19 septiembre del 2018
Lucie Warlock se paseaba por los pasillos de la mansión mientras esperaba que dieran las 6 de la mañana para poder ir a despertar a su hija. Durante varias noches se había mantenido con un insomnio que no le permitía descansar las horas prudentes para estar alerta durante todo el día, no dejando de pensar en todos los conflictos que envolvían a su familia. Lucie se había casado con Raymond Warlock sabiendo que se enfrentaría a muchas adversidades y conflictos de los cuales tendría que tener el suficiente carácter para poder afrontarlos, pero al ser madre le era imposible dejar de lado los sentimientos y adquirir una perspectiva objetiva cuando eran sus hijos los que sufrían.
Comprendía que Rodrick adoptara ese comportamiento y tomara ese tipo de decisiones tan precipitadas dadas las circunstancias, pero también como su madre no estaba de acuerdo en que todo se estuviera moviendo tan rápido y no permitiera que los demás lo aconsejaran, ni siquiera ella que había sido su confidente durante muchos años. Le lastimaba que de alguna manera estaba enfrentando todo "solo" porque sabía que Bruno estaba con él, ayudándolo y apoyándolo pero tenía que mantenerse imparcial puesto que también apoyaba a Neira.
-Buenos días, mi hermoso sol-saludó con voz melódica Lucie, mientras apretaba uno de los botones de la pared de la habitación de Alexandra para que se separaran las cortinas y permitieran entrar la Luz-Ya es hora de levantarse.
Se acercó a la cama de su hija, y vio como lentamente ella iba abriendo los ojos, observo los libros dispersos en la cama para luego tomar uno por uno y colocarlos en la mesa de noche apilados.
-¿Volviste a quedarte despierta toda la noche leyendo?-preguntó sin intención de reprocharle nada.
-Solo un poco-contesto Alex con voz pastosa, mientras intentaba desperezarse y estirar su cuerpo que estaba un poco contractura do a causa de haber dormido en una rara posición-quería desestresarme de todo.
-¿Tú también sigues preocupada por Rodrick?
-Pues...-bostezo, y se tallo los ojos. Cuando su madre por fin dejó la cama libre de libros, se sentó a su lado y tomó sus manos entre las suyas-ya no tanto preocupada, sino fastidiada de todo. Su actitud, aunque es entendible, ya esta afectándonos a todos. Actúa sin pensar y no se da cuenta que a la larga eso puede tener repercusiones.
-Si, a mi también me preocupa eso-admitió con pesar su madre-luego de la reunión en Warlock Corporation, lo acompañe a casa pero no hablamos casi nada acerca de lo que pasó. Sigue cerrado a que demos una opinión.
-Solo espero que no tome una decisión o haga algo que al final afecte muy directamente a Max, me sentiría muy mal si llegará a lastimarlo.
-Esperemos que no sea así, porque entonces será Neira quien lo odie a él-Alex dirigió su mirada hacia la ventana-sino es que ya lo hace. ¿Por qué no intentas tu hablar con él?
-¿Yo?-Alex preguntó incrédula. Se soltó del agarre de su madre, y se levantó para ir a su armario en busca de su uniforme escolar.
-Si, aunque no lo parezca ahora, tú sabes que a él siempre la a interesado tu opinión-contestó su madre, mientras seguía sentada en la cama.
-La verdad no he intentado hablar con él desde que regresó-salió del armario y colocó sus cosas sobre la cama-así que quizá este sea el momento.
-¡Fantástico!-su madre junto las palmas con un golpe seco-intentare tardarme más a la hora de arreglarme para que puedan hablar en el desayuno.
-Mamá yo no me refería que ahora...
-Entre más pronto mejor.
-Pero papá también esta ahí-intento excusarse. Sabía que en algún momento tendría que tener un acercamiento con su hermano mayor, pero no pensaba que sería tan pronto.
-Tienes suerte. Salió muy temprano hoy a trabajar, así que podrán platicar a gusto.
-¡Genial!-susurro con sarcasmo. Lucie le dio un beso en la cabeza como despedida y salió de la habitación de su hija para que se apresurara a arreglarse.
Rodrick estaba desayunando solo en el comedor cuando vió a su hermana menor llegar para sentarse en el asiento frente a él. Llevaba mucho tiempo sin tener un momento a solas con ella, ya que habían pasado tantas cosas en los últimos días que no le habían permitido tener una conversación directa sobre todo lo que pasaba.
-Buenos días, Rodrick- saludó en voz baja.
-Hola-contestó Rodrick con la voz apagada, ni siquiera la había mirado. Prestándole más atención al periódico extendido a su lado.
-¿Qué tal dormiste?-preguntó Alex, con la intención de empezar a sacarle conversación a su hermano.
-Bien.
-Pues yo también, resulta que...
-Alex-la interrumpió con tono severo-¿Qué necesitas?
-Quiero que hablemos.
-Estamos hablando.
-No-agarró la jarra de leche y vertió un poco en su café-yo estoy intentando hablarte, y tú solo contestas palabras de dos sílabas.
-Bueno-cerró el periódico y entonces ya hizo contacto visual con ella-te escucho, ¿De qué quieres hablar?
-Pues...de lo que esta pasando-intento ser cautelosa para que su hermano no se sintiera atacado-ya sabes, lo de Max.
-¿Qué quieres que te diga?, están pasando demasiadas cosas a la vez que me cuesta asimilar la situación-Rodrick medito un momento para luego proseguir-Llegue hace menos de un mes y me enteró que tengo un hijo de 5 años, que sabe de que existo pero yo no sabía nada de él, ¿Tú como crees que me siento?.
-Se que toda esta situación te pone mal, y en parte todos tuvimos que ver en ello-admitio Alex avergonazada-pero no creas que en ningún momento no tuve la intención de decírtelo, fue solo que no quería entrometerme en algo que solo Neira tenía el derecho de decirte.