Con el amanecer de un nuevo día, Bruma recupero la motivación y se hizo de un objetivo en la vida: convertirse en héroe, proteger a su equipo y ganar la aprobación de su familia, con eso en mente fue a ponerse al servicio de Walter.
-¿Cómo dices?-pregunto desconcertado.
-Por mi culpa te hirieron y hasta que te recuperes voy a ser tu esclavo, hare lo que pidas.
-Hombre, fue un accidente…
-Y Walter ya tiene quien lo cuide-dijo Jenny, trayéndole el desayuno.
-No debes culparte-Joyce había amanecido de buenas-no conocías el procedimiento.
-A eso me refiero, ¿Cuál procedimiento?, tengo que aprender estas cosas.
-Nunca se da por sentada una victoria con Ink-recito Duncan-es una experta en arremeter de último minuto.
-No lo olvidare-lo anoto en una libreta-por favor, debe hacer algo que pueda hacer por ti.
-Bueno…podrías sacar a Octavio.
Se veía que el Físico tenía problemas, con su huésped incapacitado la comida y el movimiento tan preciados para su clase quedaban restringidos y daba vueltas sobre el cuerpo de Walter como tigre en jaula.
-No tienes que alimentarlo pero vigílalo bien, se pone algo loco sin ejercicio.
-Lo cuidare, no te preocupes-se inclino-Octavio, ¿quieres ir afuera?
-¿Afuera?-se detuvo, lo miro y miro a su huésped, luego salto sobre Bruma-¡Si, afuera, vamos!
-¡Quieto, grandote!-Niebla se le puso firme-este hombro es mío.
Bruma tomo unos algodones de solución del carrito y salió al patio, si lo que Octavio necesitaba era ejercicio le pediría que lo entrenase, él también necesitaba volverse fuerte para cumplir sus objetivos.
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Mientras alimentaba a los Entes y revisaba las tortugas, Hana se llevo una sorpresa, según el registro Pemberton había tenido a sus crías durante la noche, una camada entera de Letrados, ¿pero dónde estaba el aliviado padre?
-¿Tío?-lo encontró revisando una jeringa con la vacuna y noto un chocolate envuelto para regalo en la mesa-¿has visto a Pemberton?
-¿Quién?
-Pem…el gestante en la cámara seis.
-Ah, tuvo su camada anoche y se fue.
-¿Sin despedirse?
-Ya sabes como son, pese a su inteligencia los mueve más el instinto, en cuanto se sintió ligero corrió a la libertad.
-Claro-dijo desanimada-¿te pusiste perfume?
-¿Es demasiado?-solo entonces la miro-Ulrich está trayendo a Ivi, apenas pude arreglarme un poco.
-Estas perfecto-le acomodo la corbata.
-Debo hacer una última cosa antes de salir, ¿terminaste tus deberes?
-Me quedan un par de cosas.
-Apurémonos pues.
Ella volvió a la guardería, él inyecto el chocolate con la vacuna y lo guardo en su bolcillo, luego fue al laboratorio tras la cortina, había una caja allí que era puramente ver esas para manipular material radiactivo, dentro de la casa estaba Pemberton, luchando desesperadamente por escapar de la trampa que lo tenía sujeto por la gema, Simón lo examino fríamente.
-Siete Letrados en una camada-Quimistry no era más piadoso-mucho más que el promedio.
-Y copulo con una Musical, las respuestas deben estar en su chispa-presiono un botón.
Pemberton chillo, sintiendo como la trampa comenzaba a apretar su gema, pero la caja era a prueba de ruidos y nadie le escucho gritar mientras su gema se rompía hasta reventar y su cuerpo se deshacía como humo, Simón uso los guantes dentro de la caja para recuperar la chispa y ponerla en un negro tubo de ensayo.
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-Llegamos, Señorita Morris.
Ivi Morris era una hermosa rubia californiana, con su belleza y su Letrado de Carisma hubiese podido triunfar como modelo o actriz pero poseía un corazón de oro y amaba ayudar a la gente, por eso estudio medicina y se especializo en terapia física, no le iba mal pero cuando Simón la llamo diciéndole que uno de los hijos de Heichin necesitaba su ayuda no le costó mucho dejarlo todo e ir para allá; los tres habían sido buenos amigos en la escuela, Simón y ella se conocían desde la tierna infancia.