No es como si la vida fuera fácil, cuando creces y te das cuenta de que esos cuentos de princesas eran y seguirán siendo basura americana, no es como si en Europa, África, Asia, América Latina y el resto del mundo no existieran buenas historias, pero estamos tan estigmatizados y estandarizados para seguir a todo lo que Estados Unidos de América nos ha sabido vender; francamente soy igual, sigo esa corriente como pez en cascada, pero poco a poco he tratado de dejar de lado todo eso, amando lo que soy y mis raíces, y después de todo mi monologo interno ese no era en absoluto mi punto, no sé cómo divago tan rápido, pero es que siempre he pensado que tengo tantas ideas y posturas en la cabeza que quiero abordarlas todas en un instante, creo que es una de las cosas que debo cambiar y aliviar en mi vida, ordenar la ideas y enfocarme en el punto central de mi idea, y vamos, de nuevo otro divague.
A mis 26 años sigo teniendo estos episodios de estúpidos divagues, más en este momento en que escuche los cuchicheos de los ejecutivos, todos alardeando de cómo es que Cadin Doherty "tan joven" y hago comillas en aquello porque no es joven, tiene 33 años y eso para mí no es joven, yo consideraría joven a alguien de 25, no a alguien de más de 30, pero bueno ese no era el punto. El punto es que según mi jefe inmediato, el gerente general, el señor Doherty había conseguido nuevamente el reconocimiento por Fortune como uno de los 50 menores de 40 años, que había conseguido amasar un imperio económico de la "nada" y nuevamente uso comillas en nada porque es mentira, la familia Doherty era una de las más prestigiosas de Reino Unido, su padre de origen Gales había sido la mano derecha del segundo hombre más rico del mundo, y ahora ese puesto se especulaba que estaría en manos de su hijo mayor Cadin, quien poseía un gran talento con los números y finanzas, a los 28 años ya era considerado una eminencia por ser uno de los consejeros más jóvenes de London Stock Exchange, cargo que le trajo mucha fama en el mundo de los negocios y finanzas.
Después de eso según dicen los rumores entre los hombres de negocio quiso seguir su camino lejos de la fama de su familia creando una empresa de inversiones, que se encargaba de detectar pequeños y grandes proyectos para invertir o comprarlos, así que su riqueza iba en ascenso ya que tenía casi un don, primeramente para detectar esos áreas de oportunidad y después para hacerlas prosperar cuando muchos no hubieran dado ni una libra por ellos, eso según, fue creado de la "nada", cosa que no creía porque teniendo una familia tan rica y prestigiosa, sé que sirvió de algo, eso le abrió muchas puertas que a otras personas tan comunes como yo nunca le abrirían.
Y bueno volviendo a mi punto, estaba traumatizada con alguien como él y es que era un fantasma en la vida pública, no era conocido por nadie de la farándula barata de la alta sociedad por sus altercados, romances o pasos en falso con algún incidente de alcohol o algo por el estilo, Cadin Doherty nunca ha estado inmerso en un escándalo, y no se si es porque pagaba por esconder toda información de él o porque realmente era un hombre entregado a su trabajo. No tenía redes sociales, en este mundo en el que hasta el papa tenía twitter y el presidente de EUA hacia declaraciones y decretos de manera burda por una red social, me era muy difícil de creerlo, había solo un par de fotos de el en internet y eso por las revistas de negocios que al hacer sus rankings de los más ricos o los más brillantes se veían obligados a colocar una foto de ellos para darle más pero el artículo escrito, así que en conclusión el hombre era un enigma con una mente brillante y casi casi era un dios de los negocios. Y digo un dios, no por ser divino, sino porque al parecer nadie lo conocía.
Desde el momento en que leí en Bloomberg que era "el chico maravilla" como lo decían en el artículo, quede maravillada por su mente tan brillante, era como conocer a alguno de mis idols, en este caso en el mundo de los negocios, era como el hombre perfecto, la intuición, la capacidad de toma de decisiones, su mente estratega, su capacidad de manejar el caos, simplemente brillante. Y era real, no era el protagonista de las novelas que solía leer cuando era más joven, donde describían a hombres increíblemente brillantes y atractivos. Siempre creí que no eran más que palabras porque esos hombres brillantes en la realidad tienen cerca de 60 años o más, tal como Carlos Slim y Amancio Ortega, los hombres que se disputaban el puesto número uno de los hombre más ricos del mundo, ambos con empresas de distinto sector, y al igual ambos mayores de 60 años. Pero Cadin Doherty era real... casi real, porque hasta no ver no creer.
¿Cómo sería trabajar con alguien tan como él? Enfrentarse a retos continuos, aprender tanto para poder ser más competitivo, era un sueño para mí poder trabajar con alguien como él o como su padre y hasta el mismísimo Harold Presttfy, el hombre más rico de Reino Unido. Su padre, Emmett Doherty, ya no era una opción, se corría el rumor de que pensaba retirarse y trabajar desde la comodidad de su hogar, solo atendiendo algunos asuntos, ya que hace un año había tenido un amenaza de infarto, cosa que causo una conmoción en la bolsa de valores, al bajar el precio de las acciones de sus empresas, una noticia que nadie debería conocer pero que fue filtrada a la prensa, lo que generó una especulación estresante en la bolsa. Así que entre mis sueños dorados se encontraba trabajar con Harold Presttfy o Cadin Doherty. Al trabajar con alguno de ellos me daba más oportunidad para conseguir una beca para mi MBA, ya que sus empresas estaban dentro de las que concedían proyectos para consolidar el título.
#49204 en Novela romántica
#7926 en Chick lit
romance de oficina, amor a traves del tiempo, amor y mentiras
Editado: 04.05.2018