James
Duramos una hora trayendo las cosas de Alice a nuestra casa, "nuestra casa" suena hermoso. Por supuesto nos traemos a chimi, aún recuerdo cuándo lo recogimos en la calle, cómo Alice sonrió y sus hermosos ojitos se iluminaron al decirle que podíamos quedarnos con el.
-- Estoy agotada. -dice Alice tirandose a mi lado en la cama.
-- Duerme princesa. -digo y la abrazó.
Al instante ella se quedó dormida. Después de verla dormida abrazada de mi pensé, en que, todo valió la pena, cada segundo a su lado vale la pena, mi recompensa es ver su hermosa sonrisa y poder tenerla a mi lado. La echaré mucho de menos, me volveré loco sin ella, ¿Por qué esto debe de pasar? ¿Por qué tiene que irse?, es un ángel que regresará al cielo, pero ¿Por qué tan pronto?, la necesito tanto. La extrañaré, enserio la extrañaré. Voy a morir sin ella, no sé que será de mi cuando ya no esté. Mierda, ¿Por qué?, cuándo menos lo pensé, comencé a llorar. Me vuelvo sencible de sólo pensar que la perderé, ojalá pudiera dar mi vida para salvarla. Ella no merece morir. Se robo por completo mi corazón, de verdad la amo, se convirtió en mi razón de vivir; me fascina cada detalle de ella, cuándo hace pucheros, cuándo se para de puntitas, cuándo sonríe, cuándo se enoja, cuándo se sonroja al decirle algo lindo, cuándo se pone nerviosa. Mierda, ¡LA AMO!, me encanta cada parte de ella, es tan perfecta, nisiquiera tiene que esforzarse por serlo, porque lo es. No saben la suerte que es tenerla. Me duermo llorando.
A la mañana siguiente, me despierto antes que ella para hacerle el desayuno, porque se que no cocina. Le preparó los hot cakes que tanto le gustan, y unas fresas con chocolate.
-- Buenos días, ¿cómo dormiste? -pregunto cuándo veo que se despierta.
-- Buenos días ¡de maravilla! -sonríe. Amo esa sonrisa, se ve preciosa recién levantada. -Huele delicioso.
-- Te preparé el desayuno.
-- Muchas gracias. -dice levantándose de la cama.
Ambos nos dirigimos al comedor. Pasamos nuestra primera noche en casa, no fue como pensé, pero es más de lo que necesitaba. Cada momento a su lado es perfecto.
-- Hoy en la tarde iré a ver vestidos de novia con mi mamá. -dice Alice llevándose un pedazo de hot cakes a la boca.
-- Muy bien. Aprovecharé para comprarme un smockyng yo también.
-- Me parece perfecto. -sonríe, con esa sonrisa que me vuelve loco.
Después de desayunar dejé que se bañara primero. Aún no me deja bañarme con ella, pero se que un día cederá. Cuándo sale la miro de pies a cabeza, lleva unos geans rasgados y una blusa de tirantes, y el cabello lacio, todo lo que se pone se le ve bien, es preciosa. Me doy una ducha rápida. Me pongo unos pantalones negros y una camisa blanca, a Alice parece gustarle que me vista así, ya que no deja de mirarme. Le sonrió juguetón y se pone roja al ver que la e atrapado mirándome.
-- ¿A dónde quieres ir a comer? -le pregunto sentandome a lado de ella en la cama.
-- Acabamos de desayunar. -pone los ojos en blanco.
-- Aún así.
-- Quedé de comer con mis padres. -dice con la mirada fija en el piso.
-- ¿A que hora?
-- A las 3.
-- ¿Vemos algo en la tele mientras se llega la hora?
-- ¡Si! -dice y se acuesta en la cama.
-- ¿Qué quieres ver? -pregunto mientas enciendo el televisor.
-- Caricaturas. -dice en un tomo tan tierno que me dan ganas de correr a apretar sus hermosos cachetitos.
Tomo el mando de la tele y lo dejo en las primeras caricaturas que encuentro. Observaba a Alice mientras se reía, y cuándo tomaba a chimi entré sus brazos, cómo sus ojos brillan mientras sonríe, ¡dios! Enserio esa mujer es perfecta.
Pasamos la mañana viendo caricaturas, yo sólo tengo ojos para Alice.
-- ¿Ya quieres que te lleve? -pregunto mirando la hora.
-- Si. Ya... es... espera... -tartamudea y corre al baño.
Corro detrás de ella.
-- Oye ¿Estás bien? -trato de abrir la puerta, pero le a puesto seguro. Espero unos minutos a que salga.
-- Sólo me dieron náuseas. Es todo.
Me preocupa demasiado, tengo miedo que le pase algo peor, ¿y si es un síntoma nuevo?, ¿y si fallece antes? No no no. Debemos de llegar a la boda, no puedo mostrarme tan fuerte delante de ella, ya no puedo. El solo echo de saber que en cualquier momento sus ojitos se cerrarán por siempre, me pone mal, muy mal. Intento seguir fuerte por ella, pero de verdad que no la quiero perder. No se que haré para superarlo, no, esto no puede ser.
-- ¿Ya me puedes llevar con mis padres? -pregunta Alice cortando el silencio.
-- Si... -contesto fríamente.
-- Vamos. -dice acercando su mano a la mía, pero yo la aparto, no se porque a sido. -¿Qué te pasa?
"No quiero perderte, no podré estar sin ti" digo en mi mente.
-- Nada. -miento.
-- ¿Seguro? Porque yo miro... -la cayó con un beso.
-- No ocurre nada ¿si?, princesa.
No puedo dejar que me miré tan débil. Debo ser fuerte por ella, la amo y lo último que quiero es que me vea mal.
La llevo a casa de sus padres. Antes de dejar que se fuera, le di un beso de despedida en su frente, ella me sonrió, y justo cuando salió del carro sentí un vacío. Cada que me alejo de ella, lo hago con miedo, miedo a que cuándo la vuelva a ver sea en un hospital. "Basta James, deja de pensar en eso" me digo a mi mismo. Alice es fuerte, se quedará más tiempo.
Conduzco a la casa de mis padres para pedirles que me acompañen a comprar mi smocking. Siento una gran emoción, me casaré con el amor de mi vida. Es mía, pero después de la boda será completamente mía. Me hace tan feliz. No puedo esperar por verla de nuevo, ya la extraño.
Editado: 06.07.2020