El bosque ocultaba antigüas civilizaciones cuya existencia había llegado a su fin hacia tiempo. Viejas arquitecturas tan sólidas como el acero seguían en pie pero enmohecidas y abandonadas.
Sin embargo eran los lugares ideales para quienes deseaban pasar inadvertidos o simplemente huían de alguien o de algo.
En uno de estos sitios estaba el equipo 7 planeando el siguiente paso. Hacía un día que Sasuke se hubo aliado a ellos.
Esa mañana bajo el cálido sol definían los detalles. Naruto estaba acuclillado mirando el verde bosque, Sakura se apoyaba en el marco de la puerta cruzada de brazos mientras que Sasuke permanecía de pie mirando a su amigo.
Aún no se acostumbraba a esa fría y siniestra expresión que cada tanto asomaba en su rostro. Ni siquiera Sakura podía acostumbrarse a ello.
No obstante lo comprendían bastante bien como para hacerle reproches. Naruto suspiró profundo antes de seguir con los detalles del plan.
— Debe estar todo en su sitio - prosiguió — Sasuke, tu vendrás conmigo y atacaremos de frente. Los distraeremos a todos el tiempo que sea necesario para darle tiempo a Sakura a infiltrarse en la biblioteca y robar ese pergamino.
— Sin problema — contestó Sasuke volteando para contemplar el bosque mientras el viento movía su negra cabellera y su capa flameaba al compás del viento. — Pero ¿Solo atacaremos? ¿No mataremos a nadie?
— No — la respuesta de Naruto fue rotunda — De momento no me interesa matarlos — Apretó su rodilla derecha con su mano de la furia que sentía — Pero si se ponen muy pesados...no tendremos más opción.
Sasuke sonrió al oír esto ganándose la helada mirada de su amigo. Pero ésto no lo intimidó, por el contrario lo impulsó a decir:
— Resulta extraño verte así, saber que deseas hacer renacer a Akatsuki cuando fuiste tú quien ayudó a ponerle fin a su existencia. ¿Recuerdas cuando me detuviste? ¿Te acuerdas cómo reaccionaste al enterarte que me había unido a Akatsuki para destruir Konoha? — lanzó una carcajada echando su cabeza hacia atrás.
— ¡Basta Sasuke! — rugió Naruto apoyando su rodilla izquierda en el suelo — Detente — dió un fuerte golpe al suelo con su puño izquierdo — O no me contendré — Los dos se miraron a los ojos frunciendo el ceño.
El clima había cambiado de repente pero las carcajadas de Sakura rompió la tensión.
— Los hombres no tienen remedio, tienen que competir para saber quién la tiene más grande ¿Verdad?
— ¡Oye Sakura! — gritó Naruto — ¡No fue nada gracioso!
— ¿Acaso crees que lo es escucharte a tí como ruges con Sasuke golpeándose el pecho?
— ¿Qué? — preguntaron a coro Sasuke y Naruto.
— Ustedes viven en los árboles — finalizó.
Ambos suspiraron aceptando la derrota. Sabían que contra Sakura no tenían chance alguna.
— Pero Sakura, fué él quien empezó — Se defendió Naruto volviendo a actuar como un niño.
Inmediatamente se rieron los tres felices. Naruto se dejó caer apoyándose con las manos. Hacía tiempo que no disfrutaba junto a sus amigos así. La vida podría ser diferente si tan solo un puñado de personas fuesen un poco más compasivos.
Luego de unos momentos, más relajado miró a su amigo y dijo
— ¿Sabes qué pasa Sasuke? — el aludido lo miro atentamente junto a Sakura — En aquel momento yo en verdad creía que hacía lo correcto, pensaba que los aldeanos y nuestros compañeros ninjas junto a los políticos me valoraban. Estaba convencido que mi vida empezaría a encaminarse al fin. Qué solo debía salvarlos a todos y ganar la guerra porque ellos así lo merecían....Pero....
Su mirada se volvió triste y la dirigió nuevamente al bosque.
— Pero...pronto descubrí que estaba equivocado. Me duele mucho saber que nadie me valora. ¿De qué sirvió tanto esfuerzo? ¿Para qué los salvé? Ellos quieren capturarme para encerrarme y torturarme hasta matar mi voluntad y mi escencia misma ¿Y todo por qué? Por el inmenso poder que poseo al ser el contenedor de Kurama. Yo...yo...yo solo soy visto como una maldita arma...solo eso.
— Naruto — susurró Sakura.
— ¡Malditos! — dió un fuerte golpe al suelo por segunda vez — Pero las pagarán, haré que las paguen bien caro. Precisamente por eso quiero revivir a Neji. Él fue un gran ninja que no debió morir y menos por esa gentuza de Konoha.
— Te entiendo, no creas que no — respondió Sasuke — Pero ¿Te planteaste qué pasará si Neji declina tu oferta? — Naruto abrió sorprendido sus ojos sin dejar de mirar el verde del bosque mientras que sus amigos lo miraban a él — ¿Qué harás en ese caso? Porque la técnica que emplearás es la de la abuela Chiyo de la arena
— Si, la transferencia de vida — dijo Sakura.
— Eres tan poderoso que no te matará a tí — continuó Sasuke — Pero te dejará débil por dos días. No podrás moverte, solo respirar. Hasta los mismos párpados te pasarán.
— Soy perfectamente conciente de las consecuencias Sasuke
— ¿Qué harás cuando Neji decline tu oferta? Porque es una posibilidad de que ello pase, después de todo él murió defendiendo a la aldea. Nunca se opuso a ella.
La mirada sombría de Naruto le dió la respuesta, fría y siniestra que podía traspasar a cualquiera intimidándolo. Su respiración comenzó a entrecortarse.
Si Neji se negaba a unirse a él apoyándolo tendría que acabarlo....con sus propias manos. No le convenía tener un enemigo más. Pero confiaba en su poder de convencimiento ya que no quería tener que atacar a Neji
¿Cómo dañar a un amigo y pariente de...ella? Hinata, su recuerdo le dolía en el alma.
No...no podría matar a Neji ¿A quién quería engañar? Por mucho que le pese lo dejaría ir permitiéndole regresar junto a su prima y...le pediría que la cuidara ya que él no podía hacerlo. Neji.
—¿Por qué revivir a Neji? — quiso saber Sakura — Podrías revivir a Itachi...
— ¡No! - Sasuke la miró — Dejaremos a mi hermano en paz
— Además él jamás haría algo en contra de Konoha — siguió Naruto calmado — De eso sí que estoy seguro
— Entiendo — contestó Sakura.