Después de ya haberse despedido de Suga la Tania cerró la puerta a sus espaldas y vio el celular.
Quizá estaba en lo correcto.
Saco el celular de la cajita y lo prendió, ajusto algunas cosas hasta encontrar una notificación de chat, si bien no podía definir muy bien que era se lograba dar cuenta de que era un chico. - Quizá Yoongi lo puso pa que yo pueda salir con alguien- soltó con una pequeña sonrisa mientras se recostaba en su cama y le enviaba un mensaje.
“Hola, apareciste en mi celular, y bueno, creo que podrías hacernos amigos… ¿Cómo estás?”
Escribió rápidamente para luego dejar el dispositivo de lado y disponerse a cambiarse de ropa y descansar lo que quedaba de día… Pero. La verdad no se sintió realmente tranquila.
Le causaba confusión la procedencia de ese contacto.
¿Porque tenía ella ese número?
¿Porque quería seguir hablándole?
¿Que tenía o quien era el para que sintiera que es alguien tan importante?
Esa y más preguntas rondaban por su cabeza cuando su celular sonó de golpe indicándole una notificación de mensaje.
“Hola… Yo tampoco sé quién eres jaja ˇˇ, bien gracias por preguntar… ¿Y tú?”
Y ahí fue que su mundo se volvió a caer, inmediatamente se puso nerviosa y o supo cómo reaccionar… Sentía que eso era de alguien que ya conocía.
Sentía que era alguien… Cercano, alguien que ella ya había visto… Alguien con quien ella ya había hablado… Sintió como la respiración abandonaba momentáneamente su cuerpo mientras revivían en s mente recuerdos sobre Namjoon.
La primera vez que lo tuvo.
¿Saben?, ahora que tenía todo en claro esto llegaba a resultan tan irreal como una de sus novelas o libros favoritos.
Un amor de secundaria imposible.
Triángulos amorosos.
Apuestas ridículas que terminaron en algo más allá de la recompensa.
Un amor basado en dinero, juegos y mentiras.