-Con el poder que me ha sido otorgado, os declaro marido y mujer... Puede besar a la novia.
Tras el anuncio del sacerdote, los presentes vitorearon a los novios animándolos con sus palmadas, gritos alegres, celebrando con ellos la dicha que se habían casado. El novio cogió el velo por encima y dejó el rostro de la joven desnudo para dedicar un beso efímero en los labios.
- Tía Beth, nos podemos ir - Cassie frunció el ceño, ¿había escuchado bien?
- ¿Marcharte? - Diane se mordió el carrillo de la mejilla y apartó la mirada, algo mortificada.
- Cassie, no pinto nada aquí. Quería al menos ver a Julian por última vez antes de...
- Me estoy perdiendo - negó con la cabeza, alrededor de ellas, los invitados se acercaron a dar su enhorabuena a la recién pareja casada, primero se acercaron los duques y el padre de la novia -. Has dicho "por última vez". ¿Me dejas de nuevo?
- Tía Beth y yo viajaremos por Europa, será un viaje productivo -dijo con una sonrisa triste -. Creo que será lo mejor. Tengo que poner más distancia. Quiero "crecer" y madurar.
Asintió con la cabeza intentando convencerse de la realidad. De golpe y porrazo, su hermana se iba. De nuevo.
- Prométeme que me escribirás. Eres lo más importante que tengo - abrazó a Diane, no quería dejarla ir -. Al menos, no te vayas sin despedirte de padre y madre.
- Lo haré - prometió con los ojos llorosos debido a la emoción contenida.
Se dieron otro abrazo antes que Diane se fuera en dirección a los duques.
- Señora Lawrson - la mujer volteó hacia Cassie -. Le agradezco que haya cuidado a Diane todo este tiempo. Por favor, sé que no la desatenderá pero dale todo el cariño que pueda. Se merece mucho amor.
La tía Beth miró a la joven y elevó una mano para tocar levemente el brazo. El gesto de la señora mayor fue confortante. Observó cómo Diane iba hacia sus padres. En su camino, la interceptó Matthew que se había sorprendido nada más verla.
Parecía el tiempo detenerse. Por un lado, estaban los novios felices; por otro lado, Diane siendo animada por su primo.Se le encogió el corazón al verlos. De pequeña había sentido el pinchazo de los celos cuando los veía juntos pero ahora sentía nostalgia. La relación entre Matthew y Diane era de hermanos.
- Claro que sí. No se pide sino que se hace - escuchó a lo lejos.
- Gracias - la mujer se sorprendió gratamente al recibir un abrazo de la hermanastra de su sobrina. Era una joven que tenía luz y bondad, no era una niña mimada de la realeza. Tenía la mirada triste igual que su Diane, era por amor.
- Quizá de mi parte está mal aconsejarla. Soy una mujer mayor y nervuda. No tenemos ninguna relación familiar salvo por el cariño que nos une hacia Diane, pero le diré que sea valiente. Lucha por ese amor te recome por dentro.
La joven abrió los ojos como platos al escucharla.
>> No sea cobarde por amor. Para Diane ha sido demasiado tarde, no ha podido ser. Lamentablemente, la sociedad habría destrozado cualquier mínima felicidad que tuviera tu hermana a lado de ese hombre. No habrían dado el visto bueno. ¿Hermanastros juntos? Imposible. En cambio, si su caso tiene oportunidad no la eche a perder, no merece la pena sufrir por amor salvo, que al final, la dicha sea más grande que el sufrimiento en sí.
Cassandra echó la mirada al frente mientras las palabras de la anciana rondaban por su mente. Sabía que tenía razón pero tenía un miedo atroz.
¿Iba ser valiente?
...
La ceremonia en la capilla de Devonshire había pasado volando. Algunos se habían marchado como Diane y su tía. La fiesta había comenzado en el interior de la mansión con el resto de invitados dentro.
- Eh, debería dejar de beber. Es tu tercera copa - le aconsejó Melly intentando alcanzar la copa que se estaba bebiendo - ¿Me estás escuchando?
Cassie negó con la cabeza y le entró de repente la risa nerviosa.
- Melly, no estoy borracha - bueno, algo chiripi sí que estaba.
Se había pasado la tarde con Melly que era la única compañía agradable que había encontrado tras irse su hermana. Como estaba aburrida y viendo la pareja feliz, a su primo con la viuda alegre, pues hizo caso al dicho "ahogar las penas con el alcohol". Funcionaba; sentía el cuerpo flotar.
- Alguien debería haber dicho a tu madrastra haber rebajado más el ponche. Se nota que quiere alegrar la fiesta pronto - frunció la nariz al oler el vino afrutado.
Cassie iba a replicarle pero sonó los primeros toques instrumentales. La orquesta estaba empezando tocar el vals que iniciaba los novios.
- Oh, Dios. Melly - se lamentó al darse cuenta que tenía que prepararse para bailar. Tenía que bailar con su padre. Eso lo que se esperaba de ella.
- No te hubieras bebido otra copa.
- Demasiado tarde - vio a su padre, el duque, al otro lado del salón haciéndole el gesto que se acercara.
La música estaba sonando. Los novios bailaban tan maravillosamente bien y la cabeza estaba a punto casi explotar.