P R O L O G O

Tosió intentando recuperar el aliento. Se sentía desfallecer. Su estómago dolía de todas las patadas que le dieron sentía una costilla rota, una pierna y el dolor de cabeza era insoportable. Tenía que sobrevivir había alguien en otro lado esperando por él, sabía que él no había dicho nada ante la confesión que le hizo, pero espero el momento oportuno para poder regresar ese era el último trabajo que haría para ellos sin embargo no entiende como fue a parar en eso. Solo tenía que aferrarse a su ancla, al último recuerdo compartido con él.

— ¿Volverás a irte? —Pregunto él cruzado de brazos mientras lo veía a través del reflejo del cristal de aquel inmenso ventanal.

—Me ofrecieron un gran trabajo, estar entre los mejores. —Quería ser el mejor agente, salvar muchas vidas, pero aún estaba confundido pues no quería estar lejos de su familia, de sus amigos, de él.

—¿Qué implicaría? —Pregunto la persona volteando a verlo.

—Mudarme a Virginia, desde hace unos meses una de las jefas del FBI y otros dos agentes me contactaron. —Confeso sonriéndole. —He estado ayudándolos encubierto.

—Stiles yo... —Derek vio fijamente al humano antes de acercarse a su lado.

—¿Sí? —Pregunto sintiéndose confundido y algo nervioso ante su cercanía.

—¿Lydia y tu...? —Derek pregunto manteniendo una distancia antes de saber la respuesta y saber si acercarse o no.

—Terminamos, nuestro destino no era estar juntos ahora ella es feliz con Jordán como Malia lo es con Scott. —Contesto sintiéndose feliz.

—Entonces podré hacer esto. —Derek estaba a unos milímetros del chico tomándolo de la cintura. Sintió el corazón del chico latir más deprima.

—¿Hacer q.? —Lo que fuera a decir Stiles se vio interrumpido por unos labios gruesos, sintió fuegos artificiales tanto tiempo esperando aquello, quería a Lydia, pero había descubierto que amaba a Derek Hale.

El beso fue dulce sin llegar a ser demandante en ese mismo sintió todo el amor que Derek sentía por él.

—¿Braeden? —Pregunto cuando el beso termino y se separó de él.

—Termine con ella. —Contesto el lobo sonriendo a Stiles antes de besarlo nuevamente.

Después de ello partió con la promesa escrita en una carta al gran lobo de que le esperara pues había decidió regresar a Beacon Hills.

Cuando estuvo en las oficinas de nuevo sonrió acercándose a la puerta con su destino ya en mente toco siendo recibido por un "adelante"

—Stiles Stilinski. —La mujer frente a él sonrió dejando de lado los documentos que estaba leyendo, viéndolo detrás de aquellas gafas de pasta negra. —¿En qué puedo ayudarte?

—He decidió irme a Beacon Hills. —Confeso intentando no mostrar nada aquella mujer no le provocaba miedo como a algunos otros agentes lo hacía. Dejo los lentes por un lado para mirarlo fijamente.

—De acuerdo, te dejare ir con una única cosa. —La mujer se levantó de su asiento mientras se acercaba a buscar en uno de sus buros y le tendía el grueso expediente. —Un último caso con nosotros y te marchas, además te daré las mejores referencias para que obtengas el puesto que un agente como tú se merece.

Leyó los documentos que su jefa le dio encontrándose con grandes problemas sabia a lo que se enfrentaba vio la foto de la mujer que aparecía al principio sabía quién era y siempre supo que no era buena y si de él dependía que ella estuviera lejos lo haría.

—Está bien, los ayudare. —Contesto saliendo de la oficina mientras marcaba a uno de los agentes.

—¿Diga? —La voz suave del otro lado le hizo sonreír.

—Necesitaremos un nuevo disfraz.

Dicho eso colgó saliendo de las oficinas. No sabía que a partir de ese nuevo caso su vida cambiaria de nuevo ahora estaba totalmente golpeado sintiendo que en cualquier momento harían algo que acabaría con su vida.

—Derek esta desolado. —Aquella voz le hizo estremecerse desde que vio su foto en aquel expediente y desde que empezó hace más de seis meses en cubierto nunca estuvo con ella hasta ese momento. —Cree que le rechazaste.

—Eso no es verdad... ¡Yo le amo! —Grito para después sentir un golpe más en sus costillas.

—Te hare un favor, cuando aparezcas muerto y él no te odie creyendo que solo hacías tu trabajo. Prometo consolarlo muy bien. —sintió el arma en su nuca, aunque estaba acostado la sentía detrás.