No hay lugar para el amor

Capitulo 4: Cuentos de un día feliz

Entreabro los ojos mientras pasó una página del libro “cuentos de un día feliz”, ya lo estoy terminando de leer. Como puedo, por que no doy más del cansancio y sueño que tengo.  
Apoyo mi cabeza sobre mi mano y empiezo a cerrar los ojos de manera involuntaria. 


-¡Hey!- escucho una voz varonil detrás de mi. 


Abro los ojos de golpe, saliendo del transe en el que estaba entrando. Doy vuelta mi cabeza y me encuentro con una figura varonil que vestía un jean negro y una camisa gris. Extiende su mano y me alcanza un café. 


-Gracias Matt- le digo, mientras observó su dentadura en una bonita sonrisa de compasión hacia mi. 


Comparado conmigo que estoy con unas ojeras tremendas y que apenas me mantengo despierta se ve deslumbrante. Se nota la sombra que tiene en su mandíbula, me encanta su sombreado. Le da un estilo personal diferente. Ayer me llegó una notificación de un grupo al que me agregó Elena con algunas chicas de aquí, que hablaban sobre un chico con cabello castaño claro. Resulta que ese chico tan nombrado era Matt. Me sorprendí al ver cuantas chicas mueren por el.  


-¿La pasaste bien ayer?- me pregunta mientras se apoya en mi escritorio. 


-Si, me cayeron muy bien todos- respondo mientras le sonrío. 


-Pero te fuiste temprano. Cuando se venía lo mejor. Te fui a buscar a la mesa y no estabas- me dice fingiendo tristeza. 


-¿Me fuiste a buscar?- pregunto asombrada- era un poco tarde y como me tenía que levantar temprano a prepararme decidí irme. 


-Si te fui a buscar. Ya veo que no acostumbras a acostarte tarde- con su dedo índice hace señas en su rostro de forma circular- tu rostro lo dice todo. 
Me río al escucharlo. Tiene razón mi cara está de lo peor. Pero en realidad no es por que la hora a la he volví del bar. Cuando llegue a mi casa mi madre estaba con fiebre. Me quedé toda la noche despierta  esperando a que se le pasará. 


-Es que no dormí en toda la noche- justificó- las próxima vez si no es día de semana me quedo hasta tarde, no me gusta llegar sin dormir al trabajo. 


-No sabía que no dormiste en toda la noche- me mira con ojos perversos y divertidos, ya me imagino que está pensando- ¿ te fuiste con alguien del bar?. 


-No- me rio- no es por eso que no dormí. Llegue a mi casa y mi madre estaba un poco mal. Así que me quede cuidándola. 


-Que buena hija eres- me dice sonriendo. 


-Lo se. ¿Y tú te fuiste con alguien del bar? ¿con la rubia quizá?. 


Mira para el piso y vuelve su mirada a mi, riendo como si le acabara de leer los pensamientos.  


-Con la rubia quizá- repite.  


-No pierde oportunidad para llevar alguna chica a casa- interrumpe Emiliano. No se desde cuando está parado al lado de la puerta. 


-Como todos los chicos- mascullo, no me di cuenta que en vez de pensarlo lo dije sin más.  


Los ojos de los dos chicos frente a mi me observan asombrados y algo curiosos. 


-¿Estoy ante una feminista que pone a todos los hombres en una misma a bolsa?- dice Emiliano irónicamente, desenvolviendo una sonrisa divertida. Matt se toca el mentón intentando no reír. 


Creo que otra persona se hubiera tomado de mal forma su comentario. 


-No meto a todos los hombres en una misma bolsa, ni en ninguna bolsa. le digo- a no ser que me den razones.  


-No te daré razones entonces- dice Matt, mientras levantar sus brazos. 


-Yo menos- masculla Emiliano- antes que me olvidé, vine a buscarte por que el jefe quiere verte. 

 


-¿Hastings?- le pregunto. 


- Si.  


-Okey, iré ahora entonces- salgo de la habitación apurada y me dirijo a la oficina de Hasting Alison estaba por entrar a la oficina de Hastings con dos cafés y cuando me vio se dirijo a mi.  


-Entra ya, Hastings te espera.
Le sigo en pasó y entró en la oficina. Hastings se encontraba observando su computadora atentamente. No se percató que yo estaba entrando. Mi siento frente a el y Alison apoya los cafés sobre la mesa.  
Me mira mal y le devuelvo la mirada. ¿Quién se cree para rebajarme? Típica rubia  creída. Observa mi traje como si estuviese sucio.  


-¿Algún problema? ¿quieres algo?- le pregunto de mala manera. Puedo sentir la mirada de Hastings. 


-Ninguno- dice Alison volviendo a rebajarme- ¿quiere algo más señor?- le pregunta mientras le sonríe.  


-No, puedes irte. 


Alison sale de la habitación, hasta que no deje de escuchar sus tacones no masculle una palabra. 


-¿Querías algo? – le pregunto cortante. 


-Me imagino que ya terminaste de escribir la columna ¿no?. 


-No.  


Me mira asombrado y como si fuera el fin del mundo. Ante esta reacción mascullo: 


-Pero ya casi la terminó, para hoy al final del día estará. ¿eso sólo debo hacer?. 


Es obvio que no se nada sobre trabajar en una revista. Por que se suponía que mi trabajo era escribir libros no una pequeña columna. Además ni siquiera le dije la verdad. Todavía no escribí ni una palabra para la columna. 


-Luego de que lo termines debes hablar con el equipo de marketing para que te ayuden con el diseño. Cuando lo termines me lo traes. Acuérdate de que deben ser dos, uno en formato electrónico y el otro para la revista impresa. Mañana viernes me traes el texto paras leerlo. 


-¿Mañana?- pregunto asombrada. Creo que grite y abrí los ojos asustada.  Ni siquiera termine de leer el libro. 


-Si, ansío leer tu recomendación- me dice mientras sonríe. 


Estoy nerviosa por que tengo que hacer mi trabajo lo más perfecto que pueda para mañana. No quiero quedar mal con mi primer trabajo en la empresa. Si no realizó una buena recomendación para una pequeña columna, menos voy a poder hacer un buen libro.  




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