Sofía
Semanas después
Debía admitir que no habíamos tenido un noviazgo para nada convencional. Los problemas que tuvimos no fueron los <<comunes>> y quizá irnos a vivir juntos podrá parecer muy precipitado. Incluso podría ser algo inconsciente de nuestra parte y más por los acontecimientos que pasaron por aquellos días.
Sin embargo, a pesar de todo ello, le dije que sí.
Pasaron unos días para que Laín lograra conseguir un buen lugar, mi presupuesto no era mucho y mas porque debía pagar la universidad. Hablándolo con Laín el me dijo que no me preocupara por ello que cuando pudiera y quisiera aportar algo lo hiciera, él no me estaba presionando. De momento quería que me concentrara en mis estudios y él se encargaría del resto, que con la librería les estaba yendo muy bien. Realmente yo no estaba muy conforme con ello, pero no tenía alternativa.
Laín también me dijo que sacaría un crédito para un automóvil y así él podría llevarme a la Universidad y al trabajo, o bien si quería aprender a manejar por el no habría problema.
Consiguió un lugar cerca de la librería, un pequeño lugar que constaba de la cocina, una estancia dos habitaciones y un baño. Un simple lugar para dos.
Estaba semi-amueblado así que realmente no tuvimos que comprar la gran cosa.
En cuanto llegamos al lugar y bajamos las pocas pertenencias que traíamos Laín me preguntó.
—¿Te gusta?
—Me encanta —respondí con una sonrisa
Conforme pasaron los días me di cuenta de que irse a vivir solo o con una pareja era mas complicado de lo que esperaba y era toda una experiencia terminas conociendo mucho más de lo que te imaginas a una persona, no es lo mismo verse cada cierto tiempo que dormir, comer, hacer mas cosas juntos todo el tiempo. Empecé a conocer a Laín en diferentes facetas, conocía cosas de él, su forma de ser, pero no a la magnitud de lo que estaba viviendo ahora. Y debo admitir me gustaba. Me gustaba más esa versión de él, trasparente por completo ante mí.
Era todo un caballero, me respetaba y no me obligaba a nada que no quisiera.
Las tareas las asignamos a la par, aunque muchas de ellas las hacíamos juntos.
Todo fluía y parecía que los problemas habían terminado.
Tristemente de alguna forma no todo era color de rosa y aquella tarde lo comprobamos.
Al salir del trabajo Laín tal como había dicho pasó por mí, llegamos al departamento y el preparó la cena, carne con arroz. Mientras comíamos platicamos de como estuvo nuestro día y una vez que terminamos me metí a bañar.
Puse música mientras me desvestía, abrí las llaves de la regadera esperando que saliera agua caliente, una vez estuvo el agua al punto me metí bajo el chorro y después me empecé a enjabonar, minutos después ya no salió nada. Estuve girando las llaves, pero nada. Le grité a Laín, este de inmediato se acercó a la puerta.
—¿Qué sucede, pequeña? ¿Quieres que te talle la espalda?
Pese a que estábamos juntos no habíamos dado aquel paso aún, podría sonar muy tonto porque convivíamos todo el tiempo y había atracción, pero no, aun no estaba lista y no quería que me viera desnuda en aquel momento tampoco.
—El agua no sale, Laín.
—¿Puedo entrar a revisar?
—Espera—dije envolviéndome en una toalla—Adelante.
Laín abrió la puerta, me miró de arriba abajo y sonriendo dijo
—Vaya, que mojada estas Sofí
Me sonrojé, aquel comentario no había sido para nada inocente.
Después de revisar las llaves del baño y ver que no funcionaban nos dirigimos a las de la cocina y tampoco servían.
Laín se detuvo y se rasco bajo la nuca, me miró con seriedad
—Sofí, creo que nos cortaron el agua
Negué.
—Es imposible, a mi me tocaba ir a pagarlo y lo hice.
—¿Segura?
—Por supuesto
Empecé a recordar, se suponía que lo había hecho.
—Hace días llegaste a la librería con donas, unos emparedados y café, dijiste que no sabias de donde te había sobrado ese dinero... ¿No era de casualidad del agua?
Abrí los ojos asustada. Por Dios...me había gastado lo del recibo en comida.
Entré en pánico y me disculpe con el Laín entendió, me dijo que el iría al día siguiente a resolver aquello, salió a la tienda a comprar un garrafón de agua para que pudiera terminar mi baño. El problema se había solucionado
—Soy tu Superman, Sofí —dijo mientras veía como me untaba crema en el rostro. Me sonrió como solo él sabía hacerlo.
Cuando terminé nos sentamos a ver una serie de Netflix, iba terminando el capítulo dos cuando ahora la luz se fue, cerré los ojos y pregunté.
—Laín... ¿pagaste la luz?
Simplemente escuche una risa.
—¿Quién corta los servicios a esta hora?
—Al parecer ellos...Somos un desastre—dije
Sentí como me tomó la mano y la llevo a su boca depositando un suave beso
—Puede ser...pero al menos lo somos juntos
Alumbrando con el celular nos levantamos y nos dirigimos a la habitación.
Nos acomodamos en la cama abrazándonos, aunque sabíamos perfectamente que en la noche cada uno estaría por su lado pues dormíamos muy feo. Me acerco más a él, depositándome un suave beso en la frente me dijo.
—Somos las piezas de un rompecabezas, encajamos a la perfección.
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Editado: 23.02.2022