— Inicio de la historia 25/3/2020—
Laín
Tuve un accidente automovilístico con parte de mi familia hace más de dos años, mi madre en consecuencia murió y fue entonces que mis hermanos reaparecieron nuevamente en nuestra vida. Confesaré que la relación con ello no era del todo agradable, con uno casi nunca hablaba más que por teléfono y no era lo mismo, y con el otro la situación era mucho más complicada. Al fin de cuentas estaban pasando el duelo conmigo y debía tratarlos con amabilidad.
Naím, era uno de ellos, un chico cuatro años mayor que yo, con un parecido a mí extraordinario.
Al contrario de Ian, era solo dos años mayor a mí y no se parecía en nada a nosotros excepto por los ojos, todos habíamos heredado los ojos de mi madre.
Recuerdo prácticamente casi todo de mi vida antes del accidente, exceptuando ciertas cosas de mi infancia y los 4 años anteriores a la fecha del accidente. Vagas imágenes suelen aparecer en mi cabeza, pero no las suficientes como para saber cómo eran las cosas antes. Por más que me esfuerzo simplemente no puedo, la doctora dijo que debía dar tiempo que quizá eventualmente todo vuelva a mi cabeza o que hay una probabilidad que ya no pueda recordar nada de ese tiempo.
Debo admitir que al inicio fue algo realmente desesperante, pero después me di cuenta de que quizá no hacía falta nada importante por recordar.
Ignoro cuanto tiempo estuve hospitalizado, pero en aquel entonces una vez que me estabilicé y procesé todo lo ocurrido incluyendo la muerte de mi madre, mi padre me dio el aviso que nos mudaríamos, decía que aquello era lo más indicado para mí y para todos, según él necesitaba nuevos aires y conocer otras personas.
Para mi gran sorpresa no solo nos iríamos de la ciudad, si no hasta del país.
Cuando dio aquella noticia, Naím se encontraba con nosotros e inmediatamente empezó a reclamarle diciéndole.
— Ay, por favor, no solo lo haces por él. Quieres asegurarte de que ella no vuelva a encontrarlo.
La mirada de mi padre cambió rápidamente, volteó hacia donde se encontraba mi hermano.
Me preguntaba a que se refería con ella, ¿de quién estaba hablando?
— Sigue diciendo estupideces al parecer es lo único que sale de tu boca. Vuelve a decir otra cosa y de igual forma me aseguraré de que tú tampoco puedas encontrarnos.
— No siempre podrás ocultar eso, ten en mente que en algún momento el recordará y entonces estarás jodido.
Cambiaba mi mirada del uno al otro hasta que mi padre simplemente se levantó y salió de ahí.
Una vez que estuvimos solos hablé.
— Naím ¿Hay algo qué tengo que recordar? — pregunté confundido.
Él me miró, podría describir aquella mirada como triste, como si sintiera pena por mí. Suspiró, se enderezó en la silla y me dijo.
— Te diré una cosa, Laín, en cuanto te recuperes al cien por ciento nos iremos juntos, dejaremos a nuestro padre y sin forzar las cosas yo te ayudaré a recordarla, créeme que daré todo lo que este en mis manos por verte feliz. No te abandonaré como lo hice hace años.
Estaba confundido, aunque quisiera entender de que me hablaba no podía.
— ¿Por verlo feliz? Acaso no viste que loca esta la chica…y ni decir su familia. Ian entró a la habitación y se sentó a mi lado—. Casi te matan a ti también por hacerte el héroe, mira como quedó este— dijo señalándome—. Murió el abuelo, murió nuestra madre ¿y aun así quieres que recuerde a la minion?
— No le digas minion— defendió Naím a la chica.
— Un momento— hablé intentando seguir el hilo de la conversación—. ¿Norbert está muerto?
Naím negó y lo miró molesto.
— Vaya si eres idiota. ¿Cómo se te ocurre decirlo eso tan a la ligera?
Me impactaba un poco la muerte del abuelo, pero no me dolía del todo, al final de cuentas hacía mucho que no convivía con él, solo hablábamos de vez en cuando…O al menos eso era lo que yo recordaba.
Ian sonrió.
— Ves, no recuerda nada, no te hagas el bueno y deja que el pequeño B retome su vida desde cero.
— Será mejor que te vayas, Laín necesita descansar.
Una vez que estuvimos solos me contó que la librería se había incendiado y el abuelo había muerto ahí. Me dijo que en su memoria quería reconstruir la librería, que si me animaba a ayudarlo en cuanto estuviera en condiciones.
— Se que nuestra relación nunca fue la mejor B`d, pero igual sabes que estar con nuestro padre será una tortura para ti, quiero que olvidemos el pasado y hagamos las pases ¿te parece? Podríamos empezar de nuevo.
Acepté la propuesta de mi hermano, ni loco quería estar con mi padre y además no quería irme a otro país.
Una vez que mejoré casi por completo y me dieron de alta, nos dirigimos a casa, teníamos un plan, pero para ello debíamos estar en un lugar más privado. En cuanto llegamos nos sentamos en la sala y entonces Naím enfrentó a nuestro padre.
— Nos vamos. Haremos nuestra vida sin ti, es la decisión que tomamos y no puedes hacer nada al respecto, yo me haré cargo de Laín.
— ¿Tú? No me hagas reír, Naím. Eres muy joven, cuatro años más, por Dios.
Naím sonrió.
— ¿Crees que no puedo, crees que no tengo dinero?
— No creo. Se que no tienes— dijo mi padre burlándose—. Vendrán arrastrándose conmigo como siempre ha sido.
— Con lo que tiene el y con lo que tengo yo vamos a salir de esta— para sorpresa de los tres el que dijo aquello fue Ian. Saliendo de la cocina volteó con nosotros y nos dijo—. No se emocionen, solo será en calidad de préstamo…después me lo devuelven, eh.
— ¿Qué pasa contigo, primero me dices una cosa luego sales con esto? — preguntó Naím confundido.
— Ja, ahora resulta que mis tres hijos se pusieron en mi contra.
— Mi madre ya no está para obligarnos a verte o hablarte— dijo Naím
— Ya nada nos ata para estar contigo— continuo Ian.
#295 en Joven Adulto
#4598 en Novela romántica
novelajuvenil, romance juvenil amistad y comedia, romance juvenil humor comedia
Editado: 23.02.2022