Siempre estaremos juntos.
A los 13 años
¿Existe acaso algo más irritante qué el sonido del silencio?
Por supuesto, esa puedo ser una contradicción lingüística, pero fue así como Lumiére comenzó a llamar a todos esos momentos donde en su casa no se oía otra cosa salvo su "falta de compañía" o al menos ella así lo pensaba.
En primavera fue el dulce trinar de los pájaros cuando atardecía y ya se sentaba bajo un árbol para contemplar el cielo rosáceo y anaranjado dependiendo la hora incluso podría llegar a ser violáceo.
En verano fue el sonido del regador que podía escucharse si luego de tomar sus clases se sentaba en el comedor con la puerta del jardín abierta.
Otoño fue la estación más difícil de todas, sus oídos casi zumbaban al no tener ruido o alguno para cual percibir, claro que no todo el tiempo fue así, "El sonido del silencio" predilecto de esta estación fue el crujir de las hojas secas en su jardín cuando daba un paseo.
Durante el invierno el chascar de la madera al ser quemada en su chimenea, eso sucede cuando el aburrimiento era tal que debía ir por un libro, acurrucarse en el sofá más cercano a aquella fuente de calor y comenzar con su voraz lectura la cual podía durar horas y horas.
Y de esta manera Lumiére coleccione cientos de "Sonidos del silencio" era una colección bastante abultada, en ella podían apreciarse también otros como: "Los sirvientes y su quehaceres" "El auto de su padre al amanecer" "Sus propios pasos", fueron una infinidad de melodías las cual aprendió a detestar.
Esas fueron muchas de las razones para que le agradaba mucho la escuela, esas horas fueron invaluables durante ese año, aprendió a su vez a amar el bullicio de los jóvenes interactuando entre sí, aunque ninguno deseo acercarse particularmente a ella, alguna veces unas chicas intentaron entablar amistad pero... Lumiére no lograba sentirse cómoda alrededor de la gente.
¿Por qué era así? Apostaba que el 80% de aquellos chicos los cuales asistían a su escuela exclusivamente secundaria —la cual incluía una fabulosa universidad—Al igual que ella realizaron su escolaridad (Primaria) En casa, esta era una costumbre bastante frecuente en los niños de su círculo social, y también la razón de la existencias de ese tipo de escuelas: secundarias con universidad incluida pero carentes de la primaria o el kindergarten.
Básicamente la única alegría existente en su primer año con la ausencia de Ciro fueron justamente las llamadas, video-llamadas, cartas y mensajes de Ciro.
Ambos mantuvieron un contacto frecuente y diario rosando la religiosidad de sus horarios.
Ciro al parecer no podía vivir tranquilo sin textearle cada día para saber cómo se encontraba, qué estaba haciendo, si había comido, si su tarea estaba hecha, o cualquier tipo de actividad la cual anterior mente era realizada bajo su supervisión.
Cada vez que tenía tiempo le escribía, solo para que Lumiére tuviera algo redacto de su puño y letra. Quería creer en esa antigua y viaja frase de su padre el cual aborrecía la tecnología pero se forzó a sí mismo a comprenderla para no quedar fuera de ese mundo dándole problemas al señor Rush: "Los mensajes de texto de hoy en día jamás van a transmitir las emociones de una carta".
Aun se preguntaba "¿Qué querían decir exactamente esas palabras?". Pero si ayudaban a Lumiére en su soledad no importaban mucho. Le escribió cada semana, entre su entrenamiento y la carrera fue lo máximo que pudo hacer.
Si bien las cartas eran buenas para expresar su nostalgia y pedidos desesperados por la autoprotección de su propia integridad, tanto física como mental, los mensajes de texto eran absolutamente necesarios para poder llevar un control cercano de esa niña la cual comenzaba su pubertad y quizás se volviera rebelde en el proceso.
También estaban las llamadas, a diferencia de los mensajes estos podían ser realizados una vez al día y duraban apenas unos cuantos minutos debido lo atareado de su día a día, pero escuchar su voz al otro lado del teléfono y asegurarse de su bienestar no tenía precio. Algunas veces Lumiére lloro, Ciro igual, ambos debían enfrentar este nuevo mundo, un mundo sin la presencia del otro y la añoranza rondando sus vidas.
Por último existieron video-llamadas. Cientos de ellas, al igual que las cartas estás tuvieron lugar una vez a la semana, valía la pena esperar tanto tiempo, simplemente para ver el rostro del otro.
Ese año fue dolorosamente largo para ambos.
A los 14 años.
Pero el siguiente trajo grandes sorpresas para Ciro cuando el día de su video-llamada Lumiére se vio mucho más animada.
—Creo que tengo un amigo. —Menciono cuando la pregunta de Ciro fue efectuada: "¿Qué tal su primer día de clases?"
Un enorme alivio recorrió todo el cuerpo del joven, finalmente su señorita podía llegar a socializar con chicos de su edad, él comprendía lo desesperado de la situación, tal vez había sido su culpa por interceder con el señor Rush y decirle que "A los 12 aun no estaba lista para la escuela" cuando no era así, solo desearon prolongar el mayor tiempo posible juntos. La escuela era un claro obstáculo para su objetivo.