Makoto se había relajado, olvidando todo; la situación en la que estaba, el peligro y aquellos chicos que dejo en la cloaca. Con sus ojos cerrados se dejó llevar, disfrutando de cada gota que le caía, se quitó la gorra pues planeaba comenzar a desvestirse y tomar su ducha como debía, estaba tan concentrada en la sensación que cada gota de agua le brindaba a su cuerpo que no se dio cuenta cuando Byron entro y le toco el hombro para interrumpirle su ensimismamiento.
—Tu cabello es muy largo, —la recorrió con la mirada de arriba a abajo— mucho más que el de Aaron... —Ahora parecía avergonzado y fingió toser mientras desviaba la mirada—. ¿No es mejor bañarse sin ropa?
En realidad, eso era lo que Byron quería preguntarle desde un principio, pero sus pensamientos se habían desviado un poco al verla, se preguntó por unos instantes si realmente era un chico. La voz de Byron había hecho que Makoto regresara a su realidad de golpe, se sonrojo y tuvo una sensación de molestia con vergüenza por unos segundos, soltó un gruñido exasperado mientras se ponía la gorra y salía corriendo. Cerro con todas sus fuerzas la puerta de aquel cuarto de baño.
—¡Dúchate! —Grito desde afuera—. ¡Y cuando termines me avisas, iré a buscar ropa! —Seguía gritando, se le notaba la molestia.
La pequeña Makoto recorrió la casa y entro a una habitación, recorrió aquel cuarto con sus ojos avellana y se acercó a un ropero en el que comenzó a buscar ropa limpia que pudieran usar, saco algunas prendas y siguió buscando, pero en aquella casa todo el vestuario era masculino, visiblemente grande para ella, incluyendo el calzado, suspiro resignada y formo tres conjuntos de ropa; para ella, Byron y Aaron. Ahora que lo pensaba se había dado cuenta que no había visto a Aaron desde que salió de la coladera, se encogió de hombros y se imaginó que tal vez estaba haciendo guardia, vigilando cualquier movimiento o si algo extraño pasaba.
Regreso a aquel lugar donde había dejado a Byron para pasarle su ropa, levanto su mano formando un puño para tocar la puerta pero cuando estaba por hacerlo Byron salió corriendo con tan solo una toalla alrededor de su cintura, él cerró la puerta con mucha fuerza y tomo la perilla como intentando no dejar salir a nadie poniendo sin querer a Makoto en alerta.
—¡Déjame tranquilo! —Grito con algo de molestia.
—¡Solo te demostraba mi afecto como hermano! —Dijo Aaron entre risas desde adentro del baño.
Makoto frunció la boca y miro con desaprobación a Byron, cerro los ojos para calmarse, levanto sus cejas mientras lo miraba y la mano que formaba un puño se fue, dejo su mano con la palma estirada para sobarse la mejilla y terminar tapándose la mitad de la boca, luchaba contra la vergüenza que ellos le daban.
—Me dan pena ajena. —Miro al suelo y luego lo miro a él restándole importancia a la escena anterior—. Te traje esto. —Le entrego un cambio de ropa—. Y para Aaron también. —Le dio un cambio más.
—Gracias. —Respondió realmente agradecido y mostrando una enorme sonrisa.