15 minutos y 5 vueltas a la casa más tarde encuentro el baño por fin. Al salir prefiero dirigirme a la cocina para coger un refresco y luego ya volver con los chicos. Mando un mensaje a Camila para avisarla de que iré en un rato y mientras que bajaba las escaleras me voy a guardar el móvil en el bolso pero me choco con alguien lo que provoca que el móvil se me escape de las manos y caiga por las escaleras hasta colarse por el borde de estas y caiga a la planta inferior.
-Mierda, mierda, mierda- maldigo bajando la escalones a trompicones. Cojo mi móvil pero no enciende.
El chico con el que me había chocado también bajo a ver el estado del móvil.
-Ponlo en arroz que así se arregla- encima me tuvo que tocar al gilipollas de turno.
- Eso es para cuando se moja el móvil, genio - espeto
- Bueno al menos he intentado ayudar- argumenta ofendido
-Y eso me sirve para...- no podía parar de mirar mi móvil e intentar encenderlo,
-pues no se pero la intención es lo que cuenta - dice muy digno él
- Entonces la intención de tirarme el móvil?- me está sacando de mis casillas, intenta hablar pero le interrumpo - mira ahórrate lo que me tengas que decir y mejor vete que ahora mismo no estoy de humor para aguantar a nadie, gracias
espero a que se vaya pero no reaccionó así que ya si que levanto la vista de mi móvil para ver quién ha sido el causante de mi desgracia y me quedo petrificada al ver de quién se trata: uno de los hermanos Gadú.
- Guillermo - me ofrece una mano para que se la estreche pero no lo hago. Vuelvo la vista a mi teléfono y pongo una muñeca abatida al comprobar por doceave vez que el móvil no enciende.
-Iris- digo simplemente aún con la vista fija en el móvil
- Me suenas, vas a mi instituto no? Al Harrison hill
-Si
-Madre mía que habladora estás hoy ehh- ya empieza con su tono bromista - cualquiera te invitaría a que dieras una ted Talk.
Levanto la mirada
- Si bueno, hablo cuando la conversación me resulta interesante.- ya necesitaba irme de allí, la batería social se me acaba de esfumar de la misma manera que la vida de mi movil- si me disculpas
-Gilipollas -susurro cuando me aseguro de que estoy suficientemente lejos de él como para que me escuche
Ando en dirección a la salida, pero luego me doy cuenta de que necesito ayuda de alguien para pedir un taxi e irme de aquí así que me voy de nuevo al salón, Camila ya está apartada en una zona con un chico y los demas no están por allí. Me armo de valor y me acerco hacia mi amiga, la doy un par de toques en el hombro y se gira para darme una mirada furtiva.
- que quieres- me dice bruscamente - no ves que estoy ocupada
-Te quiero pedir un favor, es urgente por favor- suplico
- No creo que sea tan importante como para interrumpir en un momento así- me dice insinuando que los he pillado con las lenguas en la garganta del otro
-Va en serio, por favor- insisto
el tío que tiene mi amiga al lado me mira con una mueca de aburrimiento mientras agarra a la morena de la cintura
- Ahora no puedo Iris, hablamos luego vale?- se gira de nuevo hacia su ligue y ambos se van en dirección a la planta de arriba, donde se encuentran los dormitorios.
-Joder- sursurro
Ya no puedo más, entiendo que ahora mismo no pueda hablar conmigo porque está haciendo cosas más importantes y no es su culpa, pero me causa impotencia el no poder conseguir ahora un taxi para irme a casa, ya no se que hacer, lo juro.
Voy andando a la puerta de salida tras dar un repaso a la casa para ver si veo a mis amigos, se habrán ido a algún lado pero ahora no tengo las fuerzas de ir a buscarlos, necesito estar tranquila un rato, tanto ruido y gente agobia. Si tuviera mi móvil llamaría a Estela para avisarle de que me voy a mí casa y llamaría a un taxi, pero como mi móvil está más muerto que el mar ese pues nada.
Retiro lo dicho de los gemelos, son insoportables, no les aguanta ni su madre.
Ya me caen mal, si los dos porque si viven juntos tienen que ser igual de estúpidos, la estupidez se pega con el tiempo.
Ya claro por qué hay un estudio científico que llo demuestra
Claro
Seguro
Que si, cállate.
Vale pues me cae mal solo Guillermo
Vamos avanzando
Salgo de la casa y empiezo a andar en dirección a la parada del bus, la más cercana que conecta con la línea de casa de Camila está a quince minutos andando pero no puedo hacer mucho.
Pregunto a una señora que está en la parada por si sabe sobre que hora pasará el busy me dice que mínimo hasta dentro de una hora nada. Además la pregunto que hora es y me dice que las once. Parece ser que los ricos van a todos los lugares en cocho por lo tanto el bus en este barrio no pasa muy a menudo
Decido que no voy a esperar una hora para el bus y me dirijo a casa de Camila para recoger mis cosas, se suponía que me iba a quedar a dormir pero al final me parece que no va a ser así, no me apetece tener que escucharla hablar de cómo se lo ha montado con tres tíos está noche, puede que suene borde pero es la verdad.
Al llegar llamo al timbre y la señora Gutierrez me abre la puerta para automáticamente poner una mueca de confusión al ver qu si hija no está conmigo.
-He tenido un problema y me tengo que volver a mi casa, Camila se ha quedado en la fiesta porque un amigo se ha ofrecido a llevarme y no era necesario que me acompañará pero tengo que pasar por aquí a recoger mis cosas.
- si si tranquila cariño pasa,- me dice Kassandra con su característico tono amable.
La señora Gutierrez es una de las personas más amables y humildes que conozco, a pesar que vive en un chalet en una de las zonas más pijas de la ciudad sigue agradeciendo todos los días por lo que tiene y nunca presume de du poder, incluso al contrario, ayuda todo lo que puede a suu familia, vecinos y hasta a la grntr que no conoce de nada. Es fiel a sus orígenes y sabe cuanto cuesta llegar hasta la cima.
Cuando Camila era pequeña, Kassandra, Camila y su padre, vivían en una casa bastante pequeña en un barrio humilde de la ciudad, eran nuestros vecinos y desde entonces Camila y yo fuimos mejores amigas, un día, como a los seis años, al padre de Camila le ofrecieron un trabako como comentarista deportivo en una de las emisoras más importantes del país y se mudaron a uns casa mucho mas grande en un barrio mejor, el tener una estabilidad económica le permitió a Kassandra emprender en crear una empresa la cual triunfo sobremanera e hizo que pudieran mudarse a el barrio más pijo de la ciudad y meter a su hija a un colegio concertawo de renombre. Camila y yo seguimos manteniendo el contacto por mucho que nos encontraramosen lugares totalmente diferentes.