2 años después
La Universidad era mejor de lo que esperaba, aunque no era muy sociable me iba bien en las materias. Al fin de cuentas iba a estudiar no a entablar amistades.
Después de varias sesiones y un profundo dolor el tatuaje de mi trasero desapareció. Me hubiese gustado decir que fue como si no existió pero la cicatriz me recordaría que así fue.
Gracias a ello aprendí que cosas jamás debía volver hacer, y que cosas no experimentaría en mi tiempo de universitaria.
A pesar de que no me iba tan bien con las amistades varios chicos intentaron ligar conmigo, al final era el mismo resultado con todos, yo no quería tener novio, no estaba lista para dejar entrar a nadie. La soltería me había sentado bien.
Comencé a trabajar en una librería, realmente no tenía idea si Naím había logrado reconstruir <<La leyenda>> y con sinceridad a este punto ya no me importaba, ni siquiera había pasado por el lugar.
Al salir de clases y después de pasar por la biblioteca me dirigí a comprar un café, entré y pedí un capuchino, mientras esperaba, en una de las mesas a lo lejos pude visualizar a una persona que me resultó un tanto familiar, esa sonrisa y ese cabello era difícil de confundir.
Estaba acompañado de una chica, una chica bajita...una chica parecida a mi...Esta se acercó a él y le plantó un beso en los labios.
Después la chica se levantó y entonces nuestras miradas se encontraron, el sonrió...no de la forma que lo hacía antes, su sonrisa era amistosa, como cuando le sonríes a un extraño por amabilidad.
Desvié la mirada, agarré mi café y salí de ahí.
No podía ver aquello. Aun me era difícil aceptarlo.
Regresé a mi casa y subí a mi habitación, revisé los mensajes en whatsapp del grupo de la escuela y me di cuenta que encargaron un libro...todo mundo se quejaba de que ese libro no existía, que no se podía conseguir...
No quería ir, no debía hacerlo, pero era mi único recurso.
Decidí ir caminando por si me llegaba arrepentir así me podría desviar, no estaba segura si encontraría algo o no pero al llegar para mi sorpresa la librería estaba con vida. La gente salía y entraba de esta.
Suspiré y me animé a mí misma. -Tú puedes Sofí-
Entré a la librería, la que estaba atendiendo era la muchacha que se había besado con el...genial.
Empecé a revisar los estantes hasta que encontré lo que buscaba.
Estiré la mano para alcanzarlo cuando alguien más alzó también su mano para tomarlo. La retiré inmediatamente y me giré a ver al desconocido.
Lo agarró y me lo tendió.
— Pensé que te vendría bien un poco de ayuda.
El corazón se me encogió. Después de tanto ver sus ojos de cerca y escuchar su voz no podía soportarlo. Quería llorar, lanzarme a sus brazos y gritarle quién era yo.
Laín me sonrió.
— Es un buen libro, ojalá lo disfrutes.
No podía seguir ahí, rápidamente le di la vuelta y me dirigí a pagar, Laín se acercó junto conmigo al mostrador y me tendió un separador.
Después de que la chica me entregara el cambio y el libro me paré frente a él y con mi mejor sonrisa le dije.
— Gracias... — y en un susurro dije su nombre. — Gracias, Laín.
Rápidamente me di la vuelta y al abrir la puerta escuché perfectamente, quizá fue mi imaginación o quizá realmente lo dijo...era algo con lo que me quedaría en duda.
— De nada...Sofí