La batalla entre Sakura y Ten Ten era ardua y muy pareja pero la ninja médico solo estaba usando el setenta por ciento de su fuerza nada más, esto preocupaba a la ninja de Konoha que estaba empleando todo su poder y fuerzas.
No sabía hasta cuándo aguantaría así pero era preferible aquello a no hacer nada.
Por más que le preguntaba por qué hacía aquello, por qué atacaban a la aldea, Sakura nada decía. Ten Ten se sorprendía de la frialdad y dureza de Sakura ya que no era así.
Más allá se desplegaba el enfrentamiento entre Shino y Kiba contra Hinata quién no solo esquivaba sus ataques sino contra-atacara con total dureza y dispuesta a matarlos. Ella se había vuelto no sólo más fuerte sino mucho más firme y segura.
El poder de la ninja Hyuuga era casi aterrador.
—Hinata...haces esto por él ¿Verdad? — le preguntó Shino — Pero no es lo indicado, podrías ayudarlo haciéndolo entrar en razones.
—Vaya Hinata, eres muy fuerte — exclamó Kiba— Pero no podemos detenernos, salvo que sea algo muy bien justificable. ¿Qué pasó?
Sin decir nada la ninja del Baykugan seguía enfrentándose a ellos con estoica determinación logrando hacerlos retroceder.
Sentía que no podía fallarle a él, su deseo era estar a su lado siempre y solo lo lograría obteniendo su confianza además de su amor.
— Pelearé por Naruto— fue lo único que dijo atacandolos, y dejándo tanto a Kiba como a Akamaru fuera de combate al caer inconcientes.
— Ahora solo faltas tu...Shino...
— Hinata... tú...
— No hagas análisis ni razonamientos, solo enfrentame. — Así ambos siguieron con el combate.
Más allá estaban Lee y Neji enfrentándose cuerpo a cuerpo, y a su vez el Hyuuga empleaba sus habilidades diversas, pero Lee era un genio del trabajo duro y el combate.
No obstante tenía demasiadas preguntas y esto fue aprovechado por Neji quien dijo:
—¿Quieres saber cómo reviví...Lee?
—Me destrozó tu muerte Neji — decía Lee — Después de todo fuiste mi mejor amigo.
— Para mí tú aún eres mi mejor amigo Lee — dijo Neji con un tono neutral— Eso no ha cambiado aún.
—¿Por qué entonces? Además no llevas el sello en tu frente
—Lo notaste Lee, fue Naruto quien me revivió con la técnica que la abuela Chiyo y él emplearon para revivir a Gaara aquella vez ¿Recuerdas? Solo que él es tan poderoso que no murió.
— Por el Kyuubi ¿Verdad?
—Así es y me liberó del sello maldito para siempre. Puedo vivir sin él.
— ¿Por qué hacen ésto a Konoha?
—Basta de conversar Lee, o te apartas o peleas
— ¡Neji! ¡Podríamos dialogarlo!
-—No Lee, no podemos.
El combate prosiguió entre ambos amigos igual, los dos estaban dando lo mejor de cada uno en ello.
Más allá Shikamaru se quitó la máscara dejándose ver ya que no soportaba seguir con eso.
Quería que sus dos mejores amigos sepan a quién se enfrentaban. Por supuesto que el ritmo del combate fue diferente al saber la verdad y a pesar de los múltiples interrogantes ellos siguieron enfrentándose.
Naruto y Sasuke se enfrentaron al tercer anciano del consejo en un arduo e intenso combate en la oscuridad de la noche bajo las palidas estrellas del firmamento.
Cada uno de los enfrentamientos tenía su densa oscuridad pero la lucha incansable contra la cruel oscuridad seguia mano a mano.
Después de todo vivían tiempos de sangre donde los amigos y hermanos debían luchar hasta destruirse mutuamente, así estaba decidido en este mundo ninja cuyos cimientos fueron construidos con cadáveres y dolor.
Allí la paz y la amistad no tenían cabida y eso mismo estaban viviendo los mejores ninjas de Konoha que no hacía muchos meses habían compartido sus fuerzas y salvado sus vidas en la gran cuarta guerra ninja.
Pero la luz que es tan terca y rebelde se negaba a ser erradicada y no solo estaba presentado batalla sino iba ganando terreno allí mismo cembrando un futuro para ella y sus aliados.
El grito silencioso de los amigos que en la oscuridad de la noche debían enfrentarse, se estaba haciendo oír por aquellos corazoned puros, que bajo la máscara de la frialdad y la dureza solo estaban recuperando lo que les había sido arrebatado...la libertad.
Este derecho les había sido negado por un grupo de mediocres seres, pertenecientes a un pasado tan antigüo como el tiempo, donde la individualidad no existía en el mundo y la libertad era un privilegio de unos cuantos.
Para cambiar los cimientos de esa política oscura, debían teñir las calles de la aldea de oscura sangre y eso era lo que ahora estaba sucediendo en Konoha.
El último miembro perteneciente a un consejo mediocre había caído bajo el poder de dos justicieros, que solo anhelaban la paz y la libertad de poder decidir cómo vivir sus propias vidas.
Menma estaba inconciente sin una gota de chakra. Gaara lo sujetaba en sus brazos con fuerza y con el poco chakra que a él le quedaba empleó su poder de la arena, para sujetar a todos los ninjas que en esos momentos enfrentaban a sus amigos.
Naruto y Sasuke se quitaron las máscaras y la de Gaara fue partida en dos por su propia arena.
El ninja de la arena los inmovilizó a todos los amigos de Naruto y los demás con su arena, para que Sasuke aplique en cada uno de ellos su técnica y borre de sus mentes lo sucedido, para implantarles falsos recuerdos donde ellos se verían enfrentando a los ninjas de Raíz, quienes serían los responsables de las muertes del consejo de Konoha y de sus heridas.
Pero ellos acabarían deteniendo a los traidores y matándolo. Luego pasaron a modificar la escena para que esa historia implantada en las mentes de ellos sea más creíble.
Finalmente se fueron del lugar. Solo Kakashi, Tsunade e Iruka sabrían la verdad. Ellos tres salieron cuando todo estuvo echo.
—Naruto, regresa a casa con los demás. — le dijo Kakashi — Eres el héroe no solo de Konoha sino del mundo.
— Iremos a la aldea de la Arena — dijo Naruto — Donde pasaremos unos días hasta que Menma se recupere. Luego vendremos todos.