La frente de Armando estaba empapada en sudor, había perdido la noción del tiempo, no sabía cuantos días habían pasado desde que despertó, él esperaba que no fueran muchos, a pesar de las constantes torturas provocadas por Alicia intentaba mantenerse consciente, en verdad lo intentaba.
La mente de Armando se debilitaba poco a poco, Dalton soportaba como podía y a pesar de que el cuerpo de Armando se encontraba muy lastimado, la verdadera preocupación de Dalton se encontraba en su mente.
—¿Listo para Hablar? —dijo la ya odiada voz de Alicia— la verdad…………no —respondió Dalton tratando de borrar la sonrisa de la mujer, y de Roberto que acababa de entrar— entonces sigamos —dijo Roberto con tono autoritario.
Sin esperar respuesta, Dalton y Armando sufrieron una fuerte descarga eléctrica que habría matado a cualquier otro ser humano, pasaron tres minutos de un inmenso sufrimiento, Dalton estaba desconcertado, un fuerte zumbido entraba en sus oídos, la visión se volvía borrosa y fuertes dolores azotaron su cabeza.
En medio de aquella confusión, Dalton pudo ver que Roberto y Alicia recibían una especie de llamado, parecía que era algo urgente pues dejaron a Dalton y Armando solos en aquella habitación sin decir ninguna palabra, para cuando el zumbido se detuvo una fuerte alarma tomo su lugar.
Mientras tanto, el doctor Laurence escuchaba la misma alarma que empezó a sonar por todas partes, su corazón se aceleró, y la esperanza de que su señal de auxilio haya sido escuchada creció enormemente, él se encontraba en una habitación similar a la de Armando, con la diferencia de que el doctor no estaba solo, sino que un hombre que rondaba los veinte años de edad vestido con una bata blanca estaba con él:— esa alarma, es gracias a ella —anunció el joven mostrando en una pantalla una grabación de seguridad donde se veía a Hanna matando a varios guardias— me gusta tu bata, James —dijo el doctor luego de dar una rápida mirada a la grabación— ¿Cómo es posible que ella…. —continuaba el joven hasta que fue interrumpido por el doctor— ¿es visible? —aclaro el doctor mientras el joven sólo se limitó a sonreír— usted dijo que ella era un pensamiento, un fantasma —finalizó el joven de nombre James.
—si, eso dije —afirmó el doctor Laurence— la máquina materializa un pensamiento, pero no lo hace al instante, es un proceso que depende del tipo de pensamiento que deseas crear, mientras más complejo sea el pensamiento más tardará en materializarse —explicaba el doctor hasta que el joven lo detuvo— como un ser humano —afirmó James— exacto, exacto! —exclamo el doctor emocionado como si nunca hubiera sido torturado— sólo la mente de un ser humano es bastante complicada, añade el cuerpo y el cerebro y tendrás la máquina más compleja de la historia —anuncio el hombre mientras levantaba su manos como un predicador— es impresionante pero, sigo sin entender —dijo James, logrando que el doctor fijará su mirada en él— Hanna es un pensamiento en proceso de materializarse, si lo dividimos en etapas, ella estaría en la última, al principio sólo era un fantasma que solo Armando podía ver y tocar por que aún estaban conectados muy fuertemente, como una madre embarazada, con el paso del tiempo esa conexión, ese cordón se debilitó, y Hanna empezó a individualizarse, por eso no recuerda nada, hasta ahora sus memorias se basaban en las de Armando, pero pronto será una mente independiente y romperá el cordón, cuando eso suceda Hanna ya tendrá su propio cuerpo, que es exactamente lo que está pasando, por eso se hace visible —finalizó el doctor con una expresión bastante emocionada.
—¿y eso como explica sus asombrosas habilidades para el asesinato? —pregunto James mientras escribía en su tableta— no lo sé, podría ser cualquier cosa, todo esto es terreno nuevo, crear humanos podría ser el origen de la destrucción, no tengo la más mínima idea muchacho —aclaro el doctor quien empezaba a preocuparse de que su intento de rescate haya fallado, hace horas que había logrado enviar la señal de auxilio por un descuido de los guardias al momento en que despertó en la habitación blanquecina, desde ese momento el tal James no dejaba de preguntarle sobre el proyecto “HANNA” y la máquina, recibiendo fuertes descargar eléctricas si se negaba a responder. De un momento a otro la puerta se abrió y las luces se apagaron, al segundo siguiente todos los dos guardias que custodiaban al doctor incluyendo a James estaban abatidos. Cuando las luces se encendieron nuevamente, el doctor mostró una enorme sonrisa al ver quien era su salvadora.
=======Minutos antes=======
Hanna aún se encontraba sentada en aquel cuarto, aun presa del miedo, no sabía cuánto tiempo había estado ahí, de todos modos, no le importaba, aún mantenía el afán de refugiarse en su mente, aún no tenía el valor de afrontar la realidad.
—¿Sigues lamentándote? —pregunto Evelyn con risas— ¿como puedo seguir —interrumpió Hanna con lágrimas en sus ojos— mate a esas personas, los mate —decía la muchacha lamentándose en su pequeño espacio de tranquilidad escasa— ¿como puedo seguir? —se preguntaba para si misma mientras volvía a derramar lagrimas— ¿y que será de Armando? —pregunto Evelyn con una mirada desafiante, colocándose justo detrás de Hanna— ¿lo dejaras morir, aquí? —continuo la mujer mientras tocaba los hombros de Hanna. Algo retumbo en la mente de Hanna cuando pudo sentir las manos de Evelyn en sus hombros, un impulso desconocido se apodero de su mente, imágenes de Armando aparecieron frente suyo como si fuera un sueño, todo esto acompañado de un escalofrió intenso que recorrió todo su cuerpo.
—él te está esperando, te espera a ti —señalo Evelyn como si supiera por lo que pasaba Hanna, los ojos de la muchacha se abrieron como platos y aquel impulso incremento, su corazón empezó a latir desesperadamente y en su mente todo parecía ir rápido, demasiado rápido— ¿que es esto que siento? —pregunto al aire sin esperar respuesta intentando encontrar sentido a lo que le sucedía, presionando su mano contra su pecho— creo………que lo llaman amor —soltó sin más Evelyn, provocando sonrojo en el rostro de Hanna quien empezó a respirar rápidamente pues varias dosis de adrenalina alimentaban su cuerpo.