4. Te Mintió.

—No es nada, sólo estaba pensando en voz alta, ¿preparamos la cena? —preguntó ella tomándolo de la mano como siempre.

—Pensé en salir a cenar contigo fuera de la ciudad junto a William y su novia—Morell lo pensó por un momento antes de asentir con una sonrisa en el rostro— vé a ponerte linda, hoy quiero presumir a mi futura esposa.

—¡Sí, señor! —ella hizo un saludo militar y salió corriendo a su habitación.

 Chad salió de la casa al escuchar la regadera abrirse, estaba muy serio así que William supo que algo no andaba del todo bien, su amigo se acercó para susurrarle algo al oído ya que Debra estaba en el asiento trasero del auto.

—Necesito que consigas un medio por el cual pueda comunicarme con As....

—¿El jefe de Morell? —William de pronto comenzó a sospechar que algo grave estaba pasando, ya que no era normal que Chad se involucrara en los asuntos de personas tan peligrosas como ellos.

—Si, ese mismo, necesito comunicarme con él, hay algunas cosas que me molestan y quisiera saber algunas cosas —explicó él sin dar demasiados detalles acerca del asunto.

—Entiendo, lo intentaré, pero no puedo garantizarte que vaya a ser rápido, esos tipos son difíciles de rastrear y lo sabes —Chad asintió para regresar al interior de la vivienda como si nada hubiera pasado.

 Luego de la cena todo parecía estar normal entre la pareja, sin embargo, Chad notaba cada vez más lo estresada que estaba Morell, lo cual lo tenía un poco preocupado ya que era muy obvio que algo no andaba bien con ella, pero la falta de respuestas de As y las numerosas evasivas que su novia le daba al momento de tocar el tema comenzaban a sacarlo que sus casillas.

 Por otro lado, la guerra parecía inevitable ya que el As de Picas había comenzado a atacar a varios peces del acuario, lo cual no le hizo gracia a los primeros dos al mando quienes no dudaron en ayudar a Morell a proteger el acuario con todas sus fuerzas, Irina por otra parte ya había detectado cuáles serían sus movimientos futuros y junto a su jefa habían desarrollado un plan para resistir a los ataques, sin embargo, dado que eran demasiadas empresas les resultaba un poco difícil mantenerse a flote aún cuando tenían a sus tres ejércitos distribuidos y bien preparados para cualquier situación. Así pasaron dos meses, pero lejos de acabar, esta guerra parecía solo empeorar con el pasar del tiempo y el As de picas se sentía cada vez más seguro de sí mismo después de cada ataque hasta que.....

—Irina ¿dónde está Morell? —preguntó Chad al no encontrarla en su oficina.

—¡Jefe Chad! —saludó Irina con entusiasmo, sin embargo, las ojeras en su rostro la hacían parecer cansada y demacrada— ella se fue a almorzar.

—¿Acaso olvidó que anoche le dije que le traería el almuerzo hoy? —por alguna razón Irina ahora se había puesto pálida— hace algunos días la noto un tanto extraña, pero ahora que te veo en ese estado me preocupo aún más.

—Hemos tenido mucho trabajo últimamente...

—Esperaba esto de cualquier persona, Irina, pero lo esperé de tí —Irina bajó la cabeza, sabía que Chad confiaba ciegamente en ella— ¿desde cuando eres capaz de mentir mientras me miras a los ojos? Creo que debería reconsiderar mi afecto hacia tí.

—Lo siento, jefe, es que es muy complicado de explicar, no quisiera incomodarte con ese asunto —Chad lanzó un suspiro cargado de cansancio.

—Bien, ya que no quieres decirlo no te obligaré.

—Jefe, sabe que haré lo que sea para ayudarle en lo que necesite, pero este asunto es...

—¿De qué asunto hablan? —preguntó Morell que recién había llegado.

—¿Acaso olvidaste que dije que te traería el almuerzo hoy? —Morell se sintió intimidada por la mirada de él.

—Hablemos en mi oficina —luego de hacerle señas se apresuró a caminar hacia su oficina.

—Irina, sabes bien que detesto los secretos —el aura de Chad era demasiado pesada como para soportarla por mucho tiempo— y me gustan todavía menos si estos están relacionados con la seguridad de la mujer que amo, así que sólo diré esto una vez —Irina sólo asintió levemente y en silencio— y espero no tener que repetirlo otra vez... Quiero a ese chico As mañana al mediodía en mi despacho ¿quedó claro? —la chica no pudo ocultar su sorpresa, pero ante la mirada fría de su "jefe" solo pudo asentir en silencio.

—Si, señor —susurró ella en respuesta.

—Creo que no necesito decir que Morell no puede enterarse de esto, ¿verdad? —Chad miró a la aterrada Irina asentir rápidamente— eres una buena chica.

 En el fondo mientras él se dirigía hacia la oficina de Morell se sintió un poco mal al aprovecharse de esa manera de Irina a quién sólo podía ver como si esta fuera la persona más inocente del mundo dada su altura de un metro y cincuenta y dos centímetros; al llegar a la oficina de su prometida, pasó directamente y se sentó en el sofá aún con su aura imponente, ella lo miró y se sentó a su lado.

—Lo siento, hoy tuve demasiadas cosas que hacer, no fue mi intención olvidarme de tí —dijo ella mientras se recostaba en el pecho de él.

—Si fuera la primera vez te daría la razón —Chad ya conocía la estrategia y aunque ya había caído ante ella, no se permitió demostrarlo ya que su objetivo era muy importante y era el de obtener información— ¿Qué te está pasando? —interrogó él sin perder la oportunidad— te he notado demasiado distante por mucho tiempo.

—He tenido mucho trabajo últimamente —Chad negó con la cabeza y se levantó para irse.

—Ya que no quieres decírmelo entonces me iré —Morell lo tomó de la mano.

—De verdad no es nada, puedes estar tranquilo, deja de darle vueltas al asunto ¿si? —él simplemente se dió vuelta y se fue.

 Morell intentó llamarlo pero Chad no contestó ni una sola de sus llamadas ni tampoco sus mensajes, desesperada, fue hasta la casa de él, pero los guardias de seguridad le dijeron que el hombre se había ido de la ciudad y no sabían en dónde estaba el jefe.