Me cubro bien por el frío, enciendo un cigarrillo mientras camino por la orilla del tejado de mi casa hasta llegar a un punto cómodo para mi, dejo caer mi sabana, acomodo una botella de vodka y una caja de cigarrillo, vuelvo a dentro para sacar un pequeño colchón y unas cuantas almohadas, necesito dialogar conmigo misma.
Acomodo las cosas y me siento mirando la negrura nocturna siendo iluminada por la luna, un viento leve mueve mi cabello y mi piel se eriza, no me siento mal de haber golpeado a Ines, era ella o yo y a mi me han golpeado mucho por ahora; me da miedo enfrentar el caos que yo misma forma.
La golpee, básicamente la deje mal parada frente a su grupo de amigos, me odio por haber estado con Axel, algo está pasando dentro de mí, algo que no es muy normal y me desorienta; una parte de mi que me sienta mal por mí misma, que me arroje a morir a los brazos de alguien me me apoye, pero la otra parte de mi me dice que aguante, que deje de ser tan estúpida y me aplaude por devolver el golpe.
Creo que últimamente me he acostumbrado a esa voz dentro de mí que me grita que esto es estupido y no debería importarme. Cada vez la escucho más fuerte, con más poder y más como mía, creo que estoy enloqueciendo, pero no es importante.
Hace ya dos semanas desde lo que pasó en clase de defensa, desde entonces no he salido, ni interactuado con nadie, mi madre como siempre se ha hecho aparte, ella trabaja mucho como para notar todo lo que pasa conmigo.
Cojo mi teléfono con manos temblorosas al saber lo que haré, abro instagram, mentiría si negara los potentes latidos de mi corazón o el temblor en mi dedo al cliquear, observar mis mensajes, todos son negativos nada positivo, miro los usuarios y noto que hasta se han creado páginas con apoyo al ostigamienta hacia mi.
Reviso mi correo y sigue repleto de correos donde me mandan una y otra y otra vez el video con Axel y en el que estoy yo sola.
Los minutos pasan con suavidad, las horas se convierten en olas perdidas en el mar y los días se convierten en un vaivén de emociones que termina haciendo que no sienta nada.
Otra noche, otra vez este sentimiento, otra vez las voces, sentir rechazo hacia mi misma es algo agotador y clautrofobico, soy mi única compañera, siempre estaré conmigo misma, hacerme daño no es una opción.
Cuando note el efecto que la sangre causa en mi me refugie en eso, en el placer de sentir, oler y olvidar todo lo que está pasando, el daño físico que me provocaba me llenaba de satisfacción hasta que esa voz que se ha hecho más amena a mi me ha estado diciendo eso no me lleva a ninguna parte, necesito algo más intenso o simplemente algo que me haga sentir viva.
No culpo a mis ausentes padres de mi falta de interés en todo, tampoco a esos falsos amigos que prometieron estar siempre para mi, para apoyarme y nunca dejarme caer, o al menos no sola. Me culpo a mi misma por lo que está sucediendo, me culpo por caer en este gigantesco pozo de oscuridad que me consume poco a poco, tal vez yo solo necesito a alguien, necesito un apoyo real, alguién que me anime a salir adelante, pero creo que nadie haría eso, lo arruine yo arruine todo para mi.
Arruine las cosas con Ines, arruine nuestra amistad por un chico pero si nos ponemos a pensarlo ella lo hizo primero, ella sabía que yo gustaba de él y él le había dicho que en un principio de quien él gustaba era de mi, asgh meduele tanto esto viniendo de ella y de él, me duele su silencio, su indiferencia y en lo que se ha vuelto esta basura.
Me pongo de pie y caminó por la orilla del tejado con la botella de vodka en mi mano, miro el amanecer pasar ante mis ojos, tan hermoso te;idos de unos colores naranja suave, miró hacia abajo y no estoy tan lejos del piso como creí, me mareo levemente pero no me asusta caer, miro a la casa de al lado y ahí están ellos los hermanos más extraños que he conocido.
Su magnetismo es algo imposible de sentir o al menos para mi, Angel está sentado con los ojos puestos en un libro mientras Gabriel está mirando algo en su celular, para mi ambos son extraños, tienen esa aura negra que me grita peligro.
Me agacho dejando la botella aun lado, mis ojos caen nuevamente en el recién aparecido sol, a pesar de este haber salido la mañana se mantiene con esos colores gris, para mi asi son todos los dias, con colores grises.
-Me pregunto qué se sentirá caer desde aquí- me susurra una voz y una sonrisa ladina aparece involuntariamente en mi rostro.
—Tal vez un hueso roto, mas nada.
-Justo lo que necesitamos para excusar nuestras futuras faltas- hace mucho tiempo desde que deje de ir al instituto, no he explicado mis faltas y tampoco lo haré, esto explicaría las futuras.
Me pongo de pie mirando abajo, la verdad esto me da mucho miedo, me aterra la idea, aprieto mis labios.
-Solo hazlo- dice aquella voz. Sin pensarlo demasiado lo hago.
La sensación de caer se siente bien, el no pensar en algo más que no sea el como o donde aterizare, caigo y al llegar a mi destino siento un leve dolor en todas partes y como un calambre, o cosquilleo me rio, me rio de todo lo que está pasando, me río del dolor, me río porque no me quedan lágrimas para llorar y esta ta mieda ha acabado conmigo.
Una figura apaece frente a mi, intento enfocarme en quientengo adelante pero eso no ocurre, continuo riendo hasta que todo se torna oscuro, negro perdi el hilo de lo que estaba pasando hasta que ya no siento, ni veo nada.
…..
Abro los ojos con pesadez a la vez que intento acostumbrarme a la luz, llevó mi mano hasta mi rostro para cubrir mis ojos de la molestia que causa la luz pero esta esta mas pesada de lo normal, me llevó un golpe extraordinario al intentar realizar eso, me siento de golpe y no es hasta entonces que noto que no estoy en casa, sino en una camilla de hospital, en una emergencia para ser más exactos.
—Al fin despiertas— dice una voz masculina muy conocida para mí, miro en su dirección topandome con los ojos de Gabriel.
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Editado: 10.08.2021