No Estas Aqui

Capitulo 13

—¿Como puedo saber que es amor? — escucho Alicia aquella pregunta que retumbo su corazón en un instante, se levantó sorpresivamente del frio suelo del patio donde recordaba haber caído.

Tratando de incorporarse a lo que ella consideraba como realidad trato de sostenerse en una pared, cuando lo hizo una pequeña voz sonó cerca de su oído: — ¿en verdad me amas? —escucho decir con suavidad y ternura, demasiada suavidad y demasiada ternura, aquello hizo que Alicia se alejara asustada de la pared.

Cuando abrió los ojos, todo se mantenía en completa tranquilidad, el sonido de las fuentes y el leve soplido del viento hacían entender que lo que había escuchado solo era parte de su imaginación.

Se tranquilizo a los pocos minutos, con la intención de capturar a Roberto se encamino hacia la puerta de cristal de la mansión, apresurada abrió de par en par aquella puerta, pero lo hizo con tanta fuerza y energía que rompió la delicada puerta de cristal al abrirla.

Pero eso no fue lo que la sorprendió, en cambio ese título le pertenece a la oscuridad, pues frente a ella no había nada más que oscuridad infinita y pura, parecía que Alicia estaba parada en el borde del espacio, donde no hay nada ni nadie, ni luz ni sonido.

—¿que está pasando?  —pregunto para sí misma, tratando de actuar lo más calmada posible—¡qué está pasando! —grito perdiendo toda tranquilidad al segundo siguiente, justo cuando el corazón alcanzaba su máximo punto de palpitaciones una fuerte ráfaga de aire la empujo, obligándola a adentrarse a las profundidades de lo desconocido.

Por instinto cerró los ojos, y no tenía planeado abrirlos hasta que sintiera la muerte, pero una melodía ya conocida hizo que rompiera su promesa, abriéndolos rápidamente pudo ver que un humo gris acababa de esparcirse, dejando ver que Alicia se encontraba en medio de un puente, un puente que ella reconoció casi de inmediato, contrario de lo que se esperaría no sintió ninguna molestia, más al contrario sintió emoción y felicidad que ella misma desconocía.

De alguna manera escucho que hablaban en el centro del puente, y dirigida por su curiosidad se encamino al lugar. Para su sorpresa las personas que escuchaba hablar, eran ella y Armando.

Pero a pesar de que ella estaba tan cerca no podía escuchar nada, sus palabras no llegaban a sus oídos, pero de alguna manera entendía lo que decían, entendía mediante sus emociones, mediante la forma en que sus labios se movían, había algo que le dictaba de forma muda el significado de las palabras que ella no lograba escuchar.

La conversación termino minutos después con un beso, un beso que traspaso la misma ilusión, llegando incluso hasta la invisible Alicia, que pudo sentir la sensación en sus propios labios, dirigiéndose hasta la profundidad de su corazón………de su alma.

A pesar de la hermosa escena de la pareja, Alicia no pudo ver o sentir nada más, pues paso desapercibido pequeños pétalos de rosas blancas que envolvieron a Alicia, cubriéndola completamente y transportándola hacia otro lugar.

Cuando la tormenta de rosas desapareció ella ya se encontraba en medio de un amplio campo, donde aparte del color ficticio que tocaba el césped, lo que llamaba la atención era el gigante árbol posado en un pequeño monte, Alicia no pudo ver nada más, pues en medio de sinfonías extrañas se vio envuelta nuevamente en la tormenta de rosas, pero la tormenta no estaba ahí para transportarla, sino más bien parecía que la protegía.

Por instinto, Alicia cerró nuevamente sus ojos, basto un segundo para que un silbido de pájaros llegara a sus oídos, inmediatamente la confundida mujer abrió sus ojos y una mezcla de sorpresa y luego temor inundo su alma, pues la tranquilidad de un patio que ella reconoció al instante, hizo que su propia alma temblara.

—¿que está pasando?  —se preguntaba nuevamente la mujer, no hubo respuesta alguna, los silbidos de los pájaros y los lejanos sonidos de la ciudad ponían a prueba la confusa memoria de la mujer— Alicia, ya casi es la hora —se escuchó decir e inmediatamente, un cuerpo blanco se formó enteramente de rosas justo al lado de Alicia, esa persona hecha de rosas blancas no era nada más que la propia Alicia y aquel que la llamaba era su padre, el doctor Laurence.

El atardecer parecía huir de la escena, dando lugar a la misteriosa noche, el padre y la hija empezaron a hablar, pero como ocurrió en el puente la fantasmal Alicia no lograba escuchar nada, los latidos de su corazón agitado evitaban que escuchara las misteriosas palabras que ella misma le recitaba alegremente a su padre. 

Basto un parpadeo para que todo aquello cambiara, de un momento a otro la avanzada noche se vio interrumpida por los sonidos del interior de la casa. 

Alicia en su curiosidad se acercó hacia la alegre muchedumbre, observando detrás de una ventana. 

Su corazón se aceleró enormemente, ya no por el miedo, sino más bien le inundo una ola de infinita felicidad y mientras la blanca puerta se abría, ella descubrió de que se trataba.

Era la fiesta de su compromiso.

—Te amo —dijo a la lejanía Armando en los oídos de Alicia, ella podía sentirlo de la misma formo como sentía una débil corriente de frio alrededor de su cuello. 

De pronto todo el ambiente se adornó de rosas blancas y de una clara corriente de felicidad, Alicia veía pasar todo de manera extraña, todo pasaba rápido pero no demasiado, no para ella.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion, romance

Editado: 10.04.2021

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