TEMPLO DEL NIBI
Hinata llegó a un sitio diferente pero situado en el mismo templo. Aquel lugar ocultaba grandes secretos ademas del Bijuu y eso la ninja Hyuuga estaba a punto de descubrirlo.
La luz se fusionaba con la oscuridad en una extraña combinación que daban un fantasmagórico aspecto al lugar.
Había llegado a una sala lúgubre sin puertas. Candelabros emergían de las paredes cuyas antorchas encendían un fuego azul.
Como única ventana estaba la que se situaba a su izquierda pero cuyos barrotes impedían la salida a cualquiera. De ella se filtraba la luz exterior como un triste recuerdo de lo que una vez tuvo y perdió.
Frente de ella se alzaba una escalera cuyos grandes escalones conducían a enigmáticos lugares ya que su Baykugan no podía ver qué había más allá.
Tras subir llegó a otra sala similar pero en esta ocasión al adentrarse todo el lugar empezó a cambiar. Las paredes,el techo y el suelo se fueron transformando.
Daba la impresión de que ese lugar iba agrandándose cada vez más, destellos de luz enceguecieron a la jóven ninja quien tuvo que cubrirse para evitar el momentáneo enceguecimiento.
Ruidos de animales y olor a tierra mojada impregnaron de repente golpeándola.
Cuando abrió nuevamente sus ojos vió que había llegado a un bosque a cuya distancia de aproximadamente metro y medio se alzaba una roca en cuyo centro estaban dibujados un par de ojos que daban la impresión de estar vivos.
— ¿Q-Qué es eso? — murmuró ella — ¿Dónde estoy? ¡Neji!
Pero solo el viento le respondió. El templo había desaparecido como así también Neji y el Nibi.
El Baykugan le mostró que no había nadie a varios metros de distancia a la redonda, solo animales e insectos junto a una basta vegetación.
Pero también pudo ver que dentro de esa gigantesca piedra había consentrado una gran cantidad de chakra. Regreso sus ojos plateados a la normalidad.
— Si deseas salir de este laberinto del bosque intenta extraer el poder de la roca — una voz metálica retumbó como eco. — De lo contrario quedarás atrapada aquí.
— ¿Quién eres?
— El guardián del templo.
Hinata observó cómo emergían del suelo figuras de ninjas con diversas máscaras para empezar a rodearla.
Aquellas figuras tenían bastante chakra en sus cuerpos. Y comenzaban a colocarse en posición de ataque.
— ¿Qué son estas....cosas?
— Aquí morirás si no demuestras tu valor — las figuras se lanzaron a ella todas juntas con diversas armas en sus manos.
EN LA SALA DEL NIBI
El Bijuu contemplaba al ninja a los ojos intentando encontrar el engaño ya que nunca antes tuvo una propuesta semejante.
Por su parte Neji era conciente de eso y aguardaba pacientemente la respuesta del Nibi.
Sabía que los Bijuus eran de naturaleza arisca y muy desconfiandos por lo que no resultaría fácil lograr su propósito.
El viento soplaba con calma jugando con sus largos y negros cabellos. Su Baykugan le permitía ver dentro del Bijuu comprendiendo su desconfianza hacia los humanos.
No tenía buenas experiencias precisamente con ellos.
— Matatabi es tu nombre ¿Cierto?
— ¿Cómo lo supiste?
— No deseo hacerte daño. Solo te pido que vengas conmigo voluntariamente porque te necesito.
El Nibi estaba confundido ya que nunca antes lo trataron así,como un igual. Siempre fue considerado un arma, un esclavo, un ser inferior.
Pero este sujeto era distinto, era un ninja que valoraba a los otros y...¿Lo valoraba a él? Imposible. Pero por más que lo buscase no encontraba la respuesta.
Los humanos en verdad eran criaturas interesantes y bien que podían sorprender a los Bijuus. El Nibi sabía que ese humano no planeaba matarlo a él ni a nadie,quizás el haber vuelto del mundo de los muertos lo haya cambiado.
Porque eso podía ver con claridad, ese humano estuvo muerto y por algún misterioso motivo volvió a la vida.
— ¿Cómo es que volviste del mundo de los muertos? — le preguntó repentinamente.
— ¿Qué?
— Puedo verlo. perfectamente, tu estuviste muerto y regresaste.
— Hagamos un trato — respondió Neji y el Nibi sonrió al oírlo. Después de todo era solo un humano y ellos nunca hacían algo gratis.
— ¿Tanto deseas hacer tu pacto conmigo?
— Si
— ¿Por qué?
— Para ayudar a un amigo.
El Nibi solo conoció a un humano así y fue cuando se juntó con los demás Bijuus en la cuarta gran guerra ninja.
Pero ese humano era muy singular y tenía al Kyuubi dentro. Con que había más individuos así. Al Nibi aquello empezaba a resultarle interesante.
— De acuerdo jovencito, acepto el trato. Quiero ver hasta dónde eres capaz de llegar en esta segunda oportunidad que se te otorgó de vida.
Neji sonrió al tiempo que se cortaba su dedo gordo. Empezaba a efectuar el ritual del pacto de sangre con el Bijuu. Estaba emocionado.
EN EL LABERINTO DEL BOSQUE
Hinata había acabado con todas las figuras que la habían atacado pero estaba casi sin chakra debido al agotamiento.
Respiraba con dificultad, pero seguía en pie mirando la roca. Comenzó a avanzar hacia ella aunque fuertes vientos querían derrumbarla, vientos que aparecieron de la nada.
La joven ninja siguió avanzando con determinación sin importarle el cansancio y los dolores, solo tenía en mente llegar a la meta. Ser digna para él, alguien que lo ayudase y no una carga.
Salvaría a Naruto de esa oscuridad que lo envolvía y si eso implicaba atacar a quienes consideró camaradas y familiares no le importaba.
Cuando llegó a la roca colocó sus manos sobre ella y un inmenso poder fue penetrando en su interior. El chakra que se ocultaba en la roca iba envolviendola cicatrizando sus heridas y regenerando sus fuerzas.
Inmediatamente sintió un ardor en sus ojos seguido de extrañas visiones. Ahora podía ver fisuras espacio-temporales que se sucedían a su alrededor. Sus ojos tenían en destello blanco plateado.