Alison
Siento mi cuerpo adolorido, apenas puedo abrir mis ojos, ardían, todo mi cuerpo ardía, como si me hubieran apuñalado directo en el corazón.
Técnicamente no estoy equivocada
Me habían apuñalado y más de una vez, directo a mi corazón y sin avisar, aguardando hasta que estuvieran tan profundas que al momento de retirarlas causarán el mayor daño posible.
¿En quien puedo confiar cuando las personas que más amo en mi vida son las que te hieren?
— ¿Qué le sirvo? —oigo al Barman, este parece ignorar mi estado anímico, quizás estaba más que acostumbrado
— Deme un Whisky, por favor —intento decir, no sé si me oyó porque ni yo me logré oír
¿Dios que estoy haciendo aqui?
Nunca debí pedirle al taxista que me trajera aquí, era peligroso por dos razones; 1° beber en mi estado emocional era negligente y 2° mi teléfono ya estaba en números rojos.
Pero ¿a donde más iria?, mi madre era una mentirosa, mi novio ahora vivía con mi ex-mejor amiga, su esposa, en mi casa y dónde actualmente estaba viviendo era el departamento de mi ex.
Solo tenía a una persona a la que podía pedirle ayuda.
Yo: Oliv, te necesito
Oliv escribiendo....
*LA BATERÍA SE ESTÁ AGOTANDO.
Tiempo restante: 30 seg.*
Trato de enviar mi dirección en tiempo real, mientras evitaba la cuenta regresiva.
Siento como un escalofrío recorre todo mi cuerpo y veo de reojo un hombre acercarse por atrás de mi.
Ruego que pronto se vean las dos líneas, pero mi teléfono termino apagándose antes de que se vieran las lineas.
Espero que se haya enviado
— Ten —vi como alguien pone un vaso, de algo que parece ser Vodka, en frente de mi, me gire y vi como un hombre se sentaba junto a la silla que estaba a mi lado izquierdo, mi escalofrío se intensifica.
— No, muchas gracias —trato de sonar cortes pero cortante, me estaba muriendo de miedo, no se, pero algo me decía que ese hombre no era de fiar
— Tranquila, yo invito —ladeo su cabeza hacia mi y sonrie
— Muchas gracias, pero puedo pagar mis bebidas —rechazo apartando el trago que me dió, dispuesta a moverme a otro lugar, pero este se acercó a mi, estaba tan apegado a mi que podía sentir su aliento en mi rostro, intento acariciar mi rostro y limpiar alguna que otra lagrima. Su tacto me produjo escalofrios y mi pecho comenzo a arder, quiero gritar y empujarlo con fuerza, pero me paralice.
— ¿Que fue lo que ocurrió? —insiste sin apartarse de mi— Soy muy bueno escu....
No termina de decir la frase, algo lo hizo mirar hacia atrás, no se lo que vio pero su rostro se desfiguró, se incorporo a su silla y aproveché el momento para levantarme
— No te olvides del trago —dice tartamudeando mientras tomaba mi mano y me obligabs a tomar el vaso, acepté llevármelo con la intención de tirarlo en el baño.
Intenté alejarme de esta horrible sensación, pero para mí desgracia choque con una chica, tirándole el trago encima
— Discúlpame —digo tratando de limpiar, aunque inmediatamente me detengo cuando me di cuenta que debia tocar partes prohibidas para ayudarle— ¡En serio lo lamento mucho!
Ella solo suelta una risa mientras le pidia al barman unas servilletas
— No tienes que disculparte —dice dedicándome una linda sonrisa— Los accidentes pasan
Ella toca mi hombro con gentileza, a diferencia del tipo anterior que me había provocado ganas de vomitar, ella calmo todo mi malestar con un solo toque
— En serio lo siento —mi voz se entrecorta, tenía unas ganas horribles de llorar
No aquí, no frente a una desconocida
— Tranquila —me toca el rostro, ya no resisto y me largue a llorar, ella hizo que apoyará mi cabeza en su hombro— Puedes desahogarte conmigo —ella acaricio mi cabello con tanta gentileza que me era surreal
Sentí a alguien acercarse, rogaba que no fuera el sujeto anterior, pero mi cuerpo decía que no era él
— Amor, ¿Por qué no salimos? —oigo una voz masculina, levanto mi rostro y diviso con dificultad a un hombre atrás de la chica
— Si es mejor —ella le responde con una sonrisa— ¿Salgamos a tomar aire? —dudo un momento, era poco prudente irme con dos desconocidos, pero tampoco sería prudente estar cerca de la barra sola, asentí y me gire para tomar mi bolso, en ese momento me di cuenta que él sujeto había desaparecido, posiblemente ante la presencia de la chica o tal vez del chico.
La chica tomo mi brazo y lo enrollo con el suyo, me aprieto con firmeza, debo decir que sin su agarre sería imposible moverme. Mientras que su novio caminaba atrás de nosotros, no entendía porque con el solo echo de pasar junto a ellos la gente se alejaba y nos daba el paso.
Nos sentamos en unos escalones a la entrada del bar, estorbábamos un poco la entrada pero nadie decía nada
— Dime, ¿Que paso? —ella se puso frente a mi y me daba leves caricias en mi rostro
Tome una gran bocanada de aire, me costaba respirar, moverme, me costaba el simple hecho de tener los ojos abiertos. Yo no era de contar mis cosas a las personas, era una bóveda sellada con muchas cerraduras, pero el dolor y la ira había dejado esa bóveda abierta y allí me encontraba contándole a dos desconocidos mis problemas.
— ¡Me estás diciendo que esos imbéciles te usaron y mintieron todos estos años! —gruñe más indignada que yo, mira a su novio que al parecer intenta apasiguarla, por primera vez logro ver bien a la joven frente a mi, era alta, de cabello rizado y piel morena, su vestido que era de un celeste precioso tenía una gigantesca mancha justo a la parte de los senos
— Amor, relájate —trata de decir, aunque su voz sonaba igual de irritado— No se puede hacer nada