Gabriela
Voy entrando a la cafetería en donde Max me invito a desayunar, lo veo en la última mesa del fondo con la mirada fija en un periódico, sin darse cuenta de que todas las chicas del lugar lo miran y no las culpo se ve muy atractivo, lleva un traje gris y la corbata azul que hace resaltar sus ojos, levanta la mirada y con una sonrisa me invita a sentarme.
-Que guapo estas hoy, todas estas chicas me van a odiar.
- ¿Me estás diciendo que solo voy guapo hoy?
-Vas guapo todos los días.
- ¿Puedes decirlo otra vez? Es que no te escuche.
- ¿Y aumentar tu ego? No gracias.
-Ya lo hiciste Gaby, ¿Qué vas a ordenar?
Recién me doy cuenta de que hay una chica en frente esperando que ordenemos sin quitarle la vista a Max, ordeno unos wafles con un café simple y max solo ordena un café.
-Las tienes sudando —digo cuando la chica se va—
-Con que sea por otro lado, estoy complacido —susurra max sonriendo—
-Eres asqueroso.
-Bueno, Leonardo me dijo que por fin aceptaste salir con él.
-SI, bueno por intentar supongo que nadie muere.
-La gente que intenta saltar a una cascada acaba muerta, no es un buen ejemplo.
Lo miro con mala cara mientras el toma un sorbo del café que ya han traído.
-Bueno esto no es un acantilado o al menos eso espero.
-Es la primera vez que veo a leonardo así Gabriela, es mi amigo y mi hermano y después de lo de gema no termino bien, no lo acepta, pero esa herida no ha sanado del todo.
La seriedad hace que baje la mirada comiendo lo que tengo en el tenedor.
-No es para asustarte, no quiero que ninguno salga mal de esto.
-Creo que es la primera vez que te escucho tan serio —susurro—
-Deberías verme en el juzgado.
Eso hace que ambos terminemos riendo, hablamos un rato más a lo que terminamos el café y luego aseguro que voy a llegar tarde sino salgo ahorita mismo.
-Venga yo te llevo.
Aparcamos y más atrás veo como leonardo baja de su coche, me aliso la falda y respiro hondo antes de salir.
-No acabamos de enterrar un muerto relájate, Gaby. —me dice max—
Se saludan entre ellos cuando leonardo se acerca y yo espero que terminen para saludarlo, ¿Cómo debería de hacerlo? No es que seamos novios, pero un apretón de manos es muy seco, elijo darle un abrazo.
-Buenos días.
-Te invitaría un café, pero veo que ustedes ya desayunaron.
-Si, fuimos a desayunar. —habla max— tenemos que revisar algunas cosas, ¿lo haremos hoy? Tengo tiempo.
-Si, tu adelántate que yo ya voy —habla leonardo, max se va y él se gira hacia mi— ¿disfrutaste las películas?
-Bastante, Javier se quedó dormido como siempre y acabe viéndola sola.
-Me paso igual, digo con lo de terminar solo.
El comentario me hace desviar la mirada hacia Ashley que se está acercando con su hermosa sonrisa en el rostro.
-Creo que debemos entrar —le digo a Leo—
-Si, max no es muy paciente.
El resto del día me lo paso con manuscrito para allá y manuscrito para acá, agendando reuniones y recibiendo llamadas telefónicas, ya llegadas las siete recibo una llamada de Mia.
- ¿Cómo te trata new york?
-Mejor de lo que debería.
-Eso me suena a chisme, cuenta.
-No empieces que no ha pasado nada importante.
-Y eso me hace sospechar, gigi soy tu mejor amiga, no puedes ocultarme nada ni por teléfono.
-Acepte salir con leonardo.
- ¡Mentira!
- ¡Verdad!
-No puedo creerlo, ¡te estas tirando al jefe!
- ¡NOOO! Mia, por Dios, no…no me lo estoy tirando, solo le dije que le daría una oportunidad, es todo.
-Y yo me mamo el dedo.
-Te hablo enserio mía, ni siquiera somos novios.
-Según tengo entendido es porque tú no quieres, si fuera por él ya hubiera levantado esa falda. -No sé ni para que te cuento, cambiando el tema, ¿puedes creer que a Javier le gusta alguien?
-Eso sí que no te creo, es imposible.
-No es broma, me lo dijo.
- ¿Quién es la pobre desgraciada?
-Jajajajaja, no seas mala, y pues no se quién es aún no la conozco.
-Tienes que advertirle.
- ¿Celosa?
-Ay por favor, Javier es bueno en la cama, pero hay mejores, te lo aseguro.
-No me digas esas cosas.
- ¿Qué cosas?
-El que Javier sea bueno en la cama.
Una tos falsa me hace girar en la silla, mirando a leonardo.
-Tengo que colgar, Mia, hablamos luego.
No le doy tiempo a responder cuando cuelgo.
-Yo…mmm tengo hambre e iba a salir a comer, si quieres venir conmigo.
-Te iba a decir justo eso.
-Puedes adelantarte al coche, tengo algo que recoger.
-Te espero.
-No es necesario, enserio.
-Buenas noches, señor, nos vemos mañana Gabriela —nos interrumpe Ashly—
Y yo solo puedo mover la cabeza como señal de asentimiento. Que nerviosa me pongo.