No Somos Tan Distintos

Capítulo 8

8.

Julie terminó pagando las tres entradas al parque de diversiones a pesar de las constantes quejas de James diciéndole que él pagaría su parte, pero no le importó nada de lo que el chico le decía, ella solo quería pasar un buen rato y hacer que Ly se divirtiera en su primera vez dentro de un parque. Empezaron paseando por los juegos más pequeños. 

—¿Dónde deberíamos ir primero? —le preguntó Julie a Ly, todavía era muy temprano y no todas las atracciones estaban abiertas.

—¿Podemos empezar por ahí? —dijo Ly apuntando a las tazas giratorias.

—Buena elección Ly, vamos.

Los dos subieron a la atracción, todavía no había mucha gente pero dos niñas se sentaron junto a ellos, las dos pequeñas eran bastante simpáticas y Ly no perdió el tiempo para hablarles antes de que el juego empezara a moverse. Ly y las dos niñas fueron los encargados de hacer que la taza girará a la velocidad que ellos querían, Julie nunca había sido buena soportando el vértigo pero aquella atracción era bastante soportable y le alegraba ver cómo los niños se divertían frente a ella. Las dos niñas saludaron a su madre desde lo lejos mientras daban vueltas, Ly las imitó saludando a James quien a pesar de su mala cara parecía feliz de ver a su hermano divirtiéndose. 

Al bajar del juego Ly salió corriendo a brazos de su hermano.

—¡Jim, deberías haber subido con nosotros! —dijo Ly todavía mareado pero feliz —¡Es muy divertido no deberías perdértelo!

—Creo que yo paso.

—Vamos Jim, por favor —Suplicó Ly.

—Me gusta verte desde aquí.

—¿Tienes miedo a subirte en los juegos?

—Creo que si —era obvio que James estaba mintiendo pero Ly le creía todo.

—No te preocupes yo te protejo.

—Mejor protege a Julie, se nota que lo necesita. 

El niño volteo a verla con un semblante de preocupación— Tal vez un poco —respondió Julie. 

—Está bien, yo la protejo —dijo el niño con seguridad. 

Julie sólo veía a Ly aferrado a las piernas de su hermano mirándolo desde abajo, esos dos parecían apreciarse mucho, en especial Ly quien veía a su hermano como una deidad, a Julie se le dibujó una sonrisa en su rostro de tan solo verlos. No estuvieron mucho tiempo parados cuando Ly se separó de James y volvió a tomarla de la mano.

—¿Podemos subir al carrusel? —preguntó Ly caminando al juego, estaba claro que él no esperaba ninguna negativa y Julie tampoco se la daría.

Ly y Julie estuvieron paseando de juego en juego, algunas veces se subían más de una vez al mismo juego que a Ly le gustaba mientras que James sólo los seguía desde atrás a una distancia segura para que su hermano no lo arrastrara con ellos.

Julie estaba divirtiéndose a pesar de estar haciendo algo tan infantil, en algún momento sus piernas se empezaron a cansar pero Ly tenía lo energía de una planta nuclear dentro de sí porque no paraba de brincar y correr por todos lados arrastrando a Julie con él y no parecía ni un poco cansado. Cada juego y atracción a la que subieron habían sido bastante inocentes, no se habían acercado a la sección de adultos y eso mantenía a Julie tranquila pero Ly no tenía entre sus planes quedarse entre los juegos pequeños y cuando Julie menos se lo esperaba ya estaban frente a la entrada de la montaña rusa.

—Ehm, Ly ¿estás seguro que quieres subirte ahí? —preguntó Julie esperando que el niño se arrepintiera al oír los gritos de las personas que estaban bajando por la empinada montaña.

—Si, totalmente seguro —respondió Ly.

La fila de espera empezó a avanzar, Julie rezaba que no los dejaran pasar ya que Ly todavía era muy pequeño.

Las personas pasaban en parejas y cuando llegó el turno de ellos el hombre que estaba organizando los detuvo, un pequeño alivio recorrió el cuerpo de Julie.

—¿Cuántos años tiene el niño? —le preguntó el empleado.

—Seis.

El hombre sólo asintió y los dejó pasar, Ly naturalmente se subió a la atracción lo más rápido que pudo y palmeó el asiento a su lado para que Julie lo imitara.

Julie volteo a ver al encargado— ¿Está seguro que él puede subir? —quería que le dijera que no, que era muy pequeño y la atracción muy peligrosa. 

—Si, no hay problema mientras no sea un bebé y esté acompañado de un adulto —Julie no pudo evitar pensar que aquella afirmación era un poco negligente, ¿Qué acaso no veía que aquel " juego" era más bien una máquina de tortura?

—Jul, súbete —le apresuraba Ly.

Julie subió sintiendo que se arrepentía al instante, uno de los empleados llegó para ajustar sus asientos y cinturones. Cuando los vagones empezaron a moverse Julie trataba de mantenerse lo más calmada que podía pero cuando empezaron a subir el vértigo que se formaba en su estómago no la dejaba mantenerse tranquila, apretaba su cinturón con todas sus fuerzas y cerraba con incluso más fuerza sus ojos. Por otro lado Ly sólo reía y se mantenía expectante a la caída que tendrían.

Julie abrió sus ojos justo cuando se encontraban en la cima de la cuesta, no le dio tiempo de volver a cerrarlos cuando ya estaban bajando a toda velocidad, todos gritaban incluso Ly quien tenía ambos brazos extendidos al aire, Julie se agarraba de su asiento como si su vida dependiera de ello, ni siquiera podía gritar como los demás sólo podía apretar sus dientes para evitar morderse la lengua.

Cuando por fin bajaron Julie estaba conteniendose de besar el suelo, Ly parecía tan fresco y alegre que Julie no podía creérselo.

—¡Otra vez! —dijo Ly.

—¿O-otra vez? —Julie sentía que no podría aguantar subirse nuevamente a aquel mecanismo que tenía la osadía de llamarse atracción.

—Si, ¡Vamos! —Ly arrastró a Julie hasta volverse a subir al juego.

Puedo hacerlo, solo una vez más, se convencía Julie. Nunca le había costado creerse sus propias mentiras y no esperaba que aquella vez le fallara. 

La atracción volvía a dar su recorrido y cuando paró Julie fue la primera en bajarse de él, el vértigo había sido incluso peor, llegó a pensar que los empleados habían aumentado la velocidad sólo para torturarla.




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