Se escuchó una risa del otro lado de la línea – Debes dejar de hacer eso Alex.
Alex rió – Bieeeenn, pero es que es divertido, es que me gusta la cara que pones cuando te digo así.
- Ya Alex esto es serio, ya luego vemos qué más te encanta de mi – dijo pícaro.
-Cállate.
- Shhh, volviendo a lo serio agente Grant – el agente del otro lado de la línea volvió a adoptar su voz seria – como sabe ya es momento de iniciar la fase uno de todo esto, “El reconocimiento de Judas”, ya sabe lo que va a pasar y lo que tiene que hacer.
- Sí, todo claro agente Corosso.
- Perfecto, supongo que ya tiene sus sospechas.
- Me conoce bien, sí, estoy realizando un estudio de campo, viendo qué sabe cada quien. Aunque es un poco difícil, porque primero tengo que acercarme a ellos para que confíen. Pero, ya tiré a las cabezas, tengo a los líderes del lugar.
- Y no esperaba menos, cuídate Alex, ya Judas va a caer – dicho se cortó la comunicación.
“Autodestrucción en 5…4...”
El teléfono entró en modo de autodestrucción – Mierda, ¿y ahora qué?
“3…2” – Alex tomó el celular y lo lanzó antes de que explotara en sus manos.
Ya era de noche, emprendió su camino de vuelta. Al cabo de un rato escuchó ramas romperse, pisadas, alguien venía. Alex se puso alerta y se escondió detrás de un árbol. La luz de una linterna se hacía más cercana y entonces pudo distinguir a Marce.
Alex salió de su escondite justo cuando el foco pasaba por su lado, la luz se posó en su rostro y levantó sus manos cubriéndose – oye, ¿podrías…?
- Mierda Rose, eres tú – dijo quitando el foco de la cara de Alex.
- Sí, ¿qué haces aquí?
- Eso debería preguntarte a ti, salí a buscarte. Está muy oscuro, ¿qué hacías?
- Disculpa, me quedé dormida. ¿Te preocupé? – dijo evitando sonreír. Pero sus ojos brillaban con diversión y, a pesar de la oscuridad, Marce lo notó.
- Pues sí idiota, nos preocupaste. Ahora ven, vámonos. – dijo haciendo énfasis en ese “nos”.
- ¿Qué? ¿Acaso no te gustan las noches salvajes? – dijo Alex caminando hacia ella.
- Salvajes sí, en el bosque no. -dijo poniéndose en marcha.
- Interesante dato… - murmuró la castaña para sí misma.
No hablaron más en el resto del camino. Además, ya no estaban tan lejos, sólo como a unos 10 minutos caminando.
- ¿Ya te instalaste? – dijo Alex cuando estuvieron frente al instituto.
- No, aún no. Pero ya mañana terminaré de acomodar algunas cosas y podré trasladarme por completo. – dijo subiendo los escalones para llegar a la puerta de la entrada – ¿No piensas venir? – dijo al ver que Alex aún seguía de pie al borde de los escalones.
Sacudió la cabeza como si estuviera apartando algún pensamiento y asintió – Sí, ya voy.
°*°*°*°*°*
El día siguiente pasó sin ningún imprevisto, todo ocurrió normal. Marce se instaló por completo en su nuevo espacio, y Alex por su parte siguió haciendo sus “grupos de charla relajada” donde hacía preguntas al azar y tratada de conseguir información. Pero nadie sabía nada, o al menos eso decían y Alex sabía que le metían.
Era frustrante, pero por lo menos pasaba buenos ratos con personas agradables. Cayó la noche, Alex convenció a todos de que hicieran una fogata para compartir un rato, también les dijo que sacaran sus teléfonos para recordar algunos de los momentos en lo que todo era “normal”. Estaban riendo y contando anécdotas de sus vidas, algunos mostraban fotos o videos de cosas graciosas o interesantes. De un momento a otro, los teléfonos de todos empezaron a sonar con un mensaje entrante.
“Te encontré, vine a sacarte de ahí. Sólo sigue el estruendo.
-Cto.”
Era un mensaje de Cuántico, Alex se apartó y empezó a observar las reacciones de todos, algunos eran indiferentes y otros mostraban una gran confusión. Tal y como decía el mensaje, un estruendo se escuchó, todos giraron su cabeza hacia el lugar de donde provino.
- Hey, cálmense, seguro no es nada. – dijo Marce, levantándose de su lugar.
- Esto es muy raro Marce, nuestros teléfonos no tenían señal y de repente llegan estos mensajes y se escucha el estruendo, tal y como dice el mensaje, ¿no deberíamos ir a investigar? – decía un muchacho, Alex no conocía su nombre, pero parecía simpático.
- Yo podría hacerlo, ir y ver qué sucede. – propuso Alex.
- Rose, sabes que es peligroso – dijo Patrick.
- De ninguna manera Rose, ni loca. – dijo Marce.
- ¿Pueden calmarse, ambos? Dejen de tratarme como una niña, soy la que mejor sabe defenderse del grupo, y eso les consta a todos. Si quieren saber qué fue eso, soy su mejor opción, al menos antes de que amanezca.