Tiro con cansancio sus cabellos hacia atrás mientras ella secaba las lágrimas que aun escurrían por su rostro y se ponía de pie, no podía seguir así.
No debía seguir así.
Ahora más que nunca tenía que dejarlo todo atrás y seguir con su vida como si nada, ya era adulta, no existía ya la idea de refugiarse en la vida de una adolescente de dieciséis años que no sabía que hacer… Recogió un tanto la mugre que tenía a su alrededor y procedió a seguir hablando con el chico que tenía en su celular.
Le tocaba decir que, a pesar de hacerle recordar a Namjoon, le hacía muy bien.
Las tardes mañanas y noches solitarias ahora eran momentos cálidos que le hacían disfrutar mucho su tiempo libre, le volvían a hacer sentir feliz de seguir viva. Aunque cato que aún le causaba curiosidad saber quién era ese chico.
Pero bueno, sabemos que no haría ella nada al respecto, vivía bien sin saber quién era el que se encontraba al otro lado de la pantalla.
Como cada tarde se despidió con un emoticón de carita feliz del chico y cerro la aplicación dándolo todo por finalizado.
Obligándose igual a volver al trabajo.
Miro rápidamente las hojas que habían mandado de la empresa para sumergirse en la computadora, normalmente era poco lo que, hacia honestamente, pero desde que Namjoon se había ido de la banda el papeleo era peor y eso sin mencionar todo el trabajo que era realizar el papeleo para un nuevo integrante.
Ponerlo al tanto de los horarios.
Los calendarios prioritarios.
Las coreografías.
Y de Namjoon, al ya no estar el en la banda debía ocupar más tiempo aun en ellos, ya no tenían a quien les guiara.
Al ya dar las dos de la mañana soltó un quejido mientras estiraba su acalambrado cuerpo y se ponía de pie, creo que ya era hora de tomar un descanso.
Era hora de salir y disfrutar la noche.
Dejo de lado todo el papeleo que decoraba su mesa y apresuro en ir a su habitación, tomar una ducha y bañarse en perfume… Ya limpia vistió su cuerpo con una falda tableada, medias a encaje y un suéter de Nirvana.
Estando todo sore ruedas abandono su deprimente guarida y partió a la discoteca que quedaba más cerca de su casa.
Estando ahí se apuró en pedir un trago y pasear su mirada por el local.
Nada nuevo, mucha gente, entre 17 y 31 años, poco después se sumió en el alcohol que el barman le ofrecía.
Un trago.
Dos tragos.
Tres tragos.
Y asi fue avanzando hasta que terminara por perder la cuenta, viéndose ya consumida por el alcohol centro su mirada en un ser en especial.
Era un chico un poco más alto que Namjoon, unos 12 centímetros más alto aproximadamente, de cabellos llamativos de color lila y piel entre acanelada y normal.
No era asiático, eso era evidente, sonrió mientras tomaba lo que le quedaba de alcohol y se ponía de pie encaminándose hacia él.
Y bueno, no considero adecuado seguir entrometiéndome en lo que ocurrió esa noche, solo limitare a decir que en ese momento fue que actuó por primera vez como una chica de veinte algo años.
Mientras la Tania iba despertando soltó un quejido ante un fuerte dolor de cabeza, esta n dejaba de darle vueltas, su cuerpo se encontraba adolorido y no tenía nada claro…. Después de alejar los cabellos d su rostro miro alarmada a un lado suyo, había un chico.
Un chico estaba durmiendo junto a ella.
Este abrió lentamente sus ojos centrando una mirada intensa en ella.
Esta no era cualquier mirada, era una mirada profunda cargada de interés y Deseo… De esas que te dejan con calor y frio a la vez en todo u ser.
De las que te dejan en banco y no te permiten respirar.
Alarmada y con un gran sonrojo en su rostro desvió la mirada y se volvió a acostar rogándole a todos los santos, y no tan santos, que no fuera más que un simple mal sueño. El chico rio ligeramente mientras al envolvía con uno de sus brazos apegando así sus cuerpos. Linda, ¿enserio me harás recordarte todo lo de anoche?, ya que por tu carita veo que no sabes que haces en mi cama- soltó entre risas mientras la Tania intentaba con todas sus fueras alejarse de él y encontrar sus cosas, con enojo vio su suéter cual ya está hecho pedazos.
Después de saltarle un empujón separándolo de ella se puso de pie y apuro en ponerse su falda y zapatos saliendo así de ahí.
Esto era imperdonable.
Quiero decir, si, el plan era descontrolarse, tomar. Quizás ligar con uno o dos chicos.
Pero jamás estuvo en sus planes tener relaciones con uno.
Soltó un quejido mientras corría hacia atrás sus cabellos y se dirigía lo más rápido posible a la empresa, y si, recién levantada y con la culpa por Júpiter tenía que ir al trabajo