XV
- No estarás con nadie más, de eso me encargo yo. – le dijo entre besos, Marce sonrió.
Separó sus labios para mirarla a los ojos y decirle – Entonces, ¿por qué lo propusiste? – Alex no respondió, sólo la observó por unos segundos y volvió al ataque con sus labios.
Despegó sus manos de la pared y empezó a tocarla. Su cuello, sus pechos, su cintura… no podía mantener sus manos quietas, era como si tuvieran vida propia. Tomo el borde de su blusa y se la quitó, inmediatamente sus ojos se posaron en sus hermosos senos.
Marce tenía la respiración agitada y al ver la mirada hambrienta que le lanzaba su compañera, sólo se excitó más. Alex posó sus manos en la parte posterior de sus muslos e hizo que enroscara sus piernas alrededor de su cintura.
Empezó a besarle el cuello y lentamente fue dirigiéndose hasta el escritorio. Una vez allí la depositó con cuidado y sus labios fueron descendiendo lentamente. Llegó al inicio de sus senos y le dio un beso a cada uno, Marce se estremeció al sentir sus labios allí y a su cabeza llegaron las imágenes de la última vez que estuvieron así. Marce se mordía el labio tratando de contener los gemidos, su cuerpo ardía bajo el toque de cierto demonio atrapado en un sexy cuerpo.
- Te quiero oír Ce, quiero oírte gritar. No te contengas – Dijo y posteriormente le dio un leve mordisco en el ombligo. Marce no aguantó más y dejó escapar un leve gemido – Umm, así me gusta.
Alex siguió con su expedición, continuó besando y acariciando su cuerpo, hasta que llegó al borde de su pantalón. Se detuvo y volvió a incorporarse para unir sus labios, abrió las piernas de Marce y se posó entre ellas. Introdujo la lengua en su boca y sus manos empezaron a descender, una hasta el broche de su pantalón y la otra hasta su sostén. Pasó la punta se sus dedos por su espalda desnuda, ocasionando que se le erizara la piel.
Le retiró el sostén por completo y luego la levantó un poco para quitarle el pantalón lentamente. Cuando sólo estuvo en bragas, Alex se apartó y pasó sus ojos por todo su cuerpo, no creía lo que veía. Marce tenía el pelo algo despeinado, sus pezones estaban duros y erectos, incitándola a chuparlos. Luego posó su mirada en su sexo cubierto por una fina tela, de pronto se imaginó con la cara metida entre sus piernas, probándola, saciando su sed, se imaginó su dulce sabor, eso la hizo apretar los dientes, debía controlarse.
Alzó la mirada y se encontró a Marce observándola fijamente, vio el deseo reflejado en sus facciones. Alex se mordió el labio inferior y se acercó hasta rozar sus labios – Eres perfecta, me encantas. – y luego la besó.
Marce, por su parte empezó a desnudarla, enroscó sus piernas alrededor de su cintura. La pegó a su cuerpo y fue despojándola de sus prendas superiores. En cuando sus pechos quedaron libres, sus pezones hicieron contacto ocasionando que ambas soltaran un gemido que quedó atrapado en la boca de la otra.
Alex, sin despegar sus labios ni un solo milímetro, la volvió a alzar del escritorio y esta vez se dirigieron hasta las mantas que estaban en el suelo. Sus manos se encontraban acariciándole los pezones, ocasionando que Marce se retorciera debajo de su cuerpo. Pronto se encontró sin pantalones y sin bragas, estaba completamente desnuda.
- Quiero verte – le susurró Marce. Alex se hizo a un lado y Marce se levantó un poco para poder observarla. “Es divina”- pensó. Alex tenía un cuerpo esbelto, tonificado. Sus pechos eran un poco más grandes que los de Marce, su largo pelo caía hacia delante, tapándole parte de los pezones. Descendió su mirada y se encontró con un vientre plano y fuerte, al parecer la chica se ejercitaba. Tenía largas piernas, y un buen trasero – Te equivocas, aquí la perfecta es otra. – y se acercó para volver a besarla. Esta vez fue más lento, explorándose entre ellas. Deslizó su lengua por encima de la de Alex y con sus manos empezó a acariciarle los brazos, luego el vientre y fue subiendo y subiendo, hasta quedar al borde de sus senos. Pasó por el valle que se forma entre ellos y luego enroscó sus manos detrás de su cuello atrayéndola hacia sí; Alex, por su parte, tenía sus manos en su cintura y jugaba con el elástico de su ropa interior. Metió una mano y apretó su trasero, Marce gimió por la sorpresa. Luego fue bajándola lentamente, hasta dejarla completamente desnuda.
Su fue incorporando despacio, y con sus manos fue separando las piernas de Marce para acomodarse entre ellas.
La sensación de tener ambos sexos unidos fue gloriosa, ambas soltaron un fuerte gemido de puro placer y Alex empezó con sus movimientos. Primero fue lento, quería que Marce se acostumbrara a sentirla, que se acostumbrara a la sensación de tener sus jugos mezclándose.
- Estás tan mojada – gruñó Alex, realmente no sabía cuál de las dos estaba más excitada, si ella o Marce. Ambas estaban muy húmedas, por lo que podía deslizarse sin ninguna dificultad sobre ella. Marce alzó sus caderas y empezó a moverse al compás de Alex, siguiendo sus embestidas que cada vez se volvían más rápidas y precisas.
Los músculos de Alex estaban tensos, tenía la cara escondida en el cuello de Marce y de vez en cuando le daba uno que otro beso.
- No te contengas, Rose. Relájate. – dijo entre gemidos. Acariciándole los hombros.
- No quiero hacerte daño, a veces puedo ser muy brusca.