi herida sanarse y cerrarse por completo.

∞Londres, martes 00.43am.∞

Largué una risa por lo bajo en cuanto la vi acorralada.
Alcé una ceja y me crucé de brazos atento a cualquier movimiento que pudiera hacer.

Le acabo de avisar a papá que la tengo bajo mi mando, y aunque me dijo que no hiciera nada hasta que él llegara, me hizo desear aún más una pelea.
Por lo que vengo estudiando, ella es muy poderosa y muero de ganas para ver hasta donde puede llegar sus capacidades.
Di un par de pasos pesados hasta ella, quien desesperada intenta trepar el mural de fondo.
En cuanto oyó mis pisadas, se detuvo y se giró hacia mí.

-¿Quién eres? - dijo con la voz temblorosa.

No le di una respuesta, más bien seguí avanzando y me detuve cuando estuve a un metro de sus pies.

-No te ves tan tenebrosa para ser la parte femenina de Astaroth - dije estudiando su comportamiento de miedo e inquietud - pensé que serías más agresiva y peligrosa, si te soy sincero quería un poco más de acción.

-¿Qué? ¿quién? - dijo con total confusión en su rostro, y pude notar su mentón temblar levemente - no me hagas daño por favor.

Su actitud es bastante manipuladora, es increíble la facilidad con la que puede engañar a cualquiera. Su mirada de pánico va aumentando cada vez más.

-Mi nombre es Adeline Moore, no Astaroth - su pecho comenzó a subir y bajar rápidamente, y fui lo bastante rápido como para llegar a tiempo y cubrir su boca.

-Es tarde y no queremos despertar a nadie - dije ejerciendo presión en su mandíbula.

Sentí sus gritos reprimidos mientras lágrimas caen sin cesar por sus mejillas, hasta la palma de mi mano.
Mis ojos penetraron los suyos y pude verla totalmente asustada. Hice una mueca algo confundido.

Comencé a dudar de si Adeline era tal vez una humana, y nos equivocamos de chica. Aunque luego recordé que debe tener la marca en su abdomen.
Levanté un poco su blusa dejando ver la marca.
Sonreí de costado, y la miré alzando una ceja.

-Casi caigo en tu trampa - largué una risa profunda - eres muy manipuladora.

Astaroth mujer, comenzó a negar desesperada mientras cubre su vientre - nací con ésto, es una marca de nacimiento. Mi abuela tenía la misma.

-¿Tu abuela? - dije de forma extraña.

-Si, no la llegué a conocer, pero mis padres me dijeron que tenía la misma marca que la mía - abrió sus ojos y colocó sus manos en el estómago.

-Se ve que Astaroth eligió siempre el mismo linaje familiar - me susurré a mí mismo - que interesante.

-¿Qué harás conmigo? - dijo tragando fuertemente su saliva en señal de nerviosismo.

Tomé su mentón con mi mano e hice que mirara las estrellas de ésta fresca noche.
Me incliné a su oído, y pasé mi lengua una y otra vez por mis labios.

-Tú, querida Adeline - dije haciéndole burla a su nombre - sufrirás las consecuencias por haber nacido con la marca - dije rozando las yemas de mis dedos por su vientre - y nadie, podrá salvarte. Jamás.

Largué una risa contenida, al ver cómo las lágrimas de aquella jóven mujer se esparcían por ambas mejillas.

-Suéltala Caín - su voz retumbó por el eco de las paredes hasta nosotros.

Sin ganas solté mi mano de su cara.
Algo molesto me dirigí hasta una esquina para apoyar mi espalda y cruzar una de mis piernas, mientras permanezco de brazos cruzados.
Cuando no papá llegando en momentos emocionantes.

-Es ella, puedo sentir su esencia recorrer por toda su sangre - dijo en un gran suspiro - déjame verla, necesito verla - continuó su caminar hasta tomarla del brazo y fijar su vista en la marca - fantástico.

Astaroth mujer no despegó sus ojos de papá e intentó zafarse del agarre - ¿quién eres? - susurró por lo bajo.

-Oh lo siento mucho, que descortés de mi parte - dijo largando una carcajada y retrocediendo unos centímetros atrás para hacer una reverencia - me presento, mi nombre es Lucifer - alzó una ceja y fijó su mirada en ella - y tú mi querida, vendrás con nosotros en un largo viaje que haremos.

Papá rápidamente cubrió su boca con un paño en cloroformo, y antes de que ésta cayera al suelo, la sostuve fuertemente en mis brazos.

-Pensé que sería más peligrosa - dije fijando mi vista en su delicado rostro humano - ¿aún sigue siendo Adeline?

-Mmm no estoy seguro - dijo llevando su mano al mentón - tal vez sea porque la parte masculina de Astaroth aún no ha llegado a la Tierra y estamos a tiempo de salvarnos, o de lo contrario, la chica estuvo jugando con nosotros. Ahora bien - dijo sonriendo de oreja a oreja - ¿quien está listo para un viaje a Nueva York?




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