New City Chronicles: The loss Compass

CAPITULO 11

Un rayo me derrumba por tercera vez.

Me levanto prácticamente exhausta, observo el lugar, tierra y más tierra, sin calles, casa o personas.

Resulta que luego de aceptar el entrenamiento de mi antepasado directo las cosas no salieron como esperaba.

-es todo lo que tiene- grité desesperada- pensé que era alguien supremo.

Un nuevo rayo sale disparado hacia mí está vez lo preveí y salte en la otra dirección, el rayo pegó en unas colinas que se encontraba a unos metros pocos del lugar donde me estaban entrenando.

-¿Que fue eso?- susurró una voz en mi cabeza - debes reaccionar .. hazlo por ellas, eres su salvación.

¿Acaso esa era la voz de Jackson?

Intento indagar en mi mente pero como muchas veces en las últimas horas un  dolor me invade, jaquecas que  comenzaron cuando acepté entrenar.

Un rayo pega directo en mi, salgo volando pocos metros antes de aterrizar contra el suelo.

Un alarido de dolor abandona mis labios.

Esta vez, este golpe había sido más fuerte que los otros otros.

Quise levantarme, pero un dolor me nublo la vista, mi respiración era errática y las lágrimas quemaban mis ojos.

-concentrate- la voz de Enoc vino de diferentes direcciones- si no, nunca ganaras.

Ganaras.

Si no ganaba jamás saldría de aquí, me levanté aún con el dolor calando mis huesos, me puse en forma defensiva.

Sabía que tardaría varios días incluso meses en terminar mi entrenamiento, pero la verdad lo que me preocupaba era saber cuanto tiempo pasaba en la vida real.

¿Minutos?¿Horas?¿Años?

¿Seguiramos acaso en la ceremonia?, o está ya abría acabado.

Un montón de rayos salieron disparados en mi dirección, deje de hacer preguntas tontas y corrí en dirección contraria a ellos.

A unos metro una pequeña roca apareció, corrí aún con el dolor palpable y me lancé sobre esta justo a tiempo.

Algunos rayos pegaron contra ella mientras otras se estrellaron en las colinas que ahora no se veían tan lejanas.

-debes concentrarte-bufo la voz de Enoc- deja de distraerte.

Asenti aún sabiendo que el no me vería, respire varias veces y salí de mi escondite. Camine determinada hacia el centro de la arena, cerré mis ojos.

En mi mente podía escuchar claramente las frases sarcástica de mis hermanas, muchas de ellas llamándome idiota y una que otra diciendo que estaba por cometer suicidio.

Una mueca cruzó mi rostro, entonces oí el estallido de un cañón.

Una de las luces iba directo a mi. De eso estaba más que segura.

Abrí los ojos segundos antes que me golpeara y me aparte con las justas.

Estaba segura de que este entrenamiento no me serviría de nada.

-¿Eso es lo que crees?- Enoc se encontraba frente a mi  - muy bien, veamos si eres como yo querida.

Una mueca surco su rostro.

Me acerqué hacia él, Enoc estiró las manos cerró su Palma derecha en un puño, y cuando lo abrió, una pequeña luz inundaba esta.

Pase mi mirada de él a la luz ¿Yo podía hacer eso?

- supongo si- susurro mortificado Enoc- si no puedes hacer una simpleza como esta, no mereces ser mi reencarnación.

¿Merecer?, mi antepasado definitivamente tenía el ego por los cielos, retrocedi unos pasos cuando la jaqueca empeoró.

-debes despertar - susurraba la voz de Keila- las cosas están yendo de mal en peor.

Puse mis manos sobre mi cabeza, ella no sabía cuantas ganas de despertar tenía, no sabía que podía escucharla, no sabia…

-deja de perderte Casey- Enoc se acercó velozmente - no puedes dejar que ellas ganen, si lo haces perderás, respirar, tranquilizate esa es la única forma.

Hice caso y comencé a respirar calmadamente, una parte de mi sabía que de no intentar tranquilizarme quizás podría despertar o morir, lo que ocurra primero.

Quite lentamente mis manos de mi cabeza y las coloque en los hombros de Enoc.

-ahora - repuso sonriendo- comencemos.

De repente desapareció y yo casi caigo de cara sobre la tierra.

Me incorporé al escuchar ese risa ya conocido para mi, una luz estaba por golpearme de nuevo cuando salte hacia un lado.

-¡Esto es injusto!-chille- si no salgo mucha gente morirá.

-y si sales sin saber nada, de todas formas morirán.

Eso me callo, no volví hablar sólo cerré los ojos y me deje llevar.

El sonido de una nueva luz interrumpió el aire y está vez no me aparte, estire mi mano hacia ella y me concentre.

Deje el miedo, la desesperación y las ganas de llorar detrás, cuando sentí la luz demasiado cerca, abrí mi mano.

Respire y abrí los ojos, no había luz, ni destellos peor sonido, sólo me encontraba yo en un desierto con lágrimas cayendo de mis ojos.

Sin poder resistir, caí de rodillas al piso y deje que todo el miedo flotara, lo había logrado, había pasado una prueba, había retenido una de esas estúpidas luces.

Levanté la vista cuando observé sus peculiares zapatos frente a mi.



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En el texto hay: amor, magia, poderes

Editado: 06.05.2020

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