No puedo dejar de pensar en Ti

Capítulo Veintiocho

La cuestión es... que no me importa.

—Se gustan mucho. —musito observando con ternura a la pareja.

¿Cómo les explico esta escena de película? Los pongo en contexto para que suspiren conmigo. Un miércoles por la tarde el equipo llevó a cabo un agresivo partido de lacrosse para que alguno de ellos pase a la semifinal que se llevará en... todavía no sé sabe, el capitán lideró el ataque con astucia y profesionalismo, mi mejor amiga también conocida como la fan #1 del equipo estuvo en primera fila apoyándolos, Cole como agradecimiento la señalaba al anotar un punto, en otras ocasiones corría directamente a ella para celebrar juntos y al finalizar mi amiga saltó a los brazos de su novio besándose con los del equipo celebrando a su alrededor. Blue permanece sobre los hombros del capitán mientras celebra con los demás chicos.

Mi burbuja finaliza cuando Mateo suspira cansado a mi lado.

—Deseo un romance como ese. —vuelvo a suspirar enamorada y el chico a mi lado suelta un suave gruñido.

—¿En serio? ¿Qué tiene de genial vivir un romance ya visto? ¿No deseas algo original entre tu pareja y tú? —replica cansado sin descruzar sus brazos.

—¿A qué te refieres? —aparto mis ojos de la pareja para dejarlos sobre Mateo.

—Cada pareja es única a su modo por más que desees copiar una relación que imaginas ideal. —señala con sus ojos a los chicos en el campo—. Ellos tienen algo que solo pueden compartir entre ambos, es ese algo especial que solo harás con quién amas.

—Nunca lo vi desde ese punto de vista... —musito pensativa llevando una mano a mi barbilla—, cuéntame Mateo, ¿qué harías para que tu futura relación sea especial?

—Me gustaría sostener a la chica de su cintura cuando caminemos juntos.

—¿Eso no sería difícil? —frunzo mi ceño confundida.

—No por la persona que amas Veronica —responde en tono obvio— y tú, ¿qué harás para que tu relación sea especial?

Medito su pregunta. ¿Qué me gustaría compartir únicamente con la persona que amo? Mi pasión es comer brownie, aunque también me gusta hornear galletas para el cumpleaños de Blue sin olvidar una pequeña Mini que amaba ayudar a decorar un pastel para los cumpleaños del pequeño Moni.

—Preparar pastelillos o galletas juntos. —digo y aplaudo entusiasmada.

—Entonces, ¿por qué suspiras como enamorada mirando la relación de tu mejor amiga cuando tendrás algo que será lo mejor para ti?

—Comprendí el punto Mateo. —respondo divertida.

—¡Vero! ¡vamos! —giro mi rostro en dirección de los llamados de Blue.

Ella y el capitán se acercan tomados de la mano.

—Nos vemos. —Mateo no me deja responder y baja un par de escalones para irse de la cancha.

Mis ojos caen en la pareja que me miran con amplias sonrisas y sus frentes cubiertas por una fina capa de sudor que probablemente se generó al celebrar entre todos en el campo.

—¡Felicidades! —me levanto de un salto para chocar mi puño contra el del capitán— Estuviste asombroso.

—Harán una pequeña celebración en la pizzería Jerry's, ¿quieres venir? —me pregunta Cole limpiando el sudor de su frente con el dorso de su mano libre.

—Claro, estará genial conocer a los chicos del equipo. —respondo con una pequeña sonrisa en mis labios y él responde con otra.

—¿Y Mateo? —indaga de pronto Blue.

—Se fue. —me alzo de hombros restandole importancia.

—Es una lástima, me hubiese gustado que nos acompañara. —suspira apenada, pero su expresión cambia cuando Cole choca su hombro juguetón con ella.

—¿Vamos? —ella asiente—. Los chicos son ruidosos, pero sin duda divertidos, tal vez y te gusta alguno de ellos. —Cole se gira en mi dirección alzando sus cejas sugerente.

—¿A Veronica? ¿Qué cosas dices amor? —lo reprende Blue sin permitirme decirle algo al chico— Ella no tendrá a otro chico que no lleve de nombre Mateo y apellido Jefferson, así que mantén alejados a tus chicos de mi amiga. —lo amenaza.

Al llegar a la dichosa celebración en la pizzería sucedieron dos cosas:

1. Cole realmente mantuvo a sus amigos lejos de mi existencia como había recalcado mi mejor amiga durante el camino al lugar.

2. Son extremadamente ruidosos.

(...)

—Entonces... ¿te gustó alguno de los chicos? —me pregunta de pronto Cole.

La comida que bajaba por mi garganta se atora por unos segundos y luego sigue su recorrido dejando que tosa con fuerza tratando de salvarme de casi morir. Mateo a mi lado me tiende un vaso de agua y le agradezco con un hilo de voz.

—¡Cole! ¿Qué te dije? —gruñe mi amiga su lado y golpea su brazo.

—Solo pregunté, ¿no puedo? —gira a mirarla.

—Gracias Mateo. —él se muestra serio, pero asiente.

—Y ¿te gustó alguno de ellos? —vuelve a preguntar inclinándose un poco sobre la mesa.

—¿Qué? No. —le respondo entre risas y aumentan al verlo recargar su espalda contra la silla bufando—. Son agradables, pero si te soy sincera, ninguno es mi tipo. —me alzo de hombros.



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En el texto hay: jovenes, amor, amor novela juvenil

Editado: 14.01.2022

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