CAPITULO 06
Todo momento perfecto tiene su principio y su final, el mío llego a su fin la semana pasada.
Hemos estado pasando el tiempo más juntos de lo normal, debes en cuando nos robamos besos, ella a mi para ser más específicos. Aún no he terminado con Teresa y eso me está matando, cada que creo tener la oportunidad ella desaparece de la nada y no sucede, Abbey me recuerda a cada nada que le explique lo que está pasando entre nosotros y…
MALDICION, claro que quiero hacerlo, no estar a escondidas y que otros se le acerquen queriendo “ayudar”. Sé que eso suena demasiado controlador, pero es la verdad, desde la semana pasada, cada idiota que se atraviesa le sonríe, la saluda, la “ayudan” con sus libros, mochila y ella no dice ni hace nada porque para ella es normal que las personas le hagan las cosas, pero ella no ve ni se da cuenta de que en el momento que se voltea ya le están viendo las piernas o su busto algo revelador.
¡NADIE COMPRENDE QUE ES MIA!, me la dieron a mí y a nadie más que a mí.
En fin, poniendo mis malditos celos de lado, mañana es su cumpleaños, mi hermana quiere que la vuelva a invitar a casa y dice que ella cocinara ahora.
Esperemos no lo arruine, hace como mil años que no cocina, sino tendremos que comer pizza congelada en su festejo.
Papá aún no ha dado señal de que volverá pronto y eso me tranquiliza, no quiero que cambien las cosas a como están ahora, tanto conmigo como con mi hermana. Desde que Abbey apareció en nuestras vidas todo ha sido diferente, cambiaron nuestras rutinas y todo es tranquilidad y felicidad, justo como era antes de que mamá muriera.
No sé porque me entra lo ridículo a la cabeza, imaginando que mamá me mando a este ángel hermoso para poder seguir en pie sin dejarnos caer por culpa de nuestro padre.
–¿Qué te gustaría comer mañana?
–Lo que sea que prepare tu hermana –dice mientras escribe lo que le dicte hace unos momentos
–¿Y si prepara ensalada?
–Iiuu, no, que no lo haga o no volveré a ir con ustedes
Me rio y continuo con el dictado.
–Me gusta la lasaña –dice sin más
–Entonces lasaña
–Uyyy, con pure de papa
–Okey, pure
–También espagueti –detiene su escritura braille –o algún tipo de pasta, ahhh la pasta con camarones sabe deliciosa, no mejor crema de brócoli con…
–Oye, oye, no somos restaurant
–¿Y si mejor vamos a uno?
–¿Tu pagas?
–Es mi cumple, yo no pago
Me rio y la tomo por la nuca acercándola a mi besando sus deliciosos labios. El timbre suena, separándonos listos para irnos a casa, últimamente yo soy quien ha estado llevando a Abbey a su casa, sus padres dejaron de hacerlo ya que se encontraban muy ocupados –bueno, según las palabras de esta loca– y da la casualidad de que vive solo a unas cuantes calles de la mía, obviamente ella se queda en departamento porque como dijo que no se quedaban en ciertos lugares mucho tiempo decidieron rentar uno de estos, muy lujoso eso sí.
–Tengo una idea
–Dime –tomo su mochila y la mía
–¿Por qué no voy hoy a tu casa y hablamos con tu hermana sobre lo de mañana?
–Me parece bien –le beso la mejilla
Tomo su mano y caminamos hacia el estacionamiento, se coloca sus lente con la otra mano y extiende, aun así, su bastón.
–Zac –gritan detrás de nosotras
Volteo y es Teresa, la veo ahí, de pie, esperando alguna reacción de mi parte, se ve algo decaída, debo suponer que es porque la he estado evitando y solo cuando quiero hablar con ella sale corriendo.
–Quédate aquí
–¿Quién es?
–Teresa
–De acuerdo, te espero aquí –trato de soltar su mano, pero esta la aprieta –dile, por favor
–Claro
Me acerco a ella y esta suelta un suspiro.
–Hola
–Hola
–Ya no te he visto tanto desde que estas con ella
–No le heches la culpa, tu huyes cuando quiero hablar contigo
–Porque te conozco y se lo que me quieres decir