—Bien, entonces ¿cuál será nuestra habitación? —preguntó la chica que quería ir directo al postre.
—Ninguna, vete ya de aquí —se levantó y salió del lugar a toda prisa, con suerte la encontraría en su empresa ó cerca del hotel.
Morell sabía que aquello no haría más que provocarlo y sin dudas podía llegar a meterla en problemas, pero en su mente era más importante dejarle claro que las cosas no eran así con ella, la chica tenía su orgullo y este no le permitía dejarse tratar como una cualquiera, aunque Chad le gustase tanto, no iba a permitirle que la tratase como a una mujer de esa calaña, se amaba demasiado a si misma como para dejar que su imagen intachable se viera perjudicada por alguien como él.
Estaba simplemente absorta en el trabajo y no le prestó atención a nada más a su alrededor; Chad llegó hecho una furia, ignoró a Irina quien al ver su expresión ni siquiera se molestó en detenerlo; deseaba seguir viviendo por algunos años más.
—¡Cómo te atreves! —dijo al entrar a la oficina de ella, se aflojó la corbata— ¿cómo puedes ser tan cruel y faltarle el respeto al lugar donde nos conocimos?.
—¿Yo? ¿Quién fue el que me trató como si yo fuera una prostituta primero? —Morell estaba dolida por aquello y no temía demostrarlo.
—Y estoy intentando pedir disculpas por aquello —le respondió mientras bajaba la mirada.
—No pienso salir contigo nunca más; ahora que sé cómo me veo ante tus ojos, prefiero guardar mi distancia de usted, señor Davies —le dió la espalda y caminó hacia el balcón de su oficina, necesitaba aire; ver a Chad de nuevo revolvía toda su mente— y agradecería que usted colaborara con eso.
—Morell, por favor —Chad la tomó del brazo con suavidad— perdóname, esa noche no sé qué ocurrió.......
—Te equivocas, si sabes lo que ocurrió, sólo que aún no aceptas que todo te saliera mal —su mirada fría congeló el interior del hombre que la sostenía.
—Yo....... —Chad se puso de rodillas y Morell estaba mucho más que sorprendida— me rehuso a dejarte ir así, me niego a abandonarte.
—¿Entonces qué esperas de mí? —ella necesitaba saber sobre que tipo de terreno estaba parada.
—Si te soy sincero, ya no lo sé, eres diferente a todo lo que he conocido —Chad sintió su corazón acelerarse cuando la vió acercarse a él.
—Sé que soy una mujer complicada —se agachó para estar a su altura y mirarlo a los ojos— y que no es fácil entenderme, pero me alegra que no me dejes ir tan fácilmente.
—Morell, perdóname, fui un idiota esa noche y merezco todo lo que hiciste después de eso, te juro que no volveré a tratarte de esa manera —Morell asintió con una gran sonrisa y lo besó dulcemente.
—¿Tienes hambre? —preguntó luego de un rato en los brazos de él.
—Si, tengo mucha hambre —respondió mientras olía el perfume de Morell como si se tratase de la flor más fragante del mundo.
Salieron de la oficina tomados de la mano ante la mirada atónita de Irina, subieron al auto de él y se dirigieron hacia el restaurant, donde la cena fue más agradable de lo que ambos imaginaron , sin embargo, ninguno habló sobre sus sentimientos, se rehusaban a dar el primer paso, principalmente por no saber si eran correspondidos (aunque las señales estuviesen pintadas por todas partes), ella creía que él simplemente era un mujeriego, por lo que no valía la pena entregarse a una relación con él, por otro lado él, pensaba que había cometido tantos errores que ella seguramente no se enamoraría de él, además de que aún no podía comprender como ella (que estaba en una situación económica complicada) simplemente no estaba interesada en su dinero y los lujos que él podía darle.
—Gracias por la cena, pero debo regresar a la oficina —dijo luego de cenar y hablar por un largo tiempo.
—Pasa de la media noche ¿por qué estás yendo a tu oficina y no a tu casa? —preguntó notablemente alarmado por la declaración de ella.
—Es que debo trabajar horas extras este mes si quiero completar el proyecto en el tiempo estimado —ella explicó con tranquilidad como si fuese cosa de todos los días.
—¿No tienes empleados? Que hagan su trabajo así tu no tendrás necesidad de hacer horas extras —la solución era bastante simple aparentemente.
—Ellos ya están haciendo demasiado, pero este proyecto demanda mucho más de lo que ellos pueden dar, necesitaría más mano de obra que de momento no poseo.......
—Entonces contrata a más personas —aquello también era sencillo de resolver.
—No es tan simple.......
—Si necesitas dinero para contratar más personas te lo daré......
—Esa es una de las razones, sin embargo, también es complicado encontrar personas con la experiencia suficiente para manejar este tipo de presiones —recordó el montón de cosas que estaban pendientes y eran demasiadas como para que unos pocos pudieran hacerlas.
—No te preocupes, yo me encargaré de encontrar personas adecuadas, pero no quiero que te satures con el trabajo......
—No puedes darme más dinero, ya es suficiente con lo que recibí por tu inversión —no era su estilo pedir dinero a otros y menos a él, pues aparentemente Chad tenía un don para mal interpretarla.
—Tómalo como un préstamo, si todo sale bien me lo devolverás cuando el proyecto sea un éxito total —era obvio que no tenía intenciones de dejarla devolverle ese dinero— también soy buen prestamista, te daré una tasa de interés de 0% ¿qué te parece eso?.
—Me parece que te gusta despilfarrar dinero —respondió ella que aún no estaba del todo convencida y aunque esta sería en efecto la solución a muchos de sus problemas no podía depender de un hombre para ello.
—Tranquila, sé que no estas acostumbrada a esto, pero ten la seguridad de que no lo hago con malas intenciones; somos socios y ayudarte, también es como ayudarme, después de todo mi dinero está invertido en tu empresa —Chad era un maestro para este tipo de negociaciones y comenzaba a demostrarlo.