Una persona que ha sufrido mucho en su vida y se ha culpado de ello, cuando muere, queda vagando por la tierra sola con su sufrimiento tratando de encontrar la felicidad que tanto ansiaban, aunque solo algunas lograron entrar al cielo por su propia cuenta, es decir que si aquella persona que muere sufriendo queda en la tierra como un espíritu solitario y si no es perdonado por si mismo, es imposible que esté en el mundo de los muertos... o eso es lo que me habían explicado Raguel.
Entonces vino a mi mente la secuencia en donde pierdo mi vida, recuerdo que fue un poco dolorosa, aunque perdí mucha sangre y no llegue al hospital con vida, me alegro que mi mejor amigo Marcos saliera ileso de todo esto.
Y bueno, por otra parte estaba yo, al lado de mi cuerpo mientras me hacian RSP sin ninguna respuesta. No luche porque no tenia nada por qué luchar, entonces me deje llevar por lo que inevitablemente iba ocurrir algún día.
3 de febrero 1991, 23:34 fue exactamente el día y la hora en que firmaron el acta de disfunción. Y es un poco ¿raro? Ya sabes, porque uno nunca esta preparado para ver su cuerpo morir poco a poco.
Raguel me mostró mi funeral porque se lo pedí amablemente, estaba a mi lado cuando bajaron el ataúd al suelo, solo habían cuatro personas las cuales asistieron al funeral, las cuales amaba con todo mi corazón.
Marcos y su hermano Derec, lloraban casi a la par, eso me rompió el corazón.
«Lamento que tengan que sentirse así chicos» les dije triste, pero no me escucharon... Lo se, era un ángel, tristemente no podían verme.
También estaba Rosalía, mi vecina, y su pareja Liana, eran como mis madres, ellas conocían a mis abuelos desde mucho tiempo y yo las admiraba realmente, me sentí triste una vez más.
Pero sabían todo lo que había sufrido y estoy segura de que sintieron que estaba mejor en este lugar. Y así es, estoy mejor.
Luego de que Raguel terminara de explicar y yo hacer varias preguntas que se formulaban en mi mente, terminó finalmente con todas mis dudas.
— Eso es todo lo que tienes que saber, Cassie.
—Lo entiendo perfectamente, y estoy... Asombrada. Lo que mas me sorprendió es que no era nada como lo imaginaba, es r...
— ¿Cassie, eres tu? —hablaron detrás de mi.
Antes de girar, el arcángel hablo y luego despegó sus alas y se fue.
Toda palabra que dijo, toda explicación perdieron sentido cuando vi las caras de mis abuelos, estaban ahí frente a mi, y yo solo podía llorar.
—Abuelos— entonces los abrace.
Los extrañaba mucho.