Ninja Oscuro (naruto Uzumaki)

En Busca Del Nibi

EN UNA SALA DEL HOSPITAL DE KONOHA

Esa mañana Karin junto al Hokage y Tsunade estaban listos para romper el sello de Menma, la pelirroja había informado previamente sobre los últimos detalles.

Las órdenes eran estrictas: no debían interrumpir durante el proceso pase lo que pase. Sea lo que fuere. Cada quien ocupaba su posición y al unísono dijeron:
— ¡Liberar! — luego de formar los sellos.

Una luz blanca fue apareciendo en el centro para envolver el cuerpo de Menma, más precisamente los sitios donde estaba el sello. Con cada segundo brillaba con mayor intensidad mientras que el oscuro sello iba perdiendo su nitidez.

Aquel enfrentamiento entre la luz y las sombras empezaba a hacerse notar al punto de extraer el chakra con mayor fuerza a quienes generaban la luz y a quien poseía la oscuridad. Dos figuras se fueron formando a medida que el tiempo corría. Dos dragones en un continuo enfrentamiento.

Menma recordaba cada momento en que Danzou lo torturó y cómo él lo supo enfrentar. Nunca dejó que le quitará su nombre, su personalidad ni su esencia.

Jamás se lo permitió. Raíz no era lo suficientemente fuerte como para doblegarlo. Y ahora, que estaba a un paso de liberarse del sello maldito se librería de Konoha al fin.

Los dolores si bien eran intensos no eran nada para él, ya que había vivido en continuo dolor. Solo eso hubo experimentado desde la muerte de sus padres.

Dolor y soledad. Cuando éstos llegaron al clímax no pudo soportarlo más y perdió la conciencia. Al fin caía en la tan amada inconciencia donde no sentiría nada.

Tras acabar el ritual, los tres estaban exaustos. Pero aún así Karin y Tsunade revisaron a Menma. Solo restaba descansar y estaría bien. Karin cayó al suelo sentada agotada pero feliz.

Había cumplido su parte. 
— Muy bien Karin — dijo el Hokage — Ahora serás quien lo vigilé y atienda. 
— ¿Qué? P-Pero ¿Por qué yo? Podría ser otro  — se acomodó los lentes mientras lo miraba enojada.
— Eres una ninja médico de Konoha ¿No? Eres de confianza — contestó Kakashi.

Aquellas palabras la emocionaron al punto de hacerla llorar. Significaba que no solo podría quedarse allí sino que además trabajaría en el hospital. ¿Sería cierto? 
— ¿Puedo...?
— Si — la interrumpió él — Eres parte de la aldea y del personal del hospital — Luego le sonrió.
— G-Gracias.

Sin decir más Kakashi y Tsunade se fueron y ella tras colocarse de pie fue a prepararse un poco de café. Necesitaba revivir.

LEJOS DE KONOHA

El día estaba a pleno pero se veía gris, las nubes tapaban el sol con gran tenacidad. El viento traía olor a lluvia lejana con su característica tierra mojada. El templo se alzaba frente a los primos Hyuuga imponente.

Traspasar sus puertas era lo que los condujo hasta ese lugar. La orden de Naruto fue clara.

"Traigan al Nibi mediante una invocación. Uno de ustedes deberá hacer el trato de sangre con él. Como Gaara lo hizo con el Bijuu de una cola".

Sabían que eso era casi imposible de lograr cuando se trataban de los Bijuus, pero también confiaba en que podrían conseguirlo.

Pero solo ellos. La dulzura de Hinata y la sinceridad de Neji eran cualidades que ese Bijuu valoraba en los humanos. Además ambos pertenecían al clan más poderoso de la aldea.

No era una opción fallar, para ninguno de los dos. 
Ese lugar era el favorito del Nibi donde solía frecuentar.

Al llegar ambos lo comprobaron gracias al Baykugan. Allí estaba dormido pero no sería fácil llegar a él. Sin ir más lejos, la misma puerta de entrada era el primer reto.

Un arco formado por dos pilares de mármol unidos por un dintel en el cual estaba tallada una singular frase escrita en lengua antigüa que al traducirla decía así:

"Olvídate de lo que viviste, déjalo atrás o en este sitio permanecerás. Si no eres capaz de mirar al mismo miedo a la cara tu cordura perderás".

Ambos primos miraron aquella inscripción con recelo. Pero se animaron con tan solo un roce de la mano.

Habían llegado hasta allí  y no huiran ante el primer obstáculo. No importa si es bueno o malo aquello que necesitaban ni qué tendrían que hacer para conseguirlo.

Para ambos lo más importante era ayudar a Naruto.

Aquella arquitectura era arcaica y rudimentaria. Pero conservaba cierta aura oscura y misteriosa. Más allá del arco no se veía nada ya que las sombras ocultaban toda visión y ni el Baykugan podía atravesarlas.

La único que podían ver con ese poder era al Nibi descansar. 
—¿A qué se refiere? — preguntó Hinata. 
— Lo sabremos en un momento. Vamos Hinata. Ánimo.
— S-Si.

— Hinata, tú quieres estar junto a Naruto ¿Cierto? — la aludida lo miró asombrada y él sonrió — En ese caso debes superar cualquier prueba. Además él ahora está...está en la oscuridad. — Hizo una mueca de frustración y ella de dolor — Pero tú lo salvarás. De echo todos nosotros lo estamos intentando, de diversas formas. Pero tú podrás lograrlo al final. Lo sé muy bien.

— Espero que tengas razón primo.
— Se que podrás. Por eso tienes que ser fuerte y muy valiente en estos momentos. 
— Si — ella estaba más animada ahora.
— Así que andando. El miedo no nos detendrá. No, si tenemos un motivo por el cual seguir adelante.

Ambos primos avanzaron hacia el templo más decididos que nunca. No solo atravesarían el umbral sino que llegarían al Nibi y harían el Paco de Sangre. No podían fallar.

Esa no era una opción para nadie ya que él confiaba en ellos. Además tenían que salvarlo de la oscuridad. Esa nefasta y dolorosa oscuridad que empezaba a devorarlo. Neji recordó su visión al ser revivido por Naruto.

Era imperdonable lo que le hicieron. Después de tanto padecer, de tanto esfuerzo de parte de él ¿Por qué tuvo que pasarle eso? Apretó sus puños con tanta fuerza que empezaron a dolerle.

Estaba temblando pero no era miedo lo que sentía sino rabia. Rabia a quienes lo forzaron a alejarse de su hogar encerrandolo en la oscuridad. 




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