Bonnie quería brincar de la emoción, pero se contuvo moviendo nerviosamente las piernas. No podía creerse lo feliz y emocionada que estaba en ese momento, tenía un pensamiento que quería compartir, pero no lo haría por el momento, se esperaría unos años pues sabía que era demasiado egoísta decir que agradecía que al mundo le hubiese pasado lo que le paso pues de no ser así probablemente no habría conocido a Lázaro. Lázaro estaba igual que Bonnie, quería brincar, gritar, girar, correr por todo el mundo, su cara era emoción pura, estaba sonrojado y con un zoológico entero en su estómago, movía rítmicamente sus manos que tomaban las de su amada de izquierda a derecha, quería hacer tantas cosas en ese momento, sentía tantas cosas que su cerebro no supo organizarse.
—¿Y? —se rio nerviosa—. ¿No me vas a besar? —volvió a reír avergonzada por lo que había dicho, pero mirándolo directamente a los ojos.
El corazón de ambos se detuvo y se les olvido como respirar, sobre todo a Lázaro que moría de entusiasmo y de felicidad, el calor de su cara había llegado a su cerebro que se había fundido, sin soltarle las manos se agacho un poco para acercar tímidamente su cara a la de Bonnie, sintió la respiración de esta muy cerca haciéndole un poco de cosquillas, cerró los ojos antes de depositarle un suave y casto beso en los labios, noto la suavidad de estos sobre los suyos, una ola de emoción le recorrió todo el cuerpo. Bonnie sintió que se derretía de cabeza a pies, en su estómago traía una fiesta de duendes que danzaban felizmente alrededor de una fogata desde que noto el acercamiento de Lázaro y exploto cuando sus labios se juntaron, los duendes ahora estaban en llamas y no les importaba, seguían bailando. Al separarse rieron nerviosos, miraron sus pies y luego volvieron a mirarse a los ojos, Lázaro se estaba mordiendo de nuevo el labio, le gustaba la sensación que Bonnie le había impregnado ahí, Bonnie se dio cuenta que ese beso fue un gran error pues de ahora en adelante seria adicta y nunca tendría suficiente por lo que le soltó las manos, rio con esa risa que siempre anunciaba alguna locura o travesura, extendió los brazos y abrazo a Lázaro por el cuello tan rápidamente que no lo dejo reaccionar, se puso de puntitas e instintivamente Lázaro agacho la cara mientras sus manos se dirigían a la cintura de Bonnie quien planto bruscamente sus labios sobre los de él, se quedaron un rato así hasta que Bonnie con la lengua delineo lentamente el labio inferior de Lázaro enviándose una mutua descarga eléctrica interna por todo el cuerpo, lo mordió de forma suave y lo soltó, había visto a Lázaro morderse tanto el labio que ella también tenía ganas de hacerle lo mismo.
~OoOoOoO~
—¿Y ustedes? —Aaron señalo con su lata de cerveza en mano a su hermano y Nerys—. Cuenten —sonrió antes de darle un gran sorbo a su cerveza.
Nerys y Byron se voltearon a ver al mismo tiempo mientras sus amigos los miraban con curiosidad mostrándoles una gran sonrisa. Nerys comenzó a balbucear con la cara completamente roja, movía las manos como si con estas quisiera hablar.