No es nuestro momento [efímera Limerencia #1]

Capítulo 4

     Quería hacerlo. Quería saber de él.  Me quedé mirando la pantalla un par de minutos pensando en las posibilidades: si le escribo puede que me responda, empecemos la conversación normal y entonces le hago la pregunta, o, puede que me deje en entregado porque no quiere hablar conmigo, y estaré más decepcionada, sin saber qué es lo que pasó para que me hiciese a un lado; si no le escribo pues no pasará nada y todo seguirá igual. Al final no fui capaz. Estaba a punto de soltar el celular cuando sentí la vibración de este indicando un mensaje. «Si es Santino esto será un poco raro. ¿Tendré poderes o algo así y le envié señales mentalmente para que me escribiese?» Pensé. Miré la pantalla del celular esperanzada en que fuese él, por desgracia no fue así, lo de los poderes mentales queda descartado. El mensaje era de Filippo.

Filippo Leone:
¡Hey tú! Me gustó hablar contigo hoy, ¿repetimos mañana?  😅  5:38 p.m. ✔✔

     Si Santino no me iba a hablar e iba a estar en el descanso con ella, ¿yo por qué no?

Luna Greco:
Mmm, dejáme miro mi agenda a ver si tengo disponibilidad.   5:40 p.m. ✔✔

Filippo Leone:

Ah perdón, olvidé que tienes una agenda apretada.   5:40 p.m.✔✔

Luna Greco:
Perdonado. Mi agenda dice que si te puedo atender en ese horario.   5:45 p.m.✔✔

Mi agenda también dice que no puedo hablar ahora, te dejo. 5:46 p.m. ✔✔

     ¿Estará bien que quiera usar a Filippo nada más? Bueno en sí no lo estaría usando porque Santino y yo solo somos amigos y Filippo... bueno, apenas y he hablado con él, hasta quién sabe, capaz y más adelante nos volvemos muy amigos. Por ahora no quiero tener nada con nadie, no me interesan las relaciones sentimentales en absoluto.

     Terminé de hacer mis tareas, hice mi rutina de noche y me acosté a dormir. El momento perfecto para desconectarme del mundo, en mis sueños todo era perfecto: nadie me molestaba en la escuela, Santino y yo estábamos juntos, me sentía bonita. Pero era solo eso, sueños, y cuando ese irritante sonido de la alarma llegase a mis oídos, todo eso desaparecería una vez más.

 

— ¿Hoy también pasarán el descanso juntos? — Preguntó Michelle mientras las tres íbamos al salón de clase.

— Sip, así es.

— ¿Ahora serán así todos los descansos? —Preguntó esta vez Camille

—No. —La miré seria—. Primero que todo, el viernes salimos a vacaciones, segundo, solo han sido ayer y hoy, tercero, puede que cuando volvamos de vacaciones ya no hablemos. —sonreí.

— ¿Qué tal que salgan durante las vacaciones y se convierta en un "amor de verano" como en los libros? —Michelle movía las manos como abriendo una cortina con mirada expectante. — y para cuando volvamos a la escuela ya serían novios.

     Camille y yo nos reímos ante tal comentario y los gestos que lo acompañaron. Camille estaba a punto de decir algo pero se quedó con las palabras en la boca cuando de repente paró en seco a lo que Mich y yo también. Nos topamos de frente con Filippo. Incomodo. Nos saludamos torpemente y seguimos nuestro camino. Resulta que nuestras clases estaban en salones contiguos.

     El tiempo pasaba lentamente, en el salón había un reloj de pared justo arriba del tablero en la mitad del muro blanco. En algún momento de la clase debí quedarme mirándolo, el segundero parecía avanzar más lento de lo normal, el minutero se sentía como si tomara horas en moverse unos milímetros, de un momento a otro dejé de visualizar el reloj y justo en frente de mi vista apareció el profesor.

— Greco, ¿Tengo que repetir la pregunta o no hizo la tarea? —lo miré confundida.

—Ehh... ¿Me puede repetir la pregunta?

—¿Qué quiere decir la sigla PIB y para qué se utiliza?

Sentía todas las miradas puestas en mí. Mi mente trabajaba a la velocidad de la luz buscando la respuesta. Era la tarea que estaba haciendo ayer antes de pensar en escribirle a Santino.

—El PIB, Producto Interno Bruto, se utiliza para... mide la riqueza de un país a través de los bienes y servicios producidos durante un espacio de tiempo, que generalmente suele ser un año.

— Bien. Se salvó está vez Srta. Greco. Preste más atención a la clase en vez de estar perdida en sus pensamientos. —volvió al frente del salón mientras yo asentía.

 

Pasaron las tres horas y salimos al descanso, Filippo me esperaba sentado en una banca y preferimos quedarnos ahí en vez de ir a la cafetería y estar en ojos de todos. Una incomodidad por otra. Ahí estábamos solos.

—Bueno a ver, dime cuándo cumples años.

—El 1 de agosto, ¿Que hay de ti?

—Jumm, aún le falta resto. Yo cumplo años el 28 de enero. —contestó Filippo

—No pues sí. A mi me falta un poco más de un mes, en cambio a ti te falta más de medio año.

—Cierto. Tienes razón.

Claro que tengo razón, siempre tengo razón.

—¿Y tú tienes novio? —Finalmente hizo aquella pregunta. Reí.

—No. —Creo que me estaba empezando a poner un poco roja.

—O sea, ¿Me estás negando? —alzó una ceja— Ah no, verdad que era un reto.

—Pues en realidad, no me diste una respuesta ese día.

—¿Ah no? En ese caso, la respuesta es sí.

No pude evitar reír ante lo que estaba pasando, dizque «sí» ¿Qué se cree o qué?

—Yo creo que ya perdiste tu oportunidad. —Bromeé.

—¿Por qué mandaste a Camille y no viniste a mí el otro día?

—Porque me daba pena acercarme a ti. Me pareces muy bonita y me intimidabas un poco.

     Bueno lo cierto es que normalmente estoy con mala cara o reprimiendo lagrimas, son muy pocos los días en los que estoy de buen humor.

—Pero tampoco me escribiste nunca, ¡por ninguna red social!, hasta me hiciste spam de likes en mis fotos.

—Ja,ja,ja. Eso fue para que notaras mi existencia. Y no sé, pensé que tenías novio. —Lo miré con confusión—. Tenía entendido que el chico este, el que es blanco, alto, pelinegro, con el que siempre estabas, era tu novio.




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