No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Veintiséis

Nuevas memorias, mismos sentimientos.

—¡Oh vamos Vero! Por favor. —ruega de nuevo Blue cambiando su posición acostada sobre mis piernas para mirarme y juntar sus manos.

—¿Y qué voy a hacer yo con ambos en un parque? —cuestiono girando mis ojos alejandome de ella.

—Pasar el rato con tus amigos, pasas demasiado tiempo dentro de casa. ¡Necesitas salir, mirar la luz del sol, personas, algo nuevo! —se queja saliendo de mi cama y señala con sus brazos extendidos hacia la ventana.

Formo un mohín con mis labios meditando la propuesta mientras llevo una mano a mi barbilla adoptando una expresión pensativa para alzarme de hombros, acostarme en la cama y volver a poner en curso Run BTS.

—¡Veronica! —chilla mi mejor amiga molesta cuando le doy la espalda.

—Silencio Blue, no hablo coreano. ¿Sabes lo complicado que es leer los subtítulos y mirarlos al mismo tiempo? —gruño retrocediendo una escena.

—Suficiente Vero, saldremos en diez minutos. —ordena y para enfatizar sus palabras se sube a la cama tomando mi computadora en el proceso.

Llevo una mano a mi pecho ofendida por su atrevida acción mientras ella sale sin importarle mi molestia de la habitación. ¿Cómo se atreve? ¿Quién se cree que es? Ah cierto, mi mejor amiga. Gruñendo por perderme Run BTS —tampoco es que sea un nuevo episodio, pero ver a los chicos en ese parque de atracciones me es muy divertido— salgo de la cama para cambiar mi pantalón de pijama por un short decedente para ir al parque con la pareja.

Según Blue paso demasiado tiempo encerrada en mi habitación mirando cualquier cosa sin utilizar mi tiempo de un modo productivo, pero ¿cómo le explico que mirar las presentaciones de BTS y hacer stream es una tarea vital, necesaria, un modo de agradecerles el arte que nos obsequian?

Subo el cierre del short, me doy un rápido vistazo en el espejo de mi habitación y asiento a mi reflejo. Después de todo esta blusa rosa no esta nada mal para ir a dar una vuelta por la zona. Me pongo unas sandalias, tomo mi móvil y salgo para encontrarme con Blue en la sala de estar, sentada con su pierna y brazos cruzados a la espera de su víctima —yo, obviamente—, su rostro serio le da un aspecto a escena de mafiosos.

—¿Saldrán? —indaga mamá pasando justo a mi lado.

—Si señora. —responde mi amiga dándome una mirada rápida para luego sonreír ampliamente a mi madre—. Le encargo esto, cuidelo.

Mi mejor amiga alías la traicionera más grande del mundo le entrega a mi madre mi computadora. Ambas se dan esa clase de miradas cómplices que solo las mujeres somos capaces de entender, por lo tanto también soy capaz de captar el mensaje secreto que ambas se envían, que se puede traducir a "—Le pido que mantenga este aparato lejos de Veronica". Cruzo mi brazos girando mis ojos cuando mamá regresa a su habitación con mi laptop en su poder y Blue tira de mi brazo fuera de la casa.

—¡Nos vemos! —se despide cuando cierra la puerta.

El sol cegador de un sábado por la tarde da con fuerza contra mis pobres ojos acostumbrados a la tenue luz dentro de casa y me obliga a cerrar los ojos mientras Blue tira de mi brazo en dirección al pequeño parque cerca de mi casa y para ser exacta, cuatro cuadras después de casa se encuentra ese lugar. Es pequeño, pero sin duda alguna es bonito, quiénes lo cuidan siempre han velado por el bienestar de las plantas y las aves que llegan son alimentadas.

—Te compraré un helado, pero quita esa mueca de disgusto. —ruega Blue sin soltar mi mano, parece que teme que realmente me regrese a casa a terminar el vídeo.

Y no la culpo, la idea fue tentadora mientras permanecimos en la segunda cuadra, pero en este momento llegando a la cuarta cuadra no luce prometedora, es más, mi vagancia me gana permitiendome tomar la mano de mi amiga y tirando de ella a la heladería al final del recorrido.

—Cumple con tu palabra amiga. —hablo señalando el interior del local.

—¿Me prometes no escapar? —indaga al lado de la puerta tomando mis dos manos.

Asiento y ella forma una amplia sonrisa hermosa, mágica, esa clase de felicidad que te es transmitida por una persona especial generando una expresión similar en tu rostro. Así me sentí al corresponder su felicidad con una sonrisa igual de grande.

—Te voy a esperar justo aquí Blue. —le aseguro señalando mi espacio fuera del local.

—¡No tardo! —dice abriendo la puerta e ingresando.

Me giro para cuidar de ella desde fuera, permanece en una cola pequeña, tan solo dos personas frente a ella. Puedo observar como mira a su alrededor ansiosa con su mirada algo pensativa relamiendo sus labios varias veces. ¿Por qué tan ansiosa Blue? Ella hace el pedido de nuestros helados y yo me giro al frente observando a los autos transitar al igual que muchas personas a mi alrededor. Un sábado realmente transcurrido.

—Tu sabor favorito. —aparece Blue entragandome el helado de vainilla con chispas de chocolate.

—Muchas gracias. —beso su mejilla agradecida y me concentro en devorar mi helado.

Ambas caminamos hasta llegar al parque y justo frente a nosotras el gran capitán del equipo de lacrosse recibe a mi linda rubia con sus brazos abiertos besándose de un modo corto, pero eso no evita que se vean tiernos al hacerlo. Me hago a un lado esperando mi momento para saludar a Cole con un apretón de manos y seguir comiendo el helado, pero ese escenario se ve interrumpido por la presencia de otra persona junto a su perro.



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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